El presidente ruso Vladimir Putin (L) y el presidente bielorruso Alexander Lukashenko se dan la mano antes de su reunión en el Palacio de la Independencia en Minsk.
El presidente ruso Vladimir Putin (L) y el presidente bielorruso Alexander Lukashenko se dan la mano antes de su reunión en el Palacio de la Independencia en Minsk.
/ Konstantin ZAVRAZHIN / SPUTNIK / AFP
Agencia AFP

El presidente ruso, , aseguró este lunes que Moscú no va a absorber a , durante una visita a Minsk para reunirse con su homólogo Alexander Lukashenko, un importante aliado con el que abogó por reforzar sus vínculos militares.

“Rusia no tiene interés en absorber a nadie. Sencillamente, no tiene sentido”, declaró Putin en una rueda de prensa con Lukashenko, tras su encuentro en Minsk.

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El mandatario ruso afirmó que tras un diálogo “sustancial”, Rusia y Bielorrusia acordaron reforzar su cooperación en “todos los ámbitos”, especialmente en materia de defensa.

Se trata de “medidas comunes para garantizar la seguridad” de los dos países, la “entrega mutua de armas” y la fabricación de armamento, precisó Putin.

Rusia continuará formando a los militares bielorrusos para manejar aviones con capacidad de transportar armas nucleares.

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Lukashenko afirmó que Rusia puede prescindir de su país, pero que Bielorrusia no puede prescindir de Moscú.

“Y si alguien piensa que podría separarnos hoy, que podría abrir una brecha entre nosotros, no lo conseguirá”, agregó el líder bielorruso.

Maniobras “tácticas”

La cumbre entre ambos líderes se produce en un momento en el que las autoridades ucranianas creen que Rusia podría lanzar una nueva ofensiva a gran escala contra Kiev en los primeros meses de 2023.

Ucrania teme que una operación de este tipo use como plataforma de entrada Bielorrusia, como ocurrió al inicio de la invasión el 24 de febrero.

El ejército ruso atizó los temores afirmando el lunes que participaría en acciones “tácticas” en Bielorrusia, después de que en octubre Minsk anunció la formación de una fuerza conjunta con Rusia conformada por miles de soldados.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, desmintió que el presidente ruso viajara a Bielorrusia para convencer a Minsk de involucrarse directamente en el conflicto en Ucrania, calificando estas acusaciones como “estúpidas” y “sin fundamento”.

En la noche del domingo la capital ucraniana, Kiev, sufrió una serie de ataques con drones rusos.

Las autoridades locales informaron que varias “infraestructuras y casas” fueron dañadas y que al menos tres personas resultaron heridas.

Tras los ataques, el operador ucraniano de energía Ukrenergo informó que va a imponer cortes en Kiev y en otras diez regiones ante la situación “difícil” que enfrenta la red.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko (izq), saluda al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a su llegada al Aeropuerto Nacional de Minsk el 19 de diciembre de 2022. (Sergei KARPUKHIN / SPUTNIK / AFP).
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko (izq), saluda al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a su llegada al Aeropuerto Nacional de Minsk el 19 de diciembre de 2022. (Sergei KARPUKHIN / SPUTNIK / AFP).

“Ni electricidad ni agua”

“Primero escuché una sirena de alerta antiárea en la calle. Por primera vez sentí miedo”, contó a la AFP Natalia Dobrovolska, de 68 años, que reside en un barrio del oeste de Kiev.

Su edificio fue sacudido hacia las 04H30 por una fuerte explosión, seguida de otras dos detonaciones y de más estallidos una hora después. Desde entonces la electricidad está cortada.

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Igor, un fotógrafo de 35 años que vive en el noroeste de Kiev, también escuchó “una fuerte explosión” y vio un incendio por la ventana. “Ahora no tenemos casi red móvil, no tenemos electricidad ni agua”, dijo.

Por su parte, Moscú informó que derribó cuatro misiles de fabricación estadounidense HARM que sobrevolaban el espacio aéreo de la región rusa de Belgorod.

Además, anunció que varios de sus buques de guerra participarán a partir de esta semana en unos ejercicios conjuntos con la Marina china, una muestra más de acercamiento entre Moscú y Pekín frente a los países occidentales.

Temores a un ataque

Desde que Rusia sufrió una serie de reveses militares en los últimos meses en Ucrania, optó por una estrategia de bombardear de manera masiva las centrales e infraestructuras eléctricas del país, dejando a millones de ucranianos sin luz ni agua en pleno invierno boreal.

Francia y la Unión Europea (UE) han dicho que los ataques rusos contra la infraestructura civil constituyen crímenes de guerra, y el jefe de la diplomacia de la UE los calificó como “bárbaros”.

El Ministerio de Defensa ruso asegura que sus ataques buscan apuntar a las fuerzas armadas ucranianas e instalaciones energéticas, así como interrumpir “la transferencia de armas y municiones de fabricación extranjera”.

En este escenario el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció el lunes que su país va a mantener en 2023 la partida de ayuda militar para Ucrania.

El desplazamiento de Putin es su primer viaje a Bielorrusia en tres años y se produce en un momento en el que el ejército ucraniano vigila la frontera con este país ante los temores de un nuevo ataque por este frente.

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