Silvia Foti nunca conoció a su abuelo materno, Jonas Noreika, al que muchos lituanos ven como un héroe que luchó contra los comunistas soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue un líder de milicia, gobernador, activista político y un importante nacionalista.
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Para preservar su legado, Foti decidió terminar de escribir la biografía de su abuelo, que comenzó su difunta madre.
Pero no tenía ni idea de lo que estaba a punto de descubrir, algo que cambiaría su vida para siempre.
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“No tenía idea de su oscuro pasado”
Durante décadas, Foti había oído hablar de los actos heroicos que hizo su abuelo para proteger a Lituania.
Al crecer en Estados Unidos, donde la escritora vive actualmente, estaba orgullosa del pasado de su abuelo.
Su madre y su abuela le dijeron que Jonas Noreika fue asesinado por protestar contra la invasión soviética a Lituania en 1947.
Escuelas y calles de Lituania fueron nombradas en su honor, e incluso hay placas conmemorativas dedicadas a Noreika por todo el país.
Sin embargo, fue la directora de una escuela que lleva el nombre de su abuelo quien le “mencionó casualmente” que su abuelo “fue acusado de matar judíos”.
“Casi me desmayo cuando dijo eso, porque era la primera vez que lo escuchaba”, recuerda Foti, que en ese momento tenía 38 años.
“Mi madre acababa de morir. Mi abuela acababa de morir”, relata al programa HardTalk de la BBC.
“Pensé que iba a escribir una historia maravillosa sobre mi abuelo. No tenía idea de su oscuro pasado”, continúa.
“Creía que estaba a punto de escribir sobre el héroe de la Segunda Guerra Mundial que luchó contra los comunistas”.
Conmocionada por lo que escuchó en aquella escuela, y asumiendo que era “propaganda comunista”, dice que estuvo negándolo durante una década.
Asesinato masivo de judíos
La escritora pasó 10 años revisando toda la información sobre su abuelo.
Durante ese tiempo, encontró un documento de 30 páginas escrito por Noreika en 1933, cuando tenía 22 años. Foti explica que el contenido estaba plagado de ideas antisemitas, incluyendo por qué los lituanos deberían “boicotear” a los judíos.
Otra documentación que encontró también confirmó que su abuelo era una admirador de Adolf Hitler y Benito Mussolini.
Pero lo que vino después fue aún más impactante: encontró evidencia abrumadora de que Noreika estuvo involucrado en el asesinato masivo de judíos, aunque no había pruebas de que él mismo asesinara a personas.
Basándose en su nueva evidencia, decidió titular su libro “La nieta de los nazis”.
Más del 95% de los judíos lituanos fueron asesinados durante el régimen nazi en ese país.
Hoy, junto con algunos miembros de la comunidad judía lituana y sus descendientes en el extranjero, Foti está haciendo campaña para eliminar el nombre de su propio abuelo de la lista de héroes nacionales lituanos.
Pero quienes defienden a Noreika dicen que el hombre estaba “defendiendo la nación” en un momento en que los lituanos estaban amenazados, tanto por los nazis como por los rusos.
Los admiradores de este hombre argumentan que los nazis no lo consideraban como uno de los suyos, pues fue arrestado y llevado a un campo de concentración y luego asesinado por los rusos.
Pero Foti dice que descubrió documentación que demostraba que Noreika era un miembro de la resistencia antisoviética ycolaboró con los nazis en 1941, cuando tenía 30 años.
Su abuelo dirigió una operación de expulsión de sus hogares de judíos, que fueron llevados a guetos. Y descubrió pruebas contundentes de que Noreika supervisó el asesinato en masa de casi 2.000 judíos.
Una amistad cercana y muy poco probable
La evidencia más sólida para probarlo está en las memorias escritas por el secretario de Noreika, quien afirma que su jefe dio la orden de matar a los judíos.
“Así que era un testigo”, dice Foti.
Mientras descubría cada vez más pruebas de las atrocidades de su abuelo, algunos judíos lituanos hacían sus propias campañas contra Noreika, incluido Grant Gochin, quien afirma que al menos 100 de sus familiares fueron asesinados por aquel hombre.
“Hice pública toda mi investigación. Y un día Silvia me envió un correo electrónico”, recuerda Gochin, un judío sudafricano-estadounidense de ascendencia lituana que ha presentado sin éxito varios casos contra el gobierno lituano.
“Yo tenía mucha desconfianza en ella... Me llamó y me dijo: ‘He leído toda tu investigación, pero has cometido un gran error’”.
“Me dijo: ‘No has registrado alrededor de 10.000 víctimas de mi abuelo’”.
Ese fue el comienzo de una amistad muy cercana e improbable entre Gochin y Fonti.
Tan cercana de hecho, que cuando Gochin presentó un caso contra Lituania en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Foti apoyó el caso con su propia declaración jurada.
Gochin afirma que Noreika es responsable de cerca de 15.000 asesinatos, de los casi 220.000 judíos que murieron procedentes de Lituania, lo que las autoridades de ese país niegan.
Experiencia traumática
Descubrir el pasado de su abuelo fue una experiencia muy traumática para Foti, quien admite que no escribiría el libro si su madre o su abuela aún vivieran.
“Psicológicamente, estaba peleando con sus fantasmas mientras escribía este libro. Ambas estaban flotando sobre mí en mi imaginación y, a veces, juro que estaba llorando mientras las repelía”, explica a la BBC.
“Esto ha destrozado mi identidad lituana. Una vez fui una lituana muy orgullosa y ahora me avergüenzo. Tuve que aceptar el horror, no solo del papel de ese país en el genocidio, sino su rol en la negación, lo que me aterrorizó durante años”.
Sin embargo, Foti cree que su madre no sabía mucho sobre el pasado de su padre.
“En 1941, tenía solo dos años. Creo que tiempo después debió haber escuchado el rumor, pero entonces lo negó, como yo y como la mayoría de los lituanos”.
Ese largo proceso de negación, dice, fue una de las razones por las que tardó 20 años en escribir el libro.
Sobre su abuela, dice que es una historia diferente.
“Ella definitivamente lo sabía y una vez que me di cuenta de esto, me sentí traicionada, decepcionada, incluso abatida. ¿Cómo podría vivir así?”, señala.
“En cierto modo, es una bendición que haya muerto antes de que yo me diera cuenta. No sé cómo podría haberla enfrentado”.
Gochin dice que realmente aprecia y admira el valor de Foti.
“¿Te imaginas la fuerza de carácter que necesitó Silvia para hacer eso? Es extraordinaria”, le dijo a la BBC.
Una película en ciernes
La “nieta de un asesino” y el “nieto de las víctimas de ese asesino” que se unen para luchar por la verdad es una “verdadera historia de reconciliación”, dice Gochin.
Foti coincide en eso y también Hollywood, ya que su historia aparecerá en una película.
La razón por la que hubo una conexión entre ambos, según Foti, puede deberse a que ella fue una de las primeras lituanas que estaba dispuesta a investigar el Holocausto en su propio país.
Alguien que creía que los lituanos “lamentablemente jugaron un papel importante en él”.
“El pueblo lituano debe reconocer su papel en el Holocausto y dejar de eludir su responsabilidad. No traerá de regreso a las víctimas... pero les devolverá la memoria, como se debe recordar”, dice Foti.
Al hacer esto, como lo hizo con la biografía de su abuelo, no solo será “sanación para las familias de las víctimas” sino también “sanación para los lituanos”.
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