La esposa del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, Stella Assange (segunda por la derecha), flanqueada por la editora en jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson (segunda por la izquierda), participa en una marcha desde los Tribunales Reales de Justicia, el Tribunal Superior de Gran Bretaña, en el centro de Londres el 21 de febrero. (Foto de Adrián DENNIS / AFP)
La esposa del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, Stella Assange (segunda por la derecha), flanqueada por la editora en jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson (segunda por la izquierda), participa en una marcha desde los Tribunales Reales de Justicia, el Tribunal Superior de Gran Bretaña, en el centro de Londres el 21 de febrero. (Foto de Adrián DENNIS / AFP)
/ ADRIAN DENNIS
Agencia EFE

El decidirá cuanto antes, en una fecha no especificada, si autoriza a a seguir recurriendo en el o si, en cambio, puede activarse su extradición a , aprobada por el Gobierno británico en 2022.

Los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson se retiraron a deliberar tras concluir este miércoles dos días de audiencias en las que expusieron sus argumentos la defensa del australiano, que estuvo ausente por enfermedad, y la Fiscalía británica, en representación de la Justicia estadounidense.

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EE.UU. reclama a Assange por 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal WikiLeaks, que en 2010 y 2011 expuso presuntos crímenes de guerra de ese país en los conflictos de Irak y Afganistán.

La defensa de Assange pidió a la corte permiso para recurrir aspectos del litigio que no apeló en otro proceso en 2021, así como la orden de extradición firmada en junio de 2022 por la entonces ministra del Interior, Priti Patel.

Si los magistrados acceden a su demanda, se iniciará un nuevo juicio de apelación ante la Justicia inglesa, que podría prolongarse en el tiempo.

Si se la deniegan, se activará su entrega a Estados Unidos, en cuyo caso sus abogados ya han dicho que solicitarán medidas cautelares para detenerla al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y la apertura de un proceso allí.

Al enumerar los argumentos que fundamentarían su potencial recurso, los abogados de Assange, Edward Fitzgerald y Mark Summers, dijeron que su entrega violaría el Tratado británico-estadounidense de extradición al ser los delitos imputados, a su parecer, de carácter político y contra su libertad de expresión, además de exponerle potencialmente a la pena de muerte.

También arguyeron que no tendría un juicio justo en EE.UU. ya que, por la ubicación de la corte, el jurado sería elegido entre personas vinculadas a las Administración de Washington.

Señalaron asimismo que la Fiscalía estadounidense indicó que pensaba solicitar que no se apliquen a su cliente las mismas protecciones constitucionales que a los ciudadanos del país, al ser él de nacionalidad australiana.

Clair Dobbin, en nombre de EE.UU., pidió por su parte al Superior que desautorice el recurso y dé luz verde a la entrega, al aducir que es legal porque los cargos que se imputan al antiguo ‘hacker’ no son políticos sino “delitos penales basados en pruebas”.

Dobbin dijo que Assange es requerido por conspirar con el exsoldado estadounidense Bradley Manning (hoy Chelsea Manning) para obtener ilícitamente información militar clasificada y por difundirla, poniendo en peligro a “numerosos informantes inocentes de Estados Unidos” en países como Irak, Afganistán, China, Irán o Siria.

En la vista de este miércoles estuvieron presentes en la sala 5 de las Reales Cortes de Justicia de Londres la esposa de Assange, Stella, y su padre, John Shipton, mientras a las puertas del edificio cientos de personas pedían su liberación y que Washington retire los cargos.

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