Unas 72 horas después de que el cuerpo sin vida de Lola, una estudiante parisina de 12 años, fuese hallado dentro de una valija, la policía francesa detuvo a la presunta sospechosa por el asesinato -identificada como Dahbia B-. Este martes, la mujer de 42 años dio a conocer detalles sobre el asesinato.
Según France 24, medio que citó a su vez a la agencia AFP, la ciudadana argelina emitió un testimonio “fluctuante que osciló entre el reconocimiento y la disputa de los hechos” en el interrogatorio policial. Comenzó por admitir el homicidio de la joven, a quien arrastró en primer lugar al “departamento de su hermana”.
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Procedió entonces a “ducharse con el cadáver antes de cometer agresiones sexuales y otros actos de violencia contra ella” y “esconder el cuerpo en una caja”. En los instantes posteriores, la acusada se habría tomado un café y escuchado música antes de seccionar a la pequeña con unas posibles tijeras o cuchillo.
Terminó supuestamente por beber la sangre de la víctima desde una botella, elemento que todavía no fue hallado por los investigadores. El informe policial al que accedió el medio francés denota estupor por la facilidad y desinterés con el que actuó la mujer en un domicilio el cual le era ajeno.
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Cuando le fueron mostradas imágenes del cuerpo de la estudiante, la ciudadana argelina dijo: “No me da frío ni calor. Yo también fui violada y vi morir a mis padres frente a mí”. Horas después de su declaración, Dahbia dio un giro argumental ante la Policía: “Es imposible que ella matara a un niño”.
Los antecedentes policiales de Dahbia, la presunta asesina de Lola
La joven entró legalmente a Francia en 2016, con un permiso de residencia de estudiante. Tuvo un primer contacto con las fuerzas de seguridad tras radicar una denuncia como víctima de violencia doméstica en 2018. El 21 de agosto de 2022 fue detenida en un aeropuerto francés por falta de permiso de residencia.
En ese entonces, se le impuso automáticamente una obligación de abandonar el territorio francés. Años después, tal y como ocurrió con Lola, fue acusada por el asesinato de un niño de 15 años. La Justicia la imputó por actos de barbarie y violación de un menor, y le dictó prisión preventiva en un centro en la ciudad de Fresnes.
Su hermana la describe como alguien “difícil de insertar”, que sufre de “despertares nocturnos” y lanza “comentarios incoherentes” con mucha frecuencia, un cuadro compatible con un desorden psiquiátrico. Aun así, no se encontró registro alguna de su ingreso a instituciones de salud mental francesas.
Las palabras de un segundo detenido
Un hombre de 43 años -quien habría acogido y transportado a la presunta autora del homicidio- fue procesado también por el ocultamiento de un cadáver y puesto bajo supervisión judicial. Durante su custodia policial, afirmó haber transportado a Dahbia y el cuerpo de París hasta su casa en Asnières-sur-Seine (Hauts-de-Seine).
Previo a ello, Dahbia le habría ofrecido “la venta de los elementos contenidos” en el interior del equipaje, razón por la que el individuo accedió a trasportarla. Dos horas después de haber arribado al domicilio del individuo, este último llamó a otro conductor para que “regresara a París con la valija”.
La tragedia que conmociona a Francia
Lola apareció muerta el pasado viernes por la noche en una zona común del edificio en el que vivía en París, después que sus padres denunciaran su desaparición por no haber regresado del centro educativo. La principal sospechosa fue detenida tras haber sido captada por las cámaras de seguridad del inmueble en el que residía.
Según la autopsia, la niña de 12 años murió asfixiada. Las primeras comprobaciones señalaron importantes heridas en el cuello. Tenía las manos y los pies atados. Había además dos notas Post-it en sus pies, una que decía “0″ y la otra “1″ y un enorme pedazo de tela que recubría gran parte de su cuerpo.
Repercusiones y un debate caliente por la inmigración
Tres días después de que el hecho tomase notoriedad, el presidente Emmanuel Macron, recibió a los padres de la niña para expresarles “su pésame (...), su solidaridad y su apoyo en el sufrimiento que están pasando”. El caso no sacudió solo a Macron sino también a la Asamblea Nacional.
Durante una sesión, la derecha y la extrema derecha se esforzaron en vincular la tragedia a la inmigración irregular. Junto a ello, las redes sociales se sumaron a los reproches. Internautas publicaron grandes cantidades de mensajes, en los que desacreditaron la política migratoria del gobierno.
Mientras tanto, en el centro de secundaria George Brassens -donde estudiaba la menor de edad- reina el miedo y de incredulidad. “Mi hija tiene miedo. No quiso venir hoy”, contó una madre. Mafy, otra madre de 45 años y cuyo hijo iba a clase con Lola, aseguró que este “no quiere comer nada”.
En el marco del traumático evento del pasado 14 de octubre, las autoridades francesas desplegaron una unidad de apoyo psicológico para los alumnos, profesores y padres conmocionados por el drama ocurrido en el concurrido barrio familiar parisino.
Con información de AFP