El nombre de Madeleine McCann volvió a saltar a los titulares del mundo esta semana luego de que una joven polaca de 21 años se viralizara en redes sociales por afirmar que podría ser la niña británica secuestrada en Portugal hace casi 16 años.
Julia Wandelt presentó en un video algunas similitudes físicas –una marca en el ojo y un lunar en la pierna– con la pequeña como supuesta evidencia de sus reclamos. También afirmó que ha estado en contacto con la familia McCann y que espera someterse a una prueba de ADN para comprobar su identidad.
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Una característica notable de la pequeña Madeleine es su ojo derecho, ya que tiene un tipo de coloboma, una fractura completa en el iris, lo cual consiste en una línea negra que alcanza desde la pupila hacia el borde del globo ocular.
Sin embargo, las autoridades portuguesas han declarado que no tienen pruebas que sugieran que Madeleine sigue viva.
La familia de Julia se enojó con la joven tras sus declaraciones porque creen que intenta darles falsas esperanzas a los padres de Madeleine. “Piensan que soy una persona horrible”, dijo en redes la propia Julia.
Este episodio se suma al ya vivido el pasado abril, cuando el alemán Christian Brueckner fue imputado por la desaparición de la pequeña a petición de la Fiscalía portuguesa.
El caso
Madeleine McCann fue arrancada de su habitación del complejo turístico Ocean Club de Praia da Luz el 3 de mayo de 2007 en medio de unas vacaciones familiares en Portugal. Mientras ella y sus hermanos dormían, sus padres y un matrimonio amigo cenaban a pocos metros de su cuarto e iban a verlos cada quince minutos. Sin embargo, en una de las rondas, descubrieron la cama de la niña vacía. A partir de ese momento, comenzó la ardua búsqueda del culpable.
Entre los casi 20 sospechosos que ha investigado hasta hoy la policía portuguesa –en colaboración cuerpos de otros países– se encuentran los mismos padres de Madeleine.
En un primer momento el cerco se estrechó sobre Robert Murat, un consultor inmobiliario que convivía con su madre cerca del lugar donde desapareció la pequeña. Murat se ofreció a la familia como traductor y portavoz ante la prensa, lo que provocó que se airease sobre su vida privada y fuese objeto de escrutinio. Un divorcio, una hija de apariencia similar a Madeleine a la que hacía tiempo que no veía... Finalmente la policía portuguesa decidió investigarlo como sospechoso pero nada parecía evidenciar vinculación alguna con el caso.
El 6 de septiembre de 2007 se declaró oficialmente sospechosa a la madre de Madeleine, Kate McCann, una médica clínica, después de ser interrogada por aproximadamente 11 horas. Este giro en la investigación se produjo después de que unos perros entrenados para rastrear cadáveres detectaran olor a sangre en el departamento de los McCann. Mientras tanto, el padre, Gerry, un reconocido cardiólogo, también fue interrogado durante cerca de nueve horas en calidad de testigo. Tras su declaración, se le atribuyó la calidad de “argüido” a él también.
El 19 de marzo de 2008, sin embargo, dos diarios británicos publicaron sus disculpas en primera plana, tras haber inculpado a los McCann por la muerte de su hija. Los diarios alegaban en sus disculpas que no había evidencia para relacionar a los McCann con la muerte de su hija.
En todo este tiempo, Kate y Gerry McCann televisaron hasta la saciedad el rostro de su hija, impotentes ante la ineficiencia de las autoridades –según denunciaron– y convencidos de que difundir su imagen ayudaría a encontrarla. Alrededor de 9000 supuestos avistamientos de Maddie por todo el mundo, Portugal, Marruecos, Malta, Chile... Pistas falsas y un teléfono que no dejaba de sonar dieron paso al nacimiento de todo tipo de especulaciones pero nunca nada concluyente.
Tras varios años de intriga, en junio del 2020 las autoridades posicionaron a Christian Brueckner como principal sospechoso del caso.
El hombre alemán cumple actualmente una condena de siete años por violar a una mujer en Algrave, dos años antes de que la niña se desapareciera del hotel sin dejar rastro. Asimismo, cuenta con un extenso prontuario de crímenes de índole sexual, especialmente vinculados al abuso de menores y a la portación de pornografía infantil. En el 2015, luego de que su novia lo acusara por violencia doméstica, la Policía allanó su hogar y encontró no solo filmaciones ilegales sino también diversas conversaciones que mantuvo con otros pedófilos a través de las redes.
En 2021, el fiscal alemán Hans Christian Wolter aseguró que los investigadores tienen pruebas suficientes para presentar un cargo contra Brueckner por haber asesinado a McCann, pero, antes, quieren “fortalecer su posición”.
A pesar de las declaraciones del fiscal, no se ha encontrado el paradero ni ningún rastro de Madeleine McCann. Tampoco se ha acusado formalmente a nadie por su desaparición.