El primer ministro holandés, Mark Rutte, cuenta con el respaldo de tres de los países más importantes de la OTAN -Estados Unidos, Reino Unido y Alemania- para suceder a Jens Stoltenberg como secretario general de la Alianza Atlántica, en plena guerra en Ucrania.
A falta de un acuerdo entre los aliados sobre un sustituto el actual secretario general fue reelegido en el verano de 2023 por un año más. Cuando deje el puesto, el noruego habrá dirigido la organización durante diez años, marcados por tensiones cada vez mayores con Rusia.
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El nombre de Rutte, de 57 años, lleva meses circulando como su posible sucesor.
Estados Unidos “ha dejado claro a (sus) aliados” de la OTAN que el primer ministro neerlandés Mark Rutte “sería un excelente secretario general” de la Alianza Atlántica, declaró a los periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
Rutte ya recibió oficialmente el apoyo público del Reino Unido y de Alemania.
Pero algunos de los 31 estados miembros de la Alianza creen que ha llegado el momento de que una mujer dirija la OTAN por primera vez. La primera ministra estonia, Kaja Kallas, había manifestado su interés.
Rutte, primer ministro liberal desde 2010, ha anunciado su intención de abandonar la escena política holandesa, pero permanecerá en el cargo a la espera de la formación de un nuevo gobierno.
Las negociaciones están estancadas desde que la extrema derecha ganó las elecciones en noviembre.
Rutte cuenta con varios puntos fuertes: ha forjado vínculos con varios líderes europeos y tiene buena relación con el expresidente estadounidense Donald Trump, cuyo posible regreso a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre ronda los pasillos de la OTAN en Bruselas.
Mark Rutte no dudó en contradecirle públicamente durante una visita a la Casa Blanca.
Otro de los criterios de la OTAN es que el país de origen del candidato tenga un fuerte compromiso en defensa.
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Los estados miembros se han comprometido a dedicar el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB) a defensa, un objetivo que Holanda roza, gracias sobre todo a Rutte.
Los diplomáticos de la OTAN consideran esencial el compromiso en este tema si Donald Trump vuelve al poder.
Este último ha pedido varias veces a los aliados que aumenten sus gastos en defensa porque de lo contrario Estados Unidos reducirá los suyos o incluso abandonará la Alianza.
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