Molise, una pequeña región en el sureste de Italia, es famosa por algo muy particular: no existe.
Bueno, técnicamente, sí existe.
Como el resto de las 20 regiones oficiales de Italia, Molise tiene un estatus igual al de Toscana, Lombardía o Piamonte.
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Celebra elecciones regionales y vota en los comicios nacionales. Limita con las regiones de Los Abruzos, Apulia, Lacio y Campania, todos ellos lugares indiscutiblemente reales.
Entonces ¿por qué a los italianos les gustafingir que Molise no existe?
“La primera vez que lo vi fue en internet hace varios años”, explica Enzo Luongo, periodista y autor del libro Il Molise Non Esiste (“Molise no existe”).
“La gente había comenzado a utilizar el hashtag #ilmolisenonesistecomo una broma, burlándose del pequeño tamaño de la región, así como de nuestra relativa poca fama en Italia”.
Sin embargo, lo que sorprendió a Luongo fue la creatividad de los comentarios que inspiraron el hashtag.
Iban desde lo divertido (“Escribí ‘Molise no existe’ como mi estado de Facebook. A mi profesor de geografía le gustó”) hasta lo completamente absurdo (“Conocí a un chico de Molise que estaba haciendo su año Erasmus de intercambio en Italia”).
Parecía que la región, hasta ahora ignorada, había despertado repentinamente una creatividad latente entre sus compatriotas.
“Conspiración Molise”
La conocida como “conspiración Molise” se ha convertido en un fenómeno cultural dentro de Italia generando libros, canciones, videos, monólogos teatrales, artículos de noticias y más.
Desde el comediante Beppe Grillo hasta el ex primer ministro Matteo Renzi: todos han mencionado en algún momento la región.
Una popular página de Facebook llamada Molisn’t - lo non credo nell’esistenza del Molise (“Molisn’t - No creo en la existencia de Molise”) vende productos con el lema “Molisn’t” como camisetas y tazas.
Incluso se han llegado a publicar trabajos científicos simulados que especulan sobre la existencia de la región, al tiempo que los memes en internet comparan Molise con Narnia, el reino helado y ficticio de la saga de películas, y muestran mapas de Italia con un agujero negro donde debería estar la región.
Un video de YouTube del 2015 -titulado dramáticamente IL MOLISE NON ESISTE !!- tiene más de 1,6 millones de visitas. Es decir, cinco veces más la población de 305.000 habitantes que tiene Molise.
Así que en apenas unos pocos años, la región ha pasado de ser una desconocida a convertirse, posiblemente, en un chiste nacional en Italia.
Mi tren llegó a la ciudad turística de Termoli, situada en el tramo de costa de 35 km que corresponden a la región de Molise.
El pintoresco pueblo pesquero se encuentra en un promontorio amurallado que se asoma al mar Adriático, y está vigilado por un formidable castillo del siglo XI.
Para la mayoría de visitantes, la atracción principal de Termoli es su larga playa de arena y sus trabucchi, las cabañas tradicionales de pesca que se asientan sobre pilotes en el agua.
La ciudad también es el hogar de A Rejecelle, la calle más estrecha de Italia, que con 34 cm de ancho solo pude atravesar de lado y encogiendo el estómago.
“Hace diez años, cuando les decía a otros italianos que yo era de Molise, se quedaban en blanco. Literalmente nunca habían oído hablar de la región”, me cuenta María Laura Pace cuando la conocí en la plaza principal de Termoli.
“Ahora cuando les menciono Molise, se ríen y dicen que Molise no existe. En cierto modo, ese es el avance”.
“Entonces, ¿cómo te sientes cuando dicen que no existe?”, le pregunto.
“La gente aquí estaba un poco desconcertada al principio, pero ahora creo que hemos llegado a aceptar lo absurdo de todo”, dice riendo.
“Quiero decir, ¡por supuesto que existimos!”
Históricamente en el olvido
A lo largo de la historia de Italia, Molise nunca ha estado en el radar.
En la antigüedad, la región era el hogar de los samnitas, una misteriosa tribu que libró numerosas batallas con los romanos antes de ser sometida en el siglo III a. C.
Pobre y montañosa, fue en general ignorada por los romanos y nuevamente por los lombardos, los normandos, los borbones y otras dinastías que pasaron por allí.
En 1861, se convirtió en parte de la región de Abruzzo e Molise creada después de la Segunda Guerra Mundial, pero se separó de Abruzzo en 1963 para convertirse en la región más joven y menos conocida de Italia.
Las razones de aquella separación no están muy claras y muchos residentes argumentarán que tal vez la separación fue un error y que deberían volver a integrarse con Abruzzo, con quienes comparten fuertes lazos culturales.
Otros, como Pace, están muy orgullosos de su región.
Hace unos años, regresó del extranjero para unirse a Moleasy, una red de emprendedores que buscan impulsar el turismo en la región.
“Queremos compartir nuestro amor por nuestra región natal”, me dice.
“Tenemos montañas y mar, pueblos antiguos increíbles, festivales medievales, comida deliciosa, y todo dentro de una pequeña área geográfica. A diferencia de otras partes de Italia, aquí todavía puedes ver cómo era la vida hace unos siglos”, asegura.
La organización Moleasy se ha centrado en el desarrollo del turismo reposado: hoteles dispersos, recorridos gastronómicos, estancias en granjas, visitas culturales...
“Estamos tratando de atraer a personas que ya han estado en Roma, Venecia, Florencia, etc., y que están buscando algo completamente fuera del mapa turístico”, dice.
“En cierto modo, somos el último gran desconocido de Italia”.
La oportunidad tras los memes
Pace ve el fenómeno “Molise no existe” como una oportunidad para darle a la región una marca única.
“Nunca vamos a ser Toscana, pero es que no queremos ser Toscana. Queremos ser Molise”, afirma. Y con esa frase nos fuimos a dar un paseo a la catedral principal de Termoli.
El elegante edificio románico fue construido en los siglos XII y XIII y sobrevivió al saqueo de la ciudad por piratas otomanos a mediados del siglo XVI.
Hoy, es un lugar popular para celebrar bodas y conciertos.
“Dentro de esta iglesia yacen las reliquias de San Timoteo, el primer evangelista cristiano que viajó con San Pablo y que se dirige a él en el Nuevo Testamento”, susurra Pace.
“Es increíble que nuestra pequeña región tenga monumentos tan importantes. Si esto fuera en otro lugar, sería la principal atracción turística. Si la gente supiera que esto está aquí...”.
Tomé un autobús desde Termoli y me dirigí hacia el interior de Molise.
Al adentrarme aún más en el corazón de la región, vi cómo suaves colinas verdes daban paso a vastas montañas. Mientras, pueblos dispersos con sus campanarios delgados como lápices y casas apretadas parecían desvanecerse en el borde de la montaña.
Muchas de las aldeas de la región todavía están conectadas por tratturi, antiguos caminos de pastores que lentamente se están redescubriendo como rutas de senderismo.
Uno de esos pueblos es Agnone, sede de la fundición Marinelli Bell.
Fundada en 1339, es la fundición de campanas de operación continua más antigua del mundo, además de ser la empresa familiar más antigua de Italia y el proveedor oficial de campanas para el Vaticano.
Marinelli se ha convertido en un símbolo del espíritu de Molise: sin el turismo que interrumpa la vida aquí, la tradición es la que reina.
“Molise es uno de los últimos lugares auténticos en Italia. De hecho, diría que es un lugar verdaderamente atemporal”, afirma Simone Cretella, un político local de la región.
“Desafortunadamente, el Estado nunca creyó que pudiéramos atraer turistas. Pensaron que la única forma de mejorar nuestro desarrollo era a través de la industria, por lo que construyeron todas estas fábricas aquí”, agregó.
"Pero ahora las fábricas están cerradas y todos los jóvenes se empiezan de nuevo a ir ".
En una región que históricamente ha luchado con la pobreza, el aislamiento y los terremotos, el problema de la despoblación está siempre presente.
Tanto que, según el diario británico The Guardian, el presidente de la región ofrece dinero a la gente para que venga a vivir a Molise.
Molise no... ¿existirá?
La inversión privada en la región sigue siendo baja, la infraestructura es pobre y el desempleo es alto, lo que obliga a muchos jóvenes a irse en busca de trabajo.
Para algunos, “Molise no existe” es menos una broma y más una predicción sobre el futuro de la región.
“Nadie quiere irse de Molise. Hay muchos lugares bellos y hay cultura. Me siento muy orgulloso de vivir en una región donde hay belleza en todas partes”, diceCretella.
“Lo que necesitamos es turismo. Necesitamos desarrollar las estancias en granjas, las rutas de senderismo, las ciclovías”, explica.
“Necesitamos que los jóvenes se queden y desarrollen su región a través del turismo sostenible. Siento que este tipo de turismo realmente podría salvar a Molise”.
Al igual que Pace, Cretella ve el meme “Molise no existe” como una oportunidad sin precedentes para promocionarla región tanto en la propia Italia como en el extranjero.
“Molise no existe” es, en cierto modo, una marca perfecta", señala.
“Pone en valor nuestras fortalezas: nuestro misterio, nuestra peculiaridad, el hecho de que este es un lugar que no tiene un turismo masivo. Crea esa curiosidad que hace que las personas quieran descubrir nuestra región, y cuando lo hacen, siempre se sorprenden de lo hermosa y diversa que es”.
“Nadie que viene a Molise se va decepcionado. Solo necesitamos transmitir el mensaje”.
Cretella ha pasado gran parte de su mandato político tratando de convencer a las autoridades de turismo para que adopten una estrategia de marketing basada en la supuesta inexistencia de la región, pero con poco éxito.
Una de las desventajas de vivir en una región “atemporal”, explica, es que es difícil cambiar la mentalidad de las personas.
A pesar de esto, Cretella está convencido de que el turismo es el futuro de Molise y que “la conspiración de Molise” es positiva.
“Después de todo”, dice, “¿quién no querría visitar una región que no existe?”.