Los escoceses votan este 5 de mayo la mejor forma de hacer frente a la peor crisis del coste de vida, en unos comicios locales dominados por el Partido Nacional Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon, que busca un nuevo respaldo para convocar un nuevo referéndum sobre la independencia de la región.
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Escocia vuelve a las urnas un año después de los comicios autonómicos, con un tercio de su ciudadanía preocupada de no poder afrontar los gastos cotidianos por el aumento del precio de la compra, la energía y los impuestos, según el barómetro digital Scotpulse.
El gas y la electricidad subieron un 54 % desde el 1 de abril en todo el Reino Unido, y las administraciones locales en Escocia aumentaron su recaudación tributaria un 3 %.
En estos comicios locales, el foco en la mayoría de los programas políticos está en mitigar el incremento del impuesto municipal.
“Necesitamos ayudar a la gente lo máximo posible”, dijo a Efe el portavoz conservador para el Gobierno local, Miles Briggs.
Los unionistas (por los “tories” que defienden la pertenencia de Escocia en el Reino Unido), afirma Briggs, son los “únicos comprometidos en su congelación, cuando sea posible”.
Además, agregó, pedirán al Gobierno escocés un plan para ayudar a los hogares a renovarlos con materiales aislantes a fin de que las familias puedan reducir sus facturas energéticas.
Por su parte, el principal partido de Escocia, SNP, promete en su programa un total de 290 millones de libras (345,45 millones de euros) en ayudas para paliar esta crisis.
En casi su totalidad buscan mitigar el impacto del impuesto municipal y hacer frente al alza de los precios energéticos, ya que afectan a 874.000 hogares, según la ministra de Economía del Ejecutivo autonómico escocés, Kate Forbes.
PROMESA DE UN REFERÉNDUM DE INDEPENDENCIA
El SNP incorporó a sus promesas “respaldar el plan del Gobierno” autonómico de dar la “oportunidad a la sociedad de elegir su futuro” antes del final de 2023, a través de un referéndum de escisión.
La política en Escocia está dominada por el partido nacionalista, ya que las encuestas sugieren que podría alcanzar el 44 % de los votos en estas elecciones locales.
“Sería una sorpresa que no lo hiciera mejor que en las anteriores (2017)”, afirmó a Efe el profesor John Curtice, experto analista político, quién augura un descenso del Partido Conservador en detrimento del Laborista, por primera vez desde 2016.
Curtice lo achaca al desinterés “entre los votantes conservadores”, y no por la fortaleza del Laborismo.
Las fiestas en Downing St, residencia del primer ministro británico, Boris Johnson, en la pandemia, han hecho mella al conservadurismo “lo justo para perder el segundo puesto”, sostiene.
Los socios de Gobierno autónomo -Verdes-, también favorables a la independencia, se beneficiarán de su presencia en el Ejecutivo, señala. Estos comicios los marcarán “los problemas locales y la popularidad de los candidatos”, explica el politólogo.
“Un buen resultado del SNP -denuncia el diputado conservador Miles Briggs- será utilizado como excusa para forzar otro referéndum, que la mayoría de los escoceses no quieren.”
Sólo el 36 % de la población apoya en estos momentos una consulta en 2023, según un sondeo reciente de la firma YouGov, y votaría a día de hoy por la permanencia en el Reino Unido -53 % frente a un 47 % de los escoceses-.
A pesar de ello, según Curtice, estos comicios servirán al Gobierno escocés para continuar con sus planes: “introducir la ley en el Parlamento” para la celebración del referéndum y publicar un Libro blanco de la independencia, en las próximas semanas.
Curtice, uno de los politólogos más prestigiosos del Reino Unido, ve más “importante” las próximas generales (2024), en las que ve “una probable Administración laborista en minoría en Westminster (Gobierno central) que necesite el apoyo del SNP”.
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