La muerte en Italia de una modelo marroquí que había sido invitada regular de las fiestas sexuales organizadas por el ex primer ministro Silvio Berlusconi está siendo tratada como un posible asesinato, informaron las autoridades.
Imane Fadil, de 33 años, falleció en un hospital de Milán el 1 de marzo, un mes después de haber sido ingresada por dolores abdominales.
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En ese momento la modelo, que estaba escribiendo un libro sobre sus experiencias, les dijo a amigos y a su abogado que había sido envenenada.
Fadil también había participado como testigo en el juicio del 2012 en contra de Berlusconi en el que se le acusaba de haber pagado para tener relaciones sexuales con una prostituta menor de edad.
Berlusconi fue condenado en primera instancia pero luego sobreseído en fase de apelaciones.
Luego recibió una condena por fraude fiscal y sentenciado a servicio comunitario y en la actualidad enfrenta otras acusaciones, incluyendo la de haber sobornado a testigos.
"Es muy triste cuando muere una persona joven. Pero yo nunca conocí a esta persona, nunca hablé con ella", dijo el sábado de la muerte de Fadil.
"Y lo que leí de sus declaraciones me hace pensar que todo fue inventado. Es absurdo", agregó.
"Severas anomalías"
El fiscal en jefe de Milán, Francesco Greco, le dijo a la agencia Reuters que en los registros médicos de Fadil habían "severas anomalías".
"Los doctores no han identificado con ninguna certeza ninguna patología que pueda explicar la muerte", agregó.
Como parte de la investigación los magistrados que investigan su muerte ya obtuvieron una copia del manuscrito en el que la modelo estaba trabajando, reportaron medios italianos.
La reputación de Berlusconi se vio seriamente dañada por las alegaciones vinculadas a las fiestas organizadas en su casa de recreo.
En octubre del 2010, se supo que el entonces primer ministro había llamado a una estación de policía para solicitar la liberación de una joven de 17 años, Karima "Ruby" El Mahroug.
La joven, que había sido arrestada por robo, también era una invitada habitual de las llamadas fiestas "bunga-bunga".
En junio del 2013 Berlusconi fue declarado culpable de abuso de poder y de haber pagado por sexo. El veredicto, sin embargo, fue eventualmente revertido, en el 2014.
Berlusconi siempre ha sostenido "no ser un santo" pero niega haber pagado por servicios sexuales porque "nunca he entendido donde puede estar la satisfacción si te pierdes el placer de la conquista".