¿Cómo la enfermedad de la princesa Catalina complica más a la familia real británica?

MIRA: La princesa Catalina anuncia que se le ha diagnosticado un cáncer | VIDEO

“Han sido un par de meses increíblemente duros para toda nuestra familia, pero he tenido un equipo médico fantástico que me ha cuidado muy bien”, dijo la princesa de 42 años, esposa del príncipe Guillermo, heredero de la corona británica.

Aunque no especificó el tipo de cáncer que padece, afirmó que está “bien” y detalló que ha iniciado un tratamiento de “quimioterapia preventiva”.

“En enero me sometí a una operación abdominal importante en Londres. En ese momento se pensó que mi condición no era cancerosa. Sin embargo, las pruebas realizadas después de la operación revelaron la presencia de cáncer”, dijo Catalina, sentada en una banca de madera frente a un césped salpicado de narcisos.

La princesa reconoció que la situación causó “gran conmoción” en la familia real británica y que ella y su esposo han estado haciendo todo lo posible “para procesar y manejar esto en privado por el bien de nuestra joven familia”, en alusión a sus tres hijos, Jorge, de 10 años, Carlota, de 8, y Luis, de 5.

“Nos ha costado un tiempo explicarles todo de una manera que fuese apropiada para ellos y les tranquilizara de que estaré bien”, dijo Catalina, quien pidió que se respetara su “tiempo, espacio y privacidad” mientras recibe tratamiento.

La princesa no aparecía en público desde Navidad, hasta que esta semana se la vio en un video en el que caminaba con su esposo desde una tienda que vende productos cosechados de la familia real en Windsor.

El médico e historiador especialista en monarquías Amadeo-Martín Rey y Cabieses considera que la princesa “se ha visto obligada a hacer esta declaración pública porque no la dejan en paz”. “Hacerlo en video era necesario porque después de todo lo que se dijo y se inventó no bastaba una comunicación en mensaje o una nota de prensa”, comenta a El Comercio.

La noticia es otro golpe para la familia real luego del anuncio el mes pasado de que el rey Carlos III recibe tratamiento por un tipo no especificado de cáncer que fue descubierto mientras se sometía a un procedimiento por un agrandamiento benigno de la próstata.

Rey y Cabieses explica que Carlos III comunicó su enfermedad mucho antes que la princesa porque él es el rey y jefe de Estado. “Su ausencia supondría un cambio institucional y eso sí afecta el devenir de la corona. En el caso de la princesa de Gales no es así”, apunta.

Para el experto es claro que este “es un año difícil para la monarquía”. “Además de ser un problema de salud, evidentemente esto supone más trabajo para el príncipe de Gales y para los miembros de la familia que tienen capacidad de representación”, señala Rey y Cabieses.

En un análisis para el diario “The Guardian”, la corresponsal Heather Stewart afirmó que los problemas y las revelaciones de los últimos 12 meses traen a la mente el discurso en el que la difunta reina Isabel II mencionó el “annus horribilis” en 1992.

Aquel año, las revelaciones incluyeron la publicación de detalles sobre las problemáticas vidas privadas de Diana y Carlos, el Príncipe y la Princesa de Gales; la separación del hijo de la reina, el príncipe Andrés, y el divorcio de la hija de la reina, la princesa Ana; y el incendio que había hecho esoros en el Castillo de Windsor.

En el caso de Catalina y Carlos III, la analista señala que “la falta de detalles sobre la condición de cualquiera de los dos, y el silencio de la familia real durante las semanas y luego los meses siguientes, alimentó la sensación de que al público no se le había contado toda la historia”.

Además, las tensiones y los problemas familiares se han hecho más evidentes en los últimos años. Incluso en el funeral de Isabel II, “el príncipe Andrés no llevaba uniforme militar mientras caminaba detrás del ataúd de su madre, después de haber sido despojado de sus deberes reales a raíz de las reclamaciones de abuso sexual hechas en un caso judicial estadounidense, que el príncipe siempre ha negado. Harry regresó para el funeral de su amada abuela; pero su presencia solo sirvió para subrayar su condición de semidesapego”, agrega Stewart.