El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson. REUTERS
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson. REUTERS
/ POOL
Agencia EFE

El primer ministro , , defendió este sábado su gestión, pese a otra reciente derrota electoral, y advirtió a quienes critican su forma de ser que no es posible que experimente “una transformación psicológica”.

Johnson insistió en que seguirá al frente del Gobierno pese al descalabro del Partido Conservador el pasado jueves en dos circunscripciones inglesas donde tenía amplia mayoría, en una entrevista con la BBC desde Ruanda, donde asiste a la cumbre de la Commonwealth.

Tras la pérdida de esos dos escaños -en zonas además partidarias del Brexit, que él abanderó-, uno de los dos presidentes del partido, Oliver Dowden, dimitió, al considerar que “alguien debe asumir la responsabilidad”.

En la entrevista desde Kigali, Johnson aseguró que “acepta humildemente” las críticas pero matizó que debe distinguir entre “las que importan y las que no” y justificó la pérdida de los dos escaños por el hecho de que los electores “están hartos” de que la conversación sea sobre él y no sobre sus iniciativas gubernamentales.

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El dirigente, que rechazó dimitir tras ser multado por fiestas ilegales en Downing Street durante la pandemia, dio como ejemplo de algo por lo que dejaría el cargo si le dijeran que debe “abandonar la causa de Ucrania” porque “fuera demasiado difícil o costoso”.

Johnson declinó comentar la noticia de que uno de sus ayudantes tanteó a la organización benéfica de los duques de Cambridge para que dieran trabajo a su esposa, Carrie -otro escándalo con el que se le vincula-.

Pese a la debilidad de su Ejecutivo, el líder “tory” ha rechazado regresar al Reino Unido hasta que no complete su agenda fuera del país, que acaba el próximo jueves después de asistir a las cumbres del G7 en Alemania y la OTAN en España.

Mientras está ausente, varios diputados de su formación vuelven a maniobrar para tratar de cambiar las normas internas a fin de poder convocar antes de plazo una nueva moción de censura contra su jefe, que superó por poco margen una primera el 6 de junio.

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