El rey Carlos III tuvo otro episodio de frustración que se volvió viral en las redes sociales luego de que un bolígrafo agujereado lo manchara con tinta durante una ceremonia de firmas en Irlanda del Norte, la segunda vez en los últimos días que ha mostrado una irritación visible durante los actos protocolares que ha tenido que asumir como nuevo monarca tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel II el pasado jueves a sus 96 años.
Su majestad el rey, de visita en Irlanda del Norte como parte de una gira por el Reino Unido para encabezar el luto por su madre, fue recibido por multitudes que lo aclamaban y con discursos de bienvenida. Estuvo acompañado por la nueva reina consorte, su esposa Camilla, ambos luciendo trajes negros en respeto a la desoladora pérdida que entristeció al país entero.
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Poco después de saludar a los seguidores de la Corona, el matrimonio real se dirigió al castillo de Hillsborough, cerca de Belfast, para realizar una firma de libros. Fue entonces cuando Carlos reaccionó con frustración cuando el bolígrafo que estaba utilizando goteó tinta en su mano.
“¡Oh, Dios, odio esto!”, dijo enfurecido el nuevo rey al notar cómo chorreaba la tinta. Acto seguido, se puse de pie y le entregó el lapicero a su esposa.
“No puedo soportar esta maldita cosa...”, lanzó el mandatario sobre el bolígrafo.
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Minutos antes de notar la fuga en el bolígrafo, el soberano se enfadó al confundir la fecha del día de hoy y escribirla mal sobre el papel. Uno de sus asistentes le advirtió que era el 13 de septiembre y no el 12 ante la confusión del rey.
Esta es la segunda vez en menos de una semana en la que el rey Carlos III se muestra visiblemente molesto en público, episodios que se difunden en las redes sociales por su sorpresivo temperamento.
El sábado, al firmar documentos en Londres, un irritado Carlos hizo un gesto y una mueca inoportuna para que sus ayudantes le corrieran un portaplumas que ocupaba lugar en el centro de la mesa.
Antes de ser nombrado rey, un antiguo ayudante confesó que Carlos podía ser divertido, pero que también era irascible y exigente.
Durante su recorrido por Belfast, Carlos III se comprometió ante las autoridades y representantes de todos los partidos de Irlanda del Norte a seguir los pasos de su madre, en un esfuerzo por fomentar la reconciliación y un futuro mejor en la nación históricamente turbulenta del Reino Unido.