Los mandatarios de la Unión Europea se reúnen este miércoles en una cumbre en Bruselas sobre la crisis migratoria en medio de profundas divisiones, tras el acuerdo alcanzado la víspera para el reparto de 120.000 refugiados.
El martes, los ministros de Interior aprobaron el plan de reparto de 120.000 refugiados sirios, iraquíes y eritreos llegados a Grecia e Italia, a pesar de que cuatro países del centro y este del bloque votaran en contra.
La decisión, que supone que cada país del bloque, con la excepción de Gran Bretaña, reciba una parte de los refugiados se impone igualmente a esos cuatro países --República Checa, Eslovaquia, Rumania y Hungría-- a pesar de su rechazo.
Los ministros no llegaron a un consenso y se vieron obligados a adoptar la medida por mayoría cualificada, exponiendo sus divisiones.
A sólo unas horas de reunirse con sus homólogos en Bruselas, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, fustigó el "imperialismo moral" que, según él, la canciller alemana Angela Merkel intenta imponer al resto de Europa en la crisis de los refugiados.
En tanto, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, repitió que su país "no tiene intención" de respetar las cuotas de refugiados y que presentó una denuncia ante la justicia europea.
"El futuro mostrará hasta qué punto esto es un error", lamentó el presidente checo, Milos Zeman, que espera revocar la decisión en la cumbre de esta tarde.
Por su parte, también horas antes del comienzo de la cumbre, la Comisión Europea propuso movilizar hasta 1.700 millones de euros en 2015 y 2016 para hacer frente a la crisis. El dinero irá tanto a los Estados miembros como a los países vecinos de Siria que recibieron unos cuatro millones de refugiados así como las agencias de la ONU que administran los campos de refugiados.
- Contención -
Los mandatarios de la UE, ante el desafío de la mayor crisis migratoria registrada en décadas, deberán completar el plan poniendo el acento en la contención de los flujos de migrantes cerca de sus orígenes.
En los planes está el aumento de la ayuda financiera a los países fronterizos de Siria que recibieron casi cuatro millones de refugiados (Turquía, Jordania o Líbano), dirigida a las agencias de la ONU que administran los campos de refugiados.
"Debemos ayudar a nuestros vecinos", dijo el comisario europeo Johannes Hahn, que propone destinar sólo a Turquía hasta 1.000 millones de euros de una ayuda ya presupuestada para controlar las fronteras y recibir a los refugiados.
En la mesa estarán también las políticas para el retorno de aquellos migrantes a los que no se les ortorga asilo. La UE expulsa a 39% de los llamados "migrantes económicos".
El control de las fronteras exteriores de la UE, así como la construcción de centros para recibir a los migrantes en Grecia e Italia, también serán abordados.
La UE quiere acelerar la construcción de lo que llama "hot spots", es decir centros utilizados para recibir a los solicitantes de asilo, registrar sus huellas dactilares, hacer un primer análisis sobre su solicitud de asilo y reubicarlos en algún país de la UE si tienen posibilidades de obtener la protección internacional, o expulsarlos hacia su país de origen.
- Hasta un millón de refugiados -
Los 28 miembros del bloque ya tuvieron serias dificultades para ponerse de acuerdo sobre el reparto de 40.000 refugiados propuesto por la Comisión en mayo. La medida fue adoptada recién la semana pasada.
En total, un millón de demandas de asilo podrían presentarse en 2015 en los países de la UE, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este organismo, que agrupa a los países desarrollados, aseguró en un informe publicado el martes que el continente tiene la capacidad y la "obligación" de acoger a refugiados.
En tanto, en Croacia, el ministerio de Interior indicó que cerca de 9.000 migrantes entraron el martes, una cifra récord desde que comenzaron a pasar por ese país de la UE la semana pasada para dirigirse hacia el oeste de Europa.
Más de 44.000 migrantes llegaron a Croacia en la última semana, luego de que Hungría sellara sus fronteras.
Hungría -por donde transitaron desde principios de año 225.000 migrantes-, sorda a las críticas de sus socios de la UE y de las ONG, continúa la construcción de una valla en su frontera con Croacia, por donde ingresan desde hace días decenas de miles de migrantes.