Gisella López Lenci

Venecia vive del turismo, pero el turismo la está matando lentamente. La ciudad de los canales, esa que todos sueñan conocer para tomarse una foto romántica en una góndola o en uno de sus puentes, está sobrepasada por la llegada incontrolable de viajeros. Las cifras son claras: en un día pico llegan 150 mil visitantes, que bajan desde cruceros y trenes, mientras que el número de residentes locales ronda apenas los 50 mil.