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Windsor
Redacción EC

En la pintoresca ciudad inglesa de Windsor, a unos pasos del imponente castillo donde a la reina Isabel le gusta pasar sus fines de semana, una decena de sintecho se protegen del frío con cartones.


Pero a solo cuatro meses y medio de la boda del príncipe Harry con su prometida estadounidense Meghan Markle en la capilla gótica del castillo, la voluntad de las autoridades locales de despejar el lugar suscita la indignación.

En un correo enviado al jefe de la policía local, el dirigente conservador del ayuntamiento de Windsor y Maidenhead, Simon Dudley, insta a actuar a la policía.

"Es cada vez más inquietante ver la cantidad de bolsas y de desechos que estos mendigos acumulan en nuestras aceras", escribe el representante, que denuncia también una "mendicidad agresiva".

"Esta situación hace que una hermosa ciudad aparezca bajo una luz desfavorable" cuando "el interés turístico del lugar va a multiplicarse ante la llegada del enlace real en mayo", lamenta.

Según el gabinete Brand Finance, la ceremonia debería atraer a cientos de miles de turistas a la ciudad, de unos 30.000 habitantes, situada a unos 40 km al oeste de Londres. Los beneficios para la economía británica se calculan en 500 millones de libras (cerca de 564 millones de euros).


'Escandalizados'

Para Simon Dudley, los sintecho tienen menos derecho de entrada para el gran día, especialmente porque es el resultado de una "elección" de vivir en la calle.

Intentando refugiarse del viento invernal en el centro de la ciudad donde llegó hace dos años debido a una enfermedad mental, Stephanie protesta. "No he elegido estar aquí, la gente me da lo que quiere darme", explica a la AFP.

Las declaraciones del dirigente conservador de Windsor, que provocaron rechazo hasta en la cima del gobierno, son especialmente chocantes a ojos de Murphy James, responsable de una asociación local de ayuda a los sintecho, porque el príncipe Guillermo, su hermano pequeño Harry y su futura esposa, están comprometidos desde hace tiempo en la defensa de estas personas.

"Estoy seguro de que están escandalizados por estos comentarios, como yo mismo y muchos habitantes de Windsor", asegura a la AFP, en la iglesia donde Windsor Homeless Project ofrece comida caliente, ropa, duchas y apoyo a los desfavorecidos.

Según él, en lugar de criminalizar a los sintecho, hay que atacar la raíz del problema. Haya o no una boda real.

"Siempre hemos tenido a entre 12 y 15 personas durmiendo en la calle. Es un problema permanente", explica.

Lamenta igualmente la ausencia de refugios de urgencia en la ciudad y la insalubridad de los alojamientos propuestos por el ayuntamiento, a menudo "infestados de ratas".


'Perezosos'

En las calles de Windsor, numerosos transeúntes dedican apenas una mirada a los mendigos. Peggy Outhwaite se enfada por no poder esperar tranquilamente al autobús, y mira con reprobación a uno de ellos, refugiado en la marquesina.

"No creo que deban estar aquí", asegura esta jubilada a la AFP, considerándolos "perezosos". "Es una ciudad real. Debe ser el día de Harry, y sobre todo un bonito día".

Derek Prime, el gerente de una tienda de 'souvenirs' donde ya exponen tazas y otros recuerdos con el rostro de los prometidos, se pregunta cuál es la realidad de las medidas de realojamiento reivindicadas por las autoridades. "Debería pasar una noche en la calle para ver lo que es", critica a propósito de Simon Dudley.

El jefe de la policía local, Anthony Stansfeld, prepara su respuesta pero ya anotó en un comunicado que "estas cuestiones no fueron planteadas" en el pleno municipal de octubre.

En diciembre, la policía de Windsor contestó al representante que ya se quejaba en Twitter de una "epidemia" de personas sin hogar en su ciudad. "Debemos proteger a las personas más vulnerables de nuestra sociedad trabajando juntos", respondió la policía en la red social, y señaló que "la vivienda es responsabilidad del consejo".

Fuente: AFP

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