Yakarta. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, visitó la zona más afectada por el terremoto y tsunami que arrasó parte de la ciudad de Palu en Indonesia y que coincide con el último día de intensa búsqueda de algunas de las 5 mil personas desaparecidas.
Junto al vicepresidente de Indonesia, Jusuf Kalla, el mandatario de la ONU examinó los serios daños causados por el desastre natural en la devastada ciudad de Palu.
Más del 75 por ciento de las 2.073 víctimas mortales, según los últimos datos oficiales, sucedieron en esta urbe donde la ola gigante golpeó con gran fuerza y se adentró a cientos de metros de la costa.
El representante de Naciones Unidas se desplazó al barrio de Balaroa, donde miles de viviendas fueron engullidas por la licuefacción del terreno, fenómeno que ocurre cuando un fuerte terremoto golpea un suelo de tierra arenoso y con grandes bolsas de agua, que se hunde y libera una gran cantidad de barro.
Según estimaciones de jefes locales, unas 5 mil personas están sin localizar en Balaroa y el pueblo de Petobo.
Durante la tarde, Antonio Guterres se encontró con algunos de los 82 mil desplazados en su visita a los refugios establecidos por las autoridades y donde inspeccionó el reparto de ayuda humanitaria, antes de partir.
Recordemos que las autoridades ampliaron por 24 horas las tareas de búsqueda y rescate de supervivientes, que concluirán hoy al terminar la jornada.
No obstante, un equipo de quince personas permanecerá en la zona a la espera de peticiones de los locales para evacuar víctimas, señaló a EFE el portavoz en Palu de la agencia nacional de búsqueda y rescate, Yusuf Latif.
El personal de rescate no ha encontrado a nadie con vida bajo los escombros desde hace más de una semana y las autoridades han anunciado que convertirán los lugares más devastados en zonas verdes y parques para la memoria.
El desastre natural en Célebes es el peor que padece Indonesia desde el tsunami que en 2004 barrió la provincia de Aceh, en el oeste del archipiélago, donde murieron 167 mil personas.
Indonesia se asienta sobre el llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", un área de gran actividad sísmica y volcánica sacudida por unos 7 mil temblores al año, la mayoría moderados.
Fuente: EFE