La complicada relación entre los presidentes de Argentina y Brasil, Javier Milei y Lula da Silva respectivamente, escribe un nuevo capítulo esta semana con el llamado a consulta del embajador brasileño en Buenos Aires, Julio Bitelli, al Palacio de Planalto. Un gesto que, por más intentos brasileños de rebajar su trascendencia, acaba siendo “un serio llamado de atención” para su contraparte, en opinión de la periodista argentina especializada en relaciones internacionales Dacil Lanza.
MIRA: Lula se reúne con el embajador de Brasil en Argentina para “revisar” relación bilateral
Bitelli se reunió con el canciller brasileño, Mauro Vieira, el presidente Lula y el vicepresidente Geraldo Alckmin, según reportaron medios como CNN Brasil, G1, UOL e Infobae.
Durante dichos encuentros los funcionarios pidieron un reporte al diplomático sobre la participación de Milei en la Conferencia de Acción Política Conservadora entre los días 6 y 7 de julio, en la que coincidió con el polémico exmandatario y acérrimo rival de Lula, Jair Bolsonaro.
El evento organizado por el sector más conservador de la política brasileña causó especial interés porque Milei, quien fue la gran figura de la cita, prefirió acudir a ella en lugar de participar de la cumbre de mandatarios de la Mercosur celebrada un día después.
Además, la cancelación de su participación tuvo lugar poco después de que Milei lanzara nuevamente duros calificativos contra Lula, a quien llamó “comunista” y “corrupto”. Las palabras calaron profundamente en el líder brasileño, quien exigió que su contraparte se disculpara si deseaba reunirse en algún momento con él.
Cabe resaltar que desde su elección, en noviembre del 2023, Milei no se ha reunido con Lula. Un tema que no es menor si consideramos que Brasil es el principal socio comercial para Argentina.
- La esperanza diplomática -
Desde el gobierno brasileño explicaron a los medios que la convocatoria al embajador Bitelli tenía como objetivo principal evaluar la dirección de la relación bilateral, que “atraviesa un momento diferente”.
“La idea es conversar sobre temas de la relación bilateral, cómo llevarla adelante de la mejor manera posible, con la atención que merece tener”, señaló el diplomático en declaraciones recogidas por Infobae. “La preocupación es que las diferencias entre los presidentes no perjudiquen la relación. Lula tiene claro que la relación entre los dos países debe continuar siendo importante, independientemente de las diferencias de prioridades y visiones de mundo”, añadió.
Fuentes de Planalto han asegurado a medios locales que el llamado a consulta no constituye una represalia contra el gobierno argentino. Dacil Lanza, periodista argentina de Télam y especialista en relaciones internacionales, considera que no deja de ser “un gesto muy simbólico”.
“Sin dudas Bitelli cuenta con una vasta experiencia en el campo diplomático y está claro su conocimiento de Argentina. Pero no me parece que el mejoramiento de las relaciones dependa del llamado a consulta que hicieron desde Itamaraty, ese tipo de llamados son, por un lado una búsqueda de información más precisa sobre el país al que está delegado, pero también es un gesto simbólico y un llamado de atención. Cuando un país llama a su embajador en consulta busca dar sin duda un simbolismo político de distancia y hoy debe leerse así este llamado a consulta”, considera la también autora del newsletter Mundo Propio en Cenital.com.
Si bien Milei y Lula se ubican en orillas políticas totalmente contrarias, el conflicto entre ambos líderes posee más matices personales que ideológicos. En diálogo con El Comercio, el analista político argentino Santiago Rodríguez Rey apuntó a la relación que Milei mantiene desde hace años con la familia Bolsonaro como el origen de esta enemistad con Lula.
“Milei está intentando establecer una especie de dicotomía global, es la misma reacción que ha tenido con Pedro Sánchez en España”, señala el analista.
Para Lanza, por otro lado, el enfrentamiento alcanzó un nuevo nivel durante las últimas elecciones argentinas, donde el jefe de Estado brasileño expresó su apoyo al kirchnerista Sergio Massa y llamó a “derrotar a la extrema derecha” que encarnaba Milei.
“Pero eso se lee en el contexto de una elección, una vez que Milei llega al poder el planteamiento debería ser otro porque no se trata de una cuestión de afinidades personales sino del futuro de dos países”, señala la periodista.
“A Milei no lo veo dispuesto a disculparse como lo exige Lula, la perspectiva es que puede llegar a seguir manteniendo relaciones a través de su canciller quien fue, se sacó fotos con Lula (en el Mercosur) y demás. Pero no lo veo dispuesto a dar el brazo a torcer y cumplir con esa condición que puso Lula. Salvo que cambie el escenario, a Milei le rinde en términos de su agenda individual pero no en términos de la agenda del país”, agrega.
- El socio más importante -
El tema toma una importancia aún mayor si consideramos que Brasil representa el principal socio comercial para Argentina. El gigante sudamericano es destino del 17,1% del total de las exportaciones argentinas y envía el 22,9% de los productos que importan, según el último informe comercial del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina.
Ambos gobiernos ya han enfrentado situaciones similares en el pasado. La más reciente fue cuando Bolsonaro y Alberto Fernández coincidieron en sus respectivos cargos, lo que les ha permitido desarrollar lo que Alejandro Frenkel, doctor en Ciencias Sociales y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de San Martín (Argentina), define como “política de paciencia estratégica”. De todas maneras, es innegable que esta tensión termina influyendo en las relaciones bilaterales.
Lanza coincide en que “la relación entre Brasil y Argentina difícilmente cambiará o se redefinirá por completo a partir del mal entendimiento entre Lula y Milei”, pero habría que pensar en las oportunidades de mejora que se estarían dejando de lado a causa de este distanciamiento.
“Brasil ha sido clave con respecto a cuestiones energéticas que pasaron en el reciente invierno argentino. Son cuestiones que no son obligaciones de Brasil sino mas bien gestos políticos que resultan claves para nosotros. Lo que se pierden son nuevas oportunidades de exploración comercial, política y apoyo entre los dos países. No creo que Lula ponga en jaque la relación estructural con Argentina pero lo veo dispuesto a seguir mandándole gestos simbólicos a Milei y viceversa”, agrega.