Nueva York. [EFE]. Una de las dos denunciantes clave del caso por abusos sexuales contra el productor Harvey Weinstein en Nueva York relató este lunes, entre lágrimas, cómo el empresario de Hollywood la agredió y violó supuestamente en dos ocasiones cuando era una ayudante de producción veinteañera, en 2006.
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Miriam “Mimi” Haley, antiguamente apellidada Haleyi, de 42 años años, es una de las testigos estrella del juicio porque sus acusaciones contra Weinstein, entre las de un centenar de mujeres, han derivado en la imputación del productor en la Gran Manzana, donde se le acusa de cinco delitos sexuales y afronta una posible cadena perpetua.
Haley conoció a Weinstein en 2004 en el estreno europeo de la película “The Aviator” y, más adelante, tras reencontrarse con él en el Festival de Cannes en 2006, fue contratada como asistente en un conocido concurso televisivo estadounidense que él producía en Nueva York, “Project Runway”.
La entonces asistente de producción recordó que estaban charlando en el sofá cuando Weinstein se abalanzó sobre ella intentando besarla, y cuando se levantó para zafarse, él la agarró y la empujó hasta una habitación, la inmovilizó sobre la cama y le hizo sexo oral a la fuerza.
La testigo, sentada en el estrado junto al juez James Burke y a unos metros de distancia de Weinstein, explicó ante los miembros del jurado que tras esa toma de contacto en Cannes, antes de contratarla, este la invitó a su hotel y le pidió un masaje, algo que ella rechazó, sintiéndose humillada.
Cuando ya trabajaba para él, el productor la invitó a ir a un desfile de moda en París, algo que tampoco aceptó, y continuó intentando acercarse a ella hasta el punto de presentarse por sorpresa en su casa, momento en que le dijo que había escuchado rumores sobre su “terrible reputación con las mujeres” y este pareció ofenderse.
Haley, quien declaró a la Fiscalía que no tenía interés romántico o sexual en Weinstein, relató que el día que supuestamente ocurrió la primera agresión sexual, el acusado le envió un chófer para llevarla a lo que ella pensaba que sería una reunión sobre asuntos profesionales en su apartamento del Soho (Manhattan).
La entonces asistente de producción recordó que estaban charlando en el sofá cuando este se abalanzó sobre ella intentando besarla, y cuando se levantó para zafarse, él la agarró y la empujó hasta una habitación, la inmovilizó sobre la cama y le hizo sexo oral a la fuerza.
La testigo insistió a Weinstein para que parara, le dijo que estaba menstruando e intentó levantarse repetidas veces pero este hizo caso omiso, y entonces pensó: “Me están violando”, tras lo que se sintió en “shock”, se vio sin escapatoria y aguantó la agresión, que está descrita en el documento de acusación de la Fiscalía.
Unas semanas después, Haley se reunió de nuevo con el productor en un hotel de Tribeca (Manhattan) y, de acuerdo a su relato, al entrar en su habitación este la cogió de la mano y la llevó a la cama, donde se quedó “paralizada” mientras la violaba y la llamaba “zorra y puta”.
La testigo rompió a llorar y recordó que se sintió “idiota” porque había dejado claro que no se quería reunir más con él y, si bien afirmó que en la supuesta primera agresión no se sintió “culpable”, en la segunda pensó que no había “peleado lo suficiente”.
La defensa de Weinstein argumentó que había inconsistencia entre el relato y algunos mensajes de la mujer fechados en 2008, dos años después de esos encuentros, en los que lo trataba con afecto, pero ella afirmó que mantuvo el contacto por si surgían oportunidades profesionales.
El crudo testimonio de Haley sigue al de la actriz Annabella Sciorra, que subió al estrado el pasado jueves, y todavía se espera que testifiquen otras cuatro mujeres que han acusado al productor de abusos sexuales, entre ellas la segunda denunciante del caso, la aspirante a actriz Jessica Mann.