San Salvador. José Salvador Alvarenga, el náufrago salvadoreño que asegura haber pasado más de un año a la deriva en el Océano Pacífico y que tuvo un recibimiento de héroe al regresar a su país, fue demandado por un millón de dólares en concepto de indemnización por su ex representante que asegura fue despedido sin causa justificada.
El abogado Benedicto Perlera, que comenzó a manejar todo lo relacionado con el náufrago desde su arribo al país en febrero del 2014, asegura que Alvarenga había firmado un poder por medio del cual lo autorizaba para representarlo en proyectos futuros, entre ellos la realización de una película y un libro donde narraría su odisea en alta mar.
Perlera asegura que Alvarenga firmó un contrato, donde se incluye una cláusula que especifica que tiene que pagarle un millón de dólares si decide prescindir de sus servicios, pero el náufrago aseguró el jueves en conferencia de prensa que el abogado le hizo firmar varios documentos que nunca leyó.
Afirmó que Perlera, que era también su amigo, solo lo representó ante el hospital donde recibió atención medida al llegar al país y que nunca acordaron que sería su representante.
Aseguró que se alejó del abogado cuando notó un comportamiento ambicioso ya que quería manejar sus cuentas bancarias y que ya no tuvo más comunicación con el profesional.
Tragedia en el océano
Alvarenga de 38 años y el pescador mexicano Ezequiel Córdova, de 22 años, se hicieron a la mar en una pequeña lancha a finales del 2012, en las costas del Estado sureño de Chiapas, México, y nada se supo de ellos hasta que el salvadoreño apareció en las Islas Marshall.
Según Alvarenga, Córdova murió a los cuatro meses de haber zarpado y lanzó su cuerpo al mar.
El pescador salvadoreño llegó al Atolón de Ebón de las Islas Marshall donde recibió atención médica y regresó a su hogar en El Salvador el 12 de febrero del 2014.
El caso de Alvarenga atrajo la atención de todo el mundo y cientos de periodistas llegaron al país, ávidos de conocer en detalle una odisea que muchos consideran una historia difícil de creer: un hombre que atraviesa 10.500 kilómetros en el Océano Pacífico en un pequeño bote.
La firma de abogados estadounidense Masonek Law Office, que representa los intereses del pescador, afirma que lo sometieron a varias pruebas que habrían comprobado la veracidad de su historia.