"Hizo un giro y se volteó, venía con candela y soltando humo por la parte de atrás" cuenta Ulises Peñate, vecino de 41 años del municipio Boyeros, quien vio el pasado viernes al Boeing 737-200 estrellarse contra una finca agrícola ubicada entre las inmediaciones del aeropuerto José Martí de La Habana y el poblado de Santiago de Las Vegas.
Al mediodía, Ulises venía en bicicleta por la avenida Van Troi cuando observó el percance de la aeronave. "Sentí la explosión y me quedé en shock, estático, no reaccioné, me quedé viendo todo el alboroto que se armó con la llegada de los bomberos y las ambulancias", dice.
Un par de horas después, Peñate y decenas de personas se encontraban en la avenida Independencia, a casi dos kilómetros de donde cayó el avión, pasándose videos y fotos del siniestro a través de sus celulares.
Las imágenes son estremecedoras, impublicables. Fueron captadas por vecinos cercanos que llegaron a auxiliar a las víctimas. En ellas se ven cuerpos calcinados por las llamas, personas desfiguradas y con los intestinos desgarrados, gente sin vida entre ramas de árboles, hombres a los que solo les queda el dorso.
En el vuelo DMJ 0972, que cubriría la ruta La Habana-Holguín, viajaban 113 personas, de ellas 107 pasajeros y 6 tripulantes.
Las autoridades cubanas han declarado que la cifra de fallecidos tras el accidente es de 110: 99 cubanos, 2 argentinos, 2 saharauis y 7 mexicanos, en los que se incluyen los 6 tripulantes. Los 3 sobrevivientes son mujeres y se encuentran en estado crítico en el hospital Calixto García.
La aerolínea estatal Cubana de Aviación había arrendado la aeronave a la línea Damojh, perteneciente a la empresa mexicana Global Air.
- "Nadie quisiera estar en su piel" -
El Instituto de Medicina Legal es puro ajetreo. En sus laboratorios, un grupo multidisciplinario está realizando el proceso de identificación de las víctimas. Sergio Rabell, su director, le dijo a BBC Mundo: "Desde el viernes y hasta hoy hemos identificado 20 cadáveres. Vamos avanzando poco a poco, es un proceso complejo producto del deterioro de los cuerpos".
Rabell también agregó: "Le hemos pedido a los familiares de los fallecidos que cooperen, que nos ayuden con pertenencias y fotos para arribar a resultados en un más corto período de tiempo".
La mayoría de los muertos no son habaneros y el gobierno cubano ha transportado hasta la capital a sus familiares. En el hotel Tulipán del barrio de Nuevo Vedado se encuentran 180 familiares de las víctimas. Un equipo de médicos, psicólogos, psiquiatras y otros especialistas los acompañan las 24 horas del día.
El lobby del hotel es todo tristeza. Los familiares prefieren estar reunidos entre ellos que permanecer en las habitaciones esperando los partes de identificación del Instituto de Medicina Legal. El silencio se puede sentir. Los rostros, angustiados por la tragedia, son indescriptibles.
"Les hemos dado el mejor de los tratos porque esto es una situación muy dura. Aquí hay madres que perdieron a sus hijos, hombres que perdieron a sus esposas. Nadie quisiera estar en la piel de ellos", comenta Yoismer Suárez, camarero del hotel Tulipán.
Ariel De La Rosa es doctor y viene acompañando a los familiares de los fallecidos desde Holguín. Después de tomarle la presión a una señora de 76 años que perdió a su hermana en el accidente, afirma: "Es una situación compleja porque producto de la conmoción de la noticia, el organismo suele descompensarse".
Las tres sobrevivientes del siniestro que se encuentran bajo cuidados intensivos en el hospital Calixto García son: Mailén Díaz Almaguer, una holguinera de 19 años, Gretell Landrovell Font, habanera de 23 años y Emiley Sánchez de la O, holguinera de 39 años.
Sus familiares se encuentran en una sala de espera con atención médica incluida. Amparo Fong, madre de Gretell, le dijo a la televisión nacional: "La daban por muerta pero por las huellas dactilares la reconocieron. Yo no la quiero ver hasta que esté bien, que los médicos decidan. Mi niñita es una guerrera y se va a salvar".
Carlos Díaz, padre de Mailén, declaró: "los doctores nos están dando partes constantemente aunque el pronóstico sea reservado".
- Investigación -
En las últimas horas, la aerolínea Damojh ha recibido fuertes críticas por su historial de sucesos aéreos en los últimos años.
Marco Aurelio Hernández, un ex comandante de vuelo de la compañía, ha denunciado en el diario mexicano "Milenio" que los directivos de Global Air estaban informados sobre las irregularidades y fallos técnicos de sus aeronaves.
Hernández perteneció a Damojh de 2005 a 2013 y dice haber piloteado el Boeing 737-200 que cayó en La Habana.
El piloto afirma tener en sus manos "una demanda por falta de mantenimiento de los aviones". Y recrea varios pasajes de tensión que vivió.
"Con el equipo de Cruz Azul -fútbol-, viniendo de Paraguay a México, 140 millas antes de llegar a Perú para recargar combustible tuvimos falla del motor izquierdo por calentamiento, un calentamiento fundió un balero y se tuvo que hacer un paro precautorio para que no se quemara esa turbina, tenía a bordo a todo el equipo", contó Marco Aurelio.
Otro pasaje fue cuando "se nos fue el sistema eléctrico despegando de México en una ocasión, yo venía a bordo, íbamos México-Cuba, el jefe de mantenimiento iba a bordo también, tuvimos que regresar y reparar las líneas de electricidad", aseveró.
Según la descripción de Global Air en su web, la compañía es una empresa de aviación comercial no regular especializada en vuelos chárter, que ofrece servicios de fletes aéreos y renta aeronaves para grupos, eventos y paquetes turísticos.
Su dueño es el español Manuel Rodríguez Campo y fue fundada en Guadalajara en 1990. En 2011, la empresa tenía 9 aviones, pero en la actualidad solo daban servicio 3, incluyéndose el que cayó el pasado viernes en La Habana.
Miguel Díaz-Canel, presidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba, ha dicho que ya está creada una comisión especial para investigar las causas del accidente. Especialistas de aviación mexicanos volaron desde el sábado a La Habana para formar parte del equipo.