El Banco Central de la República Argentina (BCRA) puso en circulación por primera vez el billete de $10.000 (10 mil pesos) y ya es histórico. No solo es el de mayor denominación en el país, sino que incluye las imágenes de Manuel Belgrano y de María Remedios del Valle. También deja varias lecturas más allá de lo monetario debido a su origen: los billetes provienen de China, una de las naciones que más criticaba el presidente Javier Milei cuando era candidato.
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El nuevo billete de $10.000 será distribuido progresivamente desde este martes 7 entre bancos y cajeros automáticos de todo el país. Hasta antes de este martes, el papel moneda de máxima denominación en circulación en Argentina era el de $2.000, que vale menos de tres dólares, al tipo de cambio oficial.
Los nuevos billetes forman parte de un primer lote que llegó hace unos días desde China, luego de que fuera encargado por el BCRA a la imprenta estatal China Banknote Printing and Minting Corporation (CBPM), dentro de un pedido de 770 millones de billetes, explica el diario “La Nación”.
“La intención oficial era acelerar los plazos para que este nuevo billete estuviera ya plenamente en circulación en junio, cuando crece la demanda de efectivo por el pago del aguinaldo de mitad de año”, dice el medio.
El de $10.000 es el primero de dos billetes que el BCRA tiene planeado poner en circulación este año. El de $20.000 está previsto para hacer su aparición en el último trimestre del año.
Presentamos el nuevo #Billete10000Pesos que tiene estrictas medidas de seguridad:
— BCRA (@BancoCentral_AR) May 7, 2024
✔️Marca de agua: al trasluz se perciben los retratos de María Remedios del Valle y Manuel Belgrano, y las iniciales de sus nombres en tono claro.
✔️Hilo de seguridad aventanillado: hilo rojo que… pic.twitter.com/UM5tSSMjCS
El analista político argentino Santiago Rodríguez Rey explica que la adquisición de los billetes desde el exterior obedece a un problema de impresión y de capacidad en Argentina porque hay necesidad de imprimirlos lo más rápido posible.
“Puntualmente la salida de los billetes busca tratar de resolver un problema y es que hoy el billete de mayor denominación es uno de 2.000 pesos que equivale a unos dos dólares. Un café en la Ciudad de Buenos Aires cuesta 2.500 pesos. Es decir, el billete de mayor denominación no compra un café”, dice a El Comercio.
“La Nación” señala que el gobierno anterior, liderado por Alberto Fernández, se rehusaba a emitir billetes de mayor denominación por decisión política de la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien decía que era una forma de reconocer la inflación. Esta negativa “no solo generó mayores costos de impresión, sino que complicó las operaciones logísticas de las empresas y de los ciudadanos”.
En esa línea, Rodríguez Rey apunta que, al haber bajado la inflación en estos meses, la llegada de billetes de mayor denominación va a ayudar a dinamizar un poco la economía. “Porque el que no haya más billetes hace que todas las transacciones sean más complejas. Eso estaba trayendo bastantes problemas a los bancos, para el transporte. Era una inundación de billetes”, añade.
Desde el Lejano Oriente
Más allá de las consecuencias para la economía argentina, la entrada en circulación de los nuevos billetes es la prueba de que las fuerzas del mercado y de China han terminado imponiéndose a las posturas políticas o ideológicas.
Desde que asumió el poder hace cinco meses, Milei ha dejado muy claro su alineación con Estados Unidos. El mandatario liberal marcó bien sus posturas internacionales desde la campaña electoral, cuando afirmó que él “no haría negocios con China” y aseguró que cortar relaciones con el gigante asiático “no sería una tragedia macroeconómica”.
Sin embargo, una vez en el cargo, Milei ha optado por moderar su discurso sobre Beijing. En una entrevista reciente con la BBC, se mostró más cauteloso cuando se le preguntó su opinión sobre su par chino, Xi Jinping.
“Bueno, no tengo una afinidad con los sistemas comunistas. Yo creo fuertemente en la libertad. Pero no lo conozco personalmente como para hacer un juicio de valor. Eso sería imprudente de mi parte”, dijo el mandatario argentino.
“Lo que yo sí puedo decir es que yo no tengo problemas en que el sector privado argentino haga negocios con los sectores de China”, agregó.
A fines de abril, la canciller de Argentina, Diana Mondino, inició una gira internacional con una visita a China y más recientemente se mostró presta a aclarar una frase presuntamente discriminatoria hacia la población china dicha en una entrevista.
El cambio de tono es comprensible. Según la agencia Efe, China es el país de origen de casi un cuarto de las importaciones de Argentina y el destino de aproximadamente el 6% de sus exportaciones.
Además, en junio del 2023, bajo la gestión de Alberto Fernández, el Banco Popular de China y el BCRA renovaron y ampliaron un acuerdo ‘swap’ de divisas (contrato bilateral que permite cubrir la exposición al riesgo) por 18.570 millones de dólares.
Pesa más el pragmatismo
Los billetes chinos seguirán llegando a Argentina. La semana pasada, el BCRA adjudicó una nueva licitación para la compra de 190 millones de billetes de $10.000 y 230 millones de $20.000.
Según “Clarín”, para un sector del oficialismo resulta inexplicable la adjudicación al gigante asiático de la impresión de los nuevos billetes de $20.000 que, casualmente, llevan la imagen del prócer libertario, Juan Bautista Alberdi, por lo que serán emblemáticos para el gobierno de Milei.
Añade que en la actualidad solo cinco países confían en la confección de sus billetes a China. Cuatro de ellos están vinculados geopolíticamente a Beijing: Taiwán, Nepal, Macao y Hong Kong.
Pero si China venció a países como Francia para imprimir la moneda nacional argentina es, según los medios argentinos, por cuestiones técnicas y sus menores costos de producción.
“Había otros países para imprimir esos billetes, pero el oferente que más rápido podía resolver el problema era China. No hay una cuestión política, sino una decisión pragmática. Llevarse mal con China no sería estratégico”, señala Rodríguez Rey.
Pero eso no parece contentar a algunos libertarios. “Para un sector ese espectro resulta al menos ‘antipático’ depender en demasía de la potencia liderada por Xi Jinping para un recurso ‘estratégico y sensible’ como es la fabricación de la moneda nacional. También llama la atención a más de un dirigente libertario que el Gobierno entable algún tipo de negociación “con una nación comunista”, como la define el propio Milei”, dice “Clarín”.
Un dato importante es que la provisión de billetes desde China no comenzó con Milei. El primer acuerdo de ese tipo que el país sudamericano entabló con el gigante asiático se gestó años atrás cuando el gobierno kirchnerista autorizó a la Casa de la Moneda a adquirir un embarque “de emergencia” de la moneda nacional.