La invasión de carpinchos en Argentina abre la grieta entre desarrollo inmobiliario y medio ambiente

En las últimas dos semanas, cientos de videos y fotos constataron la irrupción de los roedores en las piscinas de las casas, en los pulcros jardines de la urbanización o en los cruces peatonales de esta confortable localidad de 40 mil habitantes.LEE

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Se estima que 400 carpinchos serían los causantes de alterar la tranquilidad de los vecinos, quienes salieron a dar voces de alerta preocupados por una invasión mayor. Para María José Corriale, bióloga e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), aún estamos lejos de ese posible escenario. “Es un animal manso. No considero que haya sobrepoblación. Si bien hubo un crecimiento, esto se debe a factores que cambiaron su distribución dentro del complejo”, menciona a El Comercio.

El avance de proyectos inmobiliarios en humedales aledaños, similares a los que había en Nordelta, serían los detonantes de esta situación. Los desmontes hicieron que los carpinchos abandonen sus hábitats naturales y se desplacen buscando alimento entre las casas. “Esto da la sensación que hubiera más carpinchos que antes, pero es porque no usaban ciertos lugares que ahora sí”, anota Corriale.

La problemática saltó rápidamente del plano barrial a la opinión pública nacional. Para un sector de la ciudadanía, la incursión de estos carismáticos animales en Nordelta es una escena cargada de simbolismo. “Este caso puede leerse como alguien que entra donde no es bienvenido, que viene a reclamar lo que es suyo”, refiere el sociólogo Ricardo Greene a este Diario.

Se reavivaron los cuestionamientos al desarrollo de proyectos inmobiliarios similares a Nordelta sobre humedales ricos en biodiversidad. “Cambian toda la hidrología del lugar, afectando la fauna y flora y contribuyen a la inundación de zonas aledañas”, asegura Corriale.

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El emprendimiento urbano Nordelta, emplazado a una hora de Capital Federal, se concretó a inicios del presente siglo sobre la desembocadura del Río Paraná. Marcelo Cantón, gerente de Comunicación de la Asociación Vecinal Nordelta, refiere que el proyecto se ejecutó en base a estudios de impacto ambiental aprobados. “Se construyó con las mismas autorizaciones que todo el mundo. Decir que Nordelta es un humedal es desconocer que gran parte de la Ciudad de Buenos Aires también lo fue en algún momento”, nos comenta.

Aprender a convivir

¿Por qué la aparición de carpinchos en este barrio privado devino en un debate nacional? Durante diez años Ricardo Greene estudió las relaciones sociales en Nordelta para su tesis de doctorado. El sociólogo refiere que cualquier acontecimiento en esta urbanización genera mucho ruido ya que “es el ejemplo máximo de la desigualdad en Argentina”.

El hecho que el pretencioso proyecto inmobiliario se haya instalado en 2001, año que el país atravesaba una profunda crisis política y económica, fue simbólico. “Una parte de la población vio ese hecho como la huida de una élite a un territorio que parece tener más que ver con Miami que con Argentina”, menciona Greene.

Por otro lado, la bióloga Corriale sugiere que un fuerte motivo de la repercusión fue el carisma propio del carpincho, considerado el roedor más grande del planeta y habitual protagonista de memes en redes sociales.

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Marcelo Cantón, como vocero de la Asociación Vecinal de Nordelta, dice que en la junta comparten el afecto por esta especie y marca distancia con algunos grupos de propietarios que pidieron el traslado inmediato de animales a otra zona. La Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires tampoco aprueba esta medida.

“No se va hacer ese traslado, pero ya estamos trabajando en otras medidas para una solución armónica”, expresa Cantón.

Una de las primeras tareas es la generación de refugios verdes en distintos puntos de la urbanización. Esta acción disminuiría la circulación de los animales en el área urbana.

Otra medida en ejecución es la concientización vecinal. Se vienen colocando carteles en las zonas de mayor tránsito de carpinchos para reducir la velocidad de los automóviles.

Pero, aún no se tiene claro qué hacer ante un posible incremento poblacional. Cantón menciona que desde la ASN promoverán la formación de un equipo de especialistas para encontrar mecanismos que eviten ese crecimiento.

Corriale considera que hay que estar atentos al monitoreo en los próximos meses. “Habrá que ver si la población de carpinchos se mantiene o terminan migrando al exceder la capacidad del ambiente para sostenerlos a todos”, acota.

Mientras se define el rumbo, el carpincho continúa nutriendo expresiones culturales. Circulan cumbias, raps, memes, que distienden esta lucha de clases, donde el robusto roedor es el sujeto político por excelencia. Y la pregunta que cae de madura es: ¿Quiénes son los invasores y quiénes los invadidos?

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