Renzo Giner Vásquez

Hasta el jueves de la semana pasada, un preso en Argentina no dejaba de soñar con un escape de película. Según su plan, un pequeño helicóptero debía sobrevolar la prisión de máxima seguridad en la que se encontraba. Desde adentro, él aprovecharía una salida al patio para posicionarse en un techo cercano. La nave descendería ante la atónita mirada de todos, mientras el capo se colgaba de una red que sus cómplices dejaban caer. En segundos, el helicóptero se alejaría y el criminal dejaría atrás el lugar donde pasó recluido los últimos meses.