El comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), Arturo Merino Núñez, admitió que quizá nunca se sepa lo que pasó con el avión Hércules C-130 que cayó al mar el pasado 9 de diciembre con 38 personas a bordo cuando volaba desde Punta Arenas a la Antártida.
“El problema es que hemos encontrado muy pocos restos de la aeronave. (...) Según los antecedentes que hemos manejado y lo que se ha encontrado, la verdad es que el avión sufrió un colapso completo que lo hizo desintegrarse, sea en el mar o en el aire”, dijo Merino Núñez al diario “El Mercurio”.
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Añadió que es una posibilidad que “nunca se sepa” qué fue lo que ocurrió.
“Lo único que puedo decir es que todas las hipótesis posibles van a ser estudiadas en forma abierta, porque somos los principales operadores del avión en Chile. Como pilotos, queremos saber qué le pasó a la aeronave para tomar medidas correctivas, si es que hubiese que tomarlas”, explicó.
Sin embargo, insistió en que si se encuentran más restos del avión permitiría descartar “las hipótesis menos probables e irse a la que realmente produjo el accidente”. Remarcó que los aviones militares no tienen caja negra.
El Hércules C-130 era un avión de la FACH y desapareció al atardecer del lunes 9 de diciembre con 17 tripulantes y 21 pasajeros a bordo mientras volaba hacia una base aérea de Chile en la Antártida. Hasta ahora sólo se han encontrado restos metálicos, de goma y pedazos humanos.
Los restos del Hércules C-130, uno de los aviones considerados más seguros en el mundo, fueron encontrados tras días de búsqueda en el área conocida como Pasaje de Drake, una de las más peligrosas del mundo para sobrevolar o navegar. Allí confluyen los océanos Atlántico y Pacífico y comienza la península Antártida, conocida por sus extremas y cambiantes condiciones meteorológicas.
La Fuerza Aérea confirmó que el avión siniestrado había tenido una falla en el tren de aterrizaje en la misma ruta en abril del 2016, y que el piloto decidió no terminar el trayecto y regresar a Punta Arenas en ese momento por “razones de seguridad”.
El Hércules C-130 no dio ningún aviso de problemas técnicos o climáticos antes de desaparecer. Su mantenimiento técnico estaba al día, según las autoridades. Los dos pilotos contaban con una amplia experiencia reconocida internacionalmente y eran instructores de ese tipo de aeronaves.
La fiscalía chilena anunció que solicitará ayuda internacional con el fin de esclarecer el accidente.
Fuente: “El Mercurio” de Chile, GDA / AP