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Brasil: 1,7 millones de personas repudian a Dilma Rousseff - 9
Redacción EC

Sao Paulo. Al menos 1,7 millones de brasileños, según estimó la policía, que se adueñaron hoy de las calles de todo el país al grito de "Fuera Rousseff" y "Fuera PT" emitieron una dura señal de repudio contra el gobierno de la presidenta y su Partido de los Trabajadores (PT).

Vestidos con la camiseta de la selección nacional de fútbol -que tiene los colores verde y amarillo de la bandera de Brasil- y alternando los cánticos contra el gobierno con estrofas del himno nacional, brasileños de al menos 65 ciudades fueron categóricos al acudir a la convocatoria hecha a través de Internet por tres grupos que se definen como apartidarios.

En el origen de la ira popular se encuentran los escándalos de corrupción en la estatal Petrobras y la crisis económica que lleva a un aumento de precios e impuestos y a la pérdida de beneficios fiscales y laborales, entre otras consecuencias para la población. 

"Por robar en las urnas, por tanta corrupción, por mentirle a una nación, fuera Dilma", era uno de los carteles portados por los manifestantes, en una síntesis del descontento de la población para con la mandataria, que asumió su segundo gobierno -el cuarto consecutivo del PT- el 1 de enero.

"No se puede no admitir que hay una gran insatisfacción. Es algo un poco difuso. Pero es una insatisfacción que sirve de alerta. Al fin y al cabo, el gobierno sólo está comenzando", reconoció una fuente cercana al gobierno, citada por el portal UOL.

Salvo por un par de pequeños incidentes ocurridos en Brasilia, donde unas 45.000 personas, según la policía, se manifestaron en la Plaza de los Tres Poderes, y en Sao Paulo, donde nada menos que un millón de manifestantes, aproximadamente, tomaron la avenida Paulista, los actos realizados en 25 estados del país se desarrollaron sin disturbios.

Los carteles y pancartas que portaban los manifestantes daban cuenta de lo que parecen ser las grandes preocupaciones de los brasileños: "¡Basta de corrupción!", "¡Basta de mentiras!", "¡Basta de impunidad".

Pese a que no se registraron incidentes violentos, algunos grupos, minúsculos pero presentes en varios actos, como en Río de Janeiro y Belo Horizonte, que pedían la intervención militar para "Salvar a Brasil", e incluso el regreso de la dictadura, enfrentaron críticas por parte de otros manifestantes, quienes aún exigiendo la salida de la presidenta no comulgan con ideas golpistas o intervencionistas.

Tras invadir las calles con todo tipo de consignas, la población coronó la jornada con un "cacerolazo" -el segundo en una semana- realizado mientras los ministros de Justicia, José Eduardo Cardozo, y de la Secretaría de la Presidencia, Miguel Rossetto, ofrecían una conferencia de prensa para analizar las protestas.

Los ministros informaron que Rousseff anunciará próximamente un conjunto de medidas de combate a la corrupción, en respuesta a las masivas protestas de hoy.

"El gobierno está atento y dispuesto, como siempre estuvo, a escuchar la voz de las calles", aseveró Cardozo, quien afirmó que el punto común de la protesta de este domingo y la manifestación de sindicatos de "apoyo crítico" a Rousseff realizada el viernes pasado es la exigencia de combatir la corrupción.

Ls protestas de hoy superaron en número a las realizadas en junio de 2013 y tienen como diferencia sustancial que en aquella oportunidad no se pidió la salida del gobierno.

En esta oportunidad, las principales razones del enfado ciudadano son básicamente las denuncias de que decenas de políticos y partidos oficialistas, entre ellos el PT, se beneficiaron con los desvíos de fondos en Petrobras, y con el radical ajuste que Rousseff se ve obligada a implementar para recomponer las cuentas públicas y estimular una estancada economía. 

Respecto a este último punto, existe una sensación de que la presidenta y su partido "estafaron" a la población, al no haber mencionado durante la campaña electoral la dimensión de las nuevas políticas económicas que afectan directamente el bolsillo del ciudadano.

"Yo prometo no aumentar la inflación (y las tarifas de), luz, gas, gasolina", ironizaba las promesas de campaña un cartel de una manifestante en Brasilia, donde la protesta llevó a unas 45.000 personas a la Explanada de los Ministerios, el corazón del poder en el país.

Los actos de hoy fueron convocados por los colectivos Revoltados Online, Movimento Brasil Libre (MBL) y Vem Pra Rua (VPR), y apoyados por varios partidos de oposición. 

La abrumadora adhesión a las protestas superó las expectativas de los propios organizadores y sorprendió a un gobierno que se ve urgido a "comprender el mensaje de las calles", según evaluó la senadora Marta Suplicy, ex alcaldesa de Sao Paulo, quien últimamente, al igual que como hicieran hoy las calles, ha criticado con dureza al gobierno y al PT, partido del cual es cofundadora.

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