Sao Paulo, DPA
La crisis de abastecimiento de agua en el estado más rico de Brasil, Sao Paulo, siguió profundizándose pese a las lluvias moderadas de los últimos días: el nivel de la principal reserva de la capital, el sistema Cantareira, cayó hoy al 3,3 por ciento, frente al 3,5 por ciento de la víspera.
El gobernador reelecto de Sao Paulo, el socialdemócrata Geraldo Alckmin, solicitó permiso a las autoridades federales para empezar a utilizar los 106.000 millones de litros de la segunda cuota de reserva técnica -el llamado "volumen muerto"-, ya que la primera está siendo utilizada desde mayo.
Alckmin responsabiliza de la crisis a la grave sequía que azota Brasil este año, pero expertos -entre ellos la relatora de la ONU para agua y saneamiento, la portuguesa Catarina de Albuquerque- sostienen que la causa principal del problema es la falta de inversiones por parte de la gobernación provincial.
En declaraciones hoy ante la Asamblea Legislativa paulista, el presidente de la Agencia Nacional de Aguas (ANA, el organismo federal regulador del sector), Vicente Abreu, afirmó que el recurso a la segunda cuota de la reserva técnica representa "una pretragedia", aunque reconoció que "no hay alternativa para Sao Paulo: tiene que llover o entonces habrá que sacar agua del volumen muerto".
El sistema Cantareira, con capacidad para almacenar alrededor de un billón de litros de agua, abastece a 6,5 millones de personas, un número equivalente a un tercio de la población de la capital del estado, Sao Paulo, y de municipios vecinos.
Según Abreu, si se terminan las reservas de la segunda cuota del "volumen muerto" es posible utilizar una tercera cuota, con unos 200.000 millones de litros, pero ello significaría "una tragedia", ya que se trata del agua del fondo del sistema.
"Es el lodo. Si la crisis se agravara, no habría alternativa sino usar el lodo, y entonces sí habría un problema", remarcó Abreu.
Aun cuando vuelvan las lluvias, los expertos advierten que los problemas de abastecimiento de agua se mantendrá al menos por cuatro años más, que es el tiempo estimado que tardará el sistema Cantareira para volver a su nivel normal.