El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió este viernes en que las noticias sobre la posible desaparición de la Amazonía por la creciente deforestación y los múltiples incendios son falsas y propagadas por brasileños que quieren afectar la imagen del país y espantar las inversiones.
“Si la deforestación tuviera las proporciones que están diciendo, la Amazonía ya sería un desierto”, afirmó el líder ultraderechista en una transmisión en directo que hizo por redes sociales al regresar a Brasil tras su viaje a Emiratos Árabes, Bahrein y Catar.
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El jefe de Estado minimizó los datos alarmantes sobre la destrucción de la mayor selva tropical del mundo un día después de que el propio Gobierno informara que la Amazonía brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre agosto de 2020 y julio de 2021, la mayor área degradada para un período de doce meses en los últimos 15 años.
La tala en la parte brasileña de la Amazonía en el último año fue en un 21,97 % superior a la de 2020 (entre agosto de 2019 y julio de 2020), cuando abarcó 10.851 kilómetros cuadrados, y no era tan elevada desde la registrada en 2006 (14.286 kilómetros cuadrados), según los datos divulgados el jueves por el estatal Instituto Nacional de Estudios Espaciales (INPE).
Según este organismo, que mide la tala con la ayuda de imágenes de satélite, la deforestación en la Amazonía creció por tercer año seguido desde que el líder ultraderechista asumió el Gobierno, en enero de 2019, y por primera vez registró cuatro años consecutivos de elevación desde que comenzó a ser medida en 1988.
Bolsonaro afirmó que este tipo de noticias tan solo sirven a la oposición en Brasil para afectar la imagen del país en el exterior y dificultan los esfuerzos del Gobierno para atraer inversiones, como los que realizó en su viaje a los países árabes y que consideró exitosos.
“Pero ellos invierten si sienten confianza y, mientras nosotros trabajamos para atraer inversiones, pésimos brasileños van afuera a criticar a Brasil y a decir mentiras sobre la Amazonía y a decir que estamos incendiando la Amazonía”, afirmó.
INCENDIOS
Bolsonaro leyó una noticia escrita hace 25 años según la cual al ritmo de deforestación de entonces la Amazonía se convertiría en un desierto en 2010, y dijo que la realidad la había desmentido, y la comparó con un informe divulgado la semana pasada en la Conferencia de la Cumbre de Glasgow (COP26) según el cual “la región está en un punto de no retorno y puede convertirse en un desierto”.
“Se trata de la misma bobada de siempre. Es una noticia patrocinada por brasileños que trabajan contra el país, ahuyentan inversiones y generan muchas dificultades económicas”, afirmó.
“Hasta ahora no vi a ningún californiano diciendo que California se está incendiando o a un chino criticando a su país por exigir cuarentenas contra la contaminación. Nunca vi a nadie hablando mal de su país como lo hacen los brasileños”, dijo.
Agregó que la única discusión que tuvo en su viaje al exterior la protagonizó en una escala en Lisboa en la que un francés lo criticó por incendiar la Amazonía, y que prefirió no preguntarle por lo que sucedió con los bosques de Francia y por las fuentes de energía no contaminantes de ese país.
“Ese idiota quiso discutir conmigo porque lee noticias mentirosas de Brasil hablando mal de la Amazonía”, aseguró.
Agregó que se convirtió en motivo de burlas cuando dijo recientemente que la Amazonía no se incendia y que la mayoría desconoce que los incendios en la región se producen en sus periferias y no el interior de la selva.
“Los focos de incendio son siempre en el mismo lugar y generalmente son provocados por indígenas, colonos, pescadores y caboclos que tienen cultivos de subsistencia y le prenden fuego para preparar la tierra para nuevas cosechas”, afirmó al minimizar los incendios provocados por grandes hacendados.
Los datos del INPE, sin embargo, también desmienten las declaraciones del jefe de Estado. Según el organismo estatal, tan solo en junio pasado fueron registrados 2.305 focos de fuego en la Amazonía, el mayor número para el mes desde 2007.
De acuerdo con el INPE, el año más crítico para la Amazonía fue 2020 cuando fueron contabilizados en la región un récord de 222.000 incendios.
“Hay deforestación ilegal, sí la hay, pero eso se resolvería si los otros países no compraran la madera extraída ilegalmente de Brasil”, dijo Bolsonaro.
“Hay incendios ilegales, sí los hay, pero no en la proporción que están diciendo. Combatimos los incendios y nos piden más esfuerzos, pero no saben la dimensión de la Amazonía, que tiene un área equivalente a la de toda Europa occidental”, agregó.
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