La polémica gira de Bolsonaro en el este de Europa: ¿el último intento por tentar una reelección?

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Sus palabras, sin embargo, se comprenden. Bolsonaro acaba de terminar una breve gira por Rusia y Hungría, donde también charló con el primer ministro Viktor Orbán.

Y, claro, habría que suponer que la cercanía a las elecciones también influyó en la gestión de estas visitas. El 2 de octubre de este año, Bolsonaro podría perder el poder que ostenta desde el 2019.

¿Qué se teje detrás de estas reuniones diplomáticas? ¿Cuál es el objetivo de Bolsonaro?

Para responder a estas interrogantes, El Comercio charló con André Coelho Grisul, profesor de Ciencia Política en la Universidad Federal de Río de Janeiro, quien viene siguiendo la política exterior del presidente brasilero.

Los verdaderos motivos de Bolsonaro

Según Coelho, entre las diversas razones que pueden explicar la gira de Bolsonaro, hay cuatro que se destacan. La primera es el cambio en las relaciones internacionales de Brasil, específicamente, sus vínculos con Estados Unidos.

Durante la gestión de Donald Trump, el país vivió en lo que el especialista ha llamado “americanismo sumiso” o “trumpismo sumiso”, situación que varió con el ascenso de Joe Biden a la presidencia.

“Bolsonaro fue uno de los grandes aliados de Trump, hasta que perdió las elecciones. Y cuando Biden llegó a la presidencia, hay que recordar, Brasil fue uno de los últimos en reconocer su victoria”.

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Con los palitos rotos, Bolsonaro no encontró mejor refugio que con el rival de EE.UU., Rusia.

Lo segundo a tener en consideración es que Brasil importa muchos fertilizantes rusos y que una de las principales fuerzas que apoyan al presidente es, justamente, el sector de agronegocios.

“Por eso, él estaría trabajando para favorecer la industria y no tener problemas en este año electoral”.

Porque es imposible no tener en consideración a las elecciones presidenciales como factor determinante en la organización de la gira. Sobre todo, si se tiene en cuenta que, por el momento, su rival Lula Da Silva es el favorito según las encuestas.

Con eso en mente es que los más suspicaces ven con temor la gira. “Es sabido que, en las elecciones del 2018 y durante su gestión presidencial, Bolsonaro se valió de las ‘fake news’”.

“También se sabe que Rusia está relacionado con ese negocio, con el de la contrainformación, de la tecnología y el uso de softwares de espionaje”.

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Hay quienes malpiensan —sin pruebas, por supuesto— y anotan que Bolsonaro estaría aprendiendo cómo en Rusia y Hungría se trata a la oposición.

Finalmente, la cuarta razón sería dar un mensaje a sus electores brasileros. Para Coelho, Brasil está “aislado del mundo”: no tiene relaciones con Estados Unidos y menos con la Unión Europea, mientras que tampoco ha sabido aprovechar sus capacidades para acercarse a China.

“Así que tener a un gran país como Rusia como aliado puede, con toda certeza, generar la sensación de que Brasil es un gran jugador en la política internacional”.

“Él está hablándole a su público, agrupándose con otros líderes conservadores y de la derecha extrema. El caso de Orbán es bastante revelador: ambos apoyan a la familia, hablan de Dios, lo que para sus seguidores suena muy bien”.

Será cuestión de tiempo ver si estos esfuerzos le funcionan.

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