(Foto: O Globo)
(Foto: O Globo)
Gisella López Lenci

Con decenas de políticos presos y bastantes más denunciados por corrupción, lavado de dinero, sobornos o tráfico de influencias, a los brasileños se les acaban las opciones para elegir a un candidato presidencial que esté libre de polvo y paja.

La posible salida de de la campaña electoral –el miércoles fue sentenciado a 12 años de prisión, pero aún tiene derecho a apelar– está reconfigurando el tablero político ante los comicios del próximo octubre.

Un personaje que asoma con fuerza, y del que se ha vuelto a hablar estos días tras la salida de Lula, es , uno de los presentadores más populares de la televisión brasileña y que podría capitalizar el voto de Lula.

Pese a las acusaciones en su contra y de ser una figura que sigue polarizando el país, Lula es un líder carismático con alto poder de convocatoria. En las encuestas, tiene el 36% de intención de voto, un porcentaje importantísimo que nadie querrá desaprovechar y que no irán a Jair Bolsonaro, el diputado de ultraderecha que va segundo en los sondeos y que representa el voto anti-Lula.

— Apoyo popular —

Huck tiene 46 años y hace 18 es conductor de televisión en la red Globo. Su programa, “La caldera”, es uno de los más vistos cada sábado en : unos 20 millones de televidentes. En redes sociales tiene más de 43 millones de seguidores, una cifra envidiable para cualquier político.

Su nombre empezó a sonar desde el año pasado como una opción presidencial. En una encuesta de octubre realizada por Ipsos, fue incluido para evaluar la percepción de la gente sobre potenciales candidatos. De 27 personalidades, no solo fue el que tuvo el nivel más alto de aprobación (60%), sino además el porcentaje más bajo de desaprobación (32%). En el caso de Lula, 56% lo rechaza, mientras 42% lo apoya.

De hecho, fue el propio ex mandatario Fernando Henrique Cardoso quien propuso el nombre de Huck como un probable postulante a la presidencia. Y no se trata de solo un conductor de televisión; es un entusiasta de la tecnología y tiene su propia firma dedicada a apoyar a los emprendedores de su país.

—Las opciones—

Aunque a fines del año pasado señaló que de ninguna manera sería candidato a la presidencia, el presentador ha dado varias señales de lo contrario. De hecho, se ha reunido con el movimiento conservador Demócratas, y el Partido Popular Socialista (PPS) ha mostrado públicamente su interés de acogerlo en sus filas.

Según un informe de Bloomberg, investigaciones realizadas por dos partidos políticos indican que Huck sería el principal beneficiario de la salida de Lula, pues heredaría el voto popular entre los más pobres y menos escolarizados. “La imagen de un hombre de negocios emprendedor que practica ‘kitesurfing’ no solo contrasta fuertemente con los septuagenarios que actualmente dominan el gobierno, sino que también puede tocar la fibra sensible de muchos votantes que claman por una generación de políticos limpios y más representativos”, señala la nota.

Hace un par de semanas, Huck dio una entrevista en uno de los programas más populares de Brasil, “Domingo do Faustao”, donde dio un discurso digno de un candidato, hablando sobre la necesidad de componer la clase política y de movilizar a una nueva generación para mejorar y limpiar el país. “Si yo fallo en tratar de mejorar las cosas, sería un cobarde. De ahí a querer ser presidente es ser pretencioso, y no quiero que sea una pretensión mía”, dijo ante millones de televidentes.

Una nota de “Folha de Sao Paulo”, que recoge testimonios de gente cercana a Huck, señala que él aún se ve fuera de la carrera presidencial, excepto en una situación: que Lula sea impedido de forma definitiva de postularse, y que el gobernador Geraldo Alckim –del PSDB y que hasta ahora sería la carta de la centroderecha– no pase del 10% en la intención de voto. El plazo, según el diario, sería abril.

“Yo jamás voy a ser el salvador de la patria. Me encanta lo que hago, que es estar todos los sábados en la televisión”.

Contenido sugerido

Contenido GEC