El mandatario de Brasil, Michel Temer. (Foto: AFP)
El mandatario de Brasil, Michel Temer. (Foto: AFP)
Redacción EC

El Tribunal Superior Electoral (TSE) de votó en contra de anular el gobierno del presidente por haber usado financiamiento ilegal en la campaña de 2014, lo que le daría un respiro al asediado mandatario, quien aún debe enfrentar una investigación por corrupción.

Temer logró salvar su mandato por estrecho margen (4-3). A favor votaron los magistrados Luiz Fux, Herman Benjamin y Rosa Weber; en contra, Napoleão Nunes Maia, Admar Gonzaga, Tarcisio Vieira de Carvalho y Gilmar Mendes.

El TSE examinaba desde el martes si la reelección hace tres años de la fórmula Rousseff (PT, izquierda)-Temer (PMDB, centroderecha) debía ser invalidada por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña, dentro del megafraude a Petrobras.

El relator del informe, Herman Benjamin, se pronunció por la anulación del mandato, en tanto que el siguiente en emitir voto, Napoleao Maia, votó por mantenerlo.

"Voto por la anulación de la fórmula presidencial elegida en 2014 (Dilma Rousseff y Michel Temer), por los abusos que fueron investigados", declaró Benjamin. A lo que Maia respondió: "Es mejor declarar inocente a un culpable que condenar a un inocente (...). Lo que tiene que preservarse aquí es el voto popular".

Mientras los magistrados seguían argumentando extensamente sus votos, la defensa del mandatario entregó un documento al Supremo Tribunal Federal (STF) en el que confirmó que Temer no responderá a un comprometedor cuestionario policial cuyo plazo vencía esta tarde.

Temer "es blanco de una serie de abusos y agresiones a sus derechos individuales y a su condición de mandatario de la nación", argumentó su defensa al pedir el archivo de la investigación por corrupción, organización criminal y obstrucción a la justicia en su contra.

El mandatario, que asumió el poder hace poco más de un año en sustitución de la depuesta Dilma Rousseff, ya había pedido prorrogar el plazo inicial, que vencía horas antes del inicio del crucial juicio en el Tribunal Superior Electoral (TSE).

—Otros frentes—
Los dolores de cabeza del presidente Temer iniciaron hace tres semanas, cuando salió a la luz una grabación hecha por el dueño del gigante cárnico JBS, Joesley Batista, donde el mandatario parece dar aval al pago de un soborno.

Esta grabación es sólo una de las pruebas entregadas a la fiscalía dentro del acuerdo de declaraciones premiadas de ejecutivos de JBS.

Y el fiscal general, Rodrigo Janot, podría presentar formalmente cargos contra Temer en cualquier momento, lo que podría apartarlo del cargo si esa denuncia fuera aprobada por dos tercios de la Cámara de Diputados y validada por el STF.

Esa posibilidad es peligrosa ante la erosión de la base aliada de Temer en el Congreso, pero también donde decenas de legisladores están investigados por la Lava Jato.

Aferrado al cargo, Temer se escuda en la tímida recuperación económica que está experimentando Brasil después de la peor recesión de su historia. Pero su mayor bandera, la aprobación de dos reformas promercado, se tambalea en medio de la crisis política.

Además, el principal socio del partido del presidente, el PSDB (centroderecha), debe decidir el lunes si abandona el gobierno, donde tiene cuatro ministros, con la vista puesta en las elecciones de 2018.

"Mi hipótesis de trabajo es una continuidad de la administración, del presidente", señaló el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, en París.

Los mercados ven las cosas con más prudencia: la Bolsa de Sao Paulo cayó este viernes 0,87% y el real perdió 0,79% frente al dólar.

Si Temer perdiera el cargo, el Congreso debería elegir al nuevo presidente en un plazo de 30 días, para completar el mandato hasta fines de 2018.

Fuente: Agencias

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