Río de Janeiro (DPA)
La trágica muerte del candidato socialista Eduardo Campos en un accidente aéreo en Santos supondrá un cambio importante en el tablero político, a menos de dos meses de las elecciones presidenciales brasileñas del 5 de octubre, en las que la actual mandataria, Dilma Rousseff, buscará un nuevo mandato.
El político del Partido Socialista Brasileño (PSB) representaba la "tercera fuerza" y se presentaba como una alternativa a la disputa entre el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y su "archirrival", el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que desde hace dos décadas se alternan en el poder.
Según las últimas encuestas, Campos marchaba tercero en la disputa presidencial, con alrededor del nueve por ciento de las intenciones de voto, pero sus asesores confiaban en un avance del candidato a partir de la semana próxima, cuando se iniciará la campaña por radio y televisión.
El político socialista confiaba en sacar provecho de su gran popularidad en la región noreste, conquistada durante sus dos mandatos en el comando del estado de Pernambuco, en los que se convirtió en el gobernador con mejores índices de aprobación en Brasil.
Además, apostaba a la fuerza electoral de su candidata a vicepresidente, la líder "verde" Marina Silva, quien conquistó casi 20 millones de votos en los comicios presidenciales de 2010.
"Mi elección se dará a través de un fenómeno, arrancaremos en el último minuto. Cuando se termine el Mundial (de fútbol de Brasil 2014) y empiece la propaganda televisiva, empezaré a crecer", aseveró Campos, en una entrevista a la edición de julio de la revista mensual "Piauí".
La caída del avión que transportaba a Campos de Río de Janeiro a la ciudad de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, obliga al PSB a revisar sus planes con urgencia.
El partido tiene un plazo de diez días para designar a un sustituto para el candidato o para anunciar su salida de la disputa y su apoyo a otro postulante a la Presidencia.
OPINIÓN DE EXPERTOS
Sea cual fuere la decisión, los analistas coinciden en que impactará profundamente en la disputa por el gobierno en una campaña que hasta ahora había despertado escaso interés entre los más de 140 millones de electores.
Ante la indefinición del panorama, los comentaristas políticos evitan todavía formular previsiones sobre el impacto de la tragedia sobre la disputa electoral, pero los analistas del mercado no se niegan a comentar el tema.
En declaraciones hoy a la agencia de noticias Estado, el economista jefe de la empresa de inversiones Gradual, André Perfeito, afirmó que el mercado considera que, en principio, la muerte de Campos aumenta las posibilidades de Rousseff de obtener la reelección en la primera vuelta.
No obstante, afirmó que si Marina Silva es designada como candidata a la Presidencia por el PSB, este panorama podrá cambiar.
Asimismo, el economista Juliano Ferreira, de la empresa de inversiones Icap Brasil, recordó que la líder ambientalista es "más conocida" entre los electores, ya que ya fue candidata a la Presidencia hace cuatro años, y podría atraer votos de los brasileños indecisos y que aspiran a cambios en la política del país.
"Ella podrá concretar más la idea de que es necesario un cambio en la política y de que Dilma (Rousseff) no es la persona correcta para realizar estos cambios. Los electores indecisos seguramente se sentirían más cómodos apoyando a Marina Silva", expresó.
Según el experto, el ingreso de la líder "verde" en la disputa podría perjudicar también la candidatura del senador opositor Aecio Neves, del PSDB, quien la semana pasada marchaba segundo en la disputa con un 23 por ciento de las intenciones de voto, frente al 37 por ciento de Rousseff.
"Una migración de electores indecisos en favor de Marina puede también hacer que disminuyan las posibilidades de Aecio Neves de llegar a la segunda vuelta", concluyó.