Oruro. [EFE]. Un despliegue de miles de músicos al son de platillos, trompetas y tambores de distintas dimensiones fue el protagonista del Festival de Bandas, un espectáculo con el que se inician las principales actividades del carnaval de Oruro en Bolivia, declarado Patrimonio de la Humanidad y uno de los más grandes de Sudamérica.
El acontecimiento, que mostró su décima novena versión, se inició con la celebración de una liturgia católica dirigida a la Virgen del Socavón, en honor a la cual miles de bailarines realizarán la exhibición de distintas danzas entre autóctonas y folclóricas.
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Músicos vestidos con chaquetas rojas, amarillas y verdes, que simbolizan la bandera boliviana, además de blancas, que sumaron más de unos 5.000 según los organizadores del evento, demostraron su destreza al entonar ritmos de distintas regiones de Bolivia.
En este festival, destacó por primera vez la participación de la maestra Vania Miranda, considerada la primera mujer que dirige la interpretación de algunas canciones en este multitudinario evento.
Durante del Festival de Bandas los músicos acompañaron con melodías de un conocido grupo folclórico local, de la misma forma lo hicieron con una reconocida cantante del oriente del país, mientras una multitud llenaba los espacios de la popular avenida Cívica de Oruro.
Al unísono, la multitud de instrumentistas expuso un repertorio de los ritmos más populares del carnaval orureño como la diablada, morenada, caporale, kullawada, entre otras.
Los intérpretes forman parte de unas ochenta bandas, la mayoría de ellas orureñas, que animarán el próximo sábado la gran entrada folclórica que a modo de una gran procesión musical finalizará a los pies de la imagen de la Virgen del Socavón en el templo del mismo nombre.
En versiones de anteriores años, los miles de músicos dedicaron el festival a la Madre Tierra, a la reivindicación marítima boliviana ante Chile o a la integración latinoamericana.
El Carnaval de esta ciudad del altiplano, en el occidente de Bolivia, está considerado uno de los más multitudinarios de Sudamérica, junto con los de Río de Janeiro, en Brasil, y Barranquilla, en Colombia, y tiene su apogeo con la entrada folclórica de miles de danzantes ante la Virgen.
Desde 2001 el Carnaval de Oruro ostenta la denominación “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” hecha por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).