Cuando este martes Carolina Tohá se abrazó al presidente Gabriel Boric en uno de los patios del Palacio de la Moneda tras ser nombrada nueva ministra del Interior de Chile estaba completando un viaje de regreso, el que la ha llevado de vuelta a la primera línea de la política.
El rotundo rechazo de los chilenos en el referendo al texto propuesto de nueva Constitución apoyado por el presidente lo ha obligado a una remodelación de su gobierno y a ceder protagonismo ahora a sectores más moderados.
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El nombramiento de Tohá representa ese giro a la moderación y la inclusión de la dirigencia política chilena rechazada por muchos de los jóvenes políticos que rodearon el ascenso de Boric al poder.
Tohá es una experimentada dirigente de la época de la Concertación, el bloque de partidos que se alternó en el poder en Chile entre el fin del régimen del general Augusto Pinochet (1990) y 2010.
La flamante ministra reemplaza en Interior a Izkia Siches, una de las caras más notables y también polémicas del primer gobierno de Boric, y una de las más ligadas al activismo juvenil del que surgió el mismo presidente.
Con el regreso de Tohá, vuelve una generación de políticos que recibió muchas críticas en las protestas de 2019, especialmente entre los más jóvenes, que impulsaron un proceso constituyente obligado a un replanteamiento tras el triunfo del rechazo.
Para Paula Molina, colaboradora de BBC Mundo en Chile, "Tohá ha planteado que el desafío del gobierno de Boric es crecer hacia la construcción de un pacto social y político que le permita convertirse 'efectivamente en un gobierno de mayoría'".
Su llegada al gabinete, apunta Molina, junto a la de Ana Lya Uriarte, exjefa de gabinete de la expresidenta Michelle Bachelet, "manifiesta una intención del presidente por alcanzar ese objetivo, reforzando su prolongación hacia posiciones de izquierda más cercanas al centro y herederas del legado de la exConcertación que gobernó el país tras la recuperación democrática".
Regreso a la primera línea
La política de alto nivel no es nada nuevo para esta graduada en Derecho y Ciencias Políticas nacida en Santiago de Chile hace 57 años.
La muerte de su padre, José Tohá, ministro del Interior del presidente Salvador Allende, tras ser detenido y torturado por militares pinochetistas en 1974, cuando solo era una niña la marcó y acabaría empujándola a la militancia.
Se inició en el movimiento estudiantil y en el Partido Por la Democracia (PPD), una fuerza de centro-izquierda formada por opositores al régimen de Pinochet en 1987 y que integra la alianza Socialismo Democrático que forma parte del oficialismo de Boric.
Ahí inició una carrera que la ha llevado a ser diputada, ministra, alcaldesa de Santiago y, ahora con Boric, de nuevo ministra.
En 1995, tras completar sus estudios en Italia, donde adoptó como suyos los postulados de la socialdemocracia europea, regresó a Chile y desempeñó su primer cargo, el de secretaria ejecutiva del Comité de Ministros Sociales del gobierno de Eduardo Frei.
Luego se lanzó por primera vez a la alcaldía de Santiago, pero fue derrotada por el democristiano Enrique Krauss.
Pero la carrera política de esta madre de dos hijos se vería relanzada gracias al apoyo decidido del presidente Ricardo Lagos.
Con él acabó ganando un asiento como parlamentaria en 2001. Se mantuvo en él hasta 2009, cuando la presidenta Michelle Bachelet la convirtió en ministra por primera vez y le encargó asumir la vocería de su gobierno.
Desde esa plataforma, Tohá se convirtió en uno de los rostros más visibles de la política chilena.
Tras acompañar a Eduardo Frei en su intento fallido de reconquistar la presidencia, Tohá volvió a competir en 2012 por la alcaldía de Santiago. Esta vez ganó.
Pero su carrera a la reelección se vio marcada por un escándalo de financiación irregular de su partido.
Aunque ella negó toda responsabilidad, su figura quedó salpicada, en un momento además en que la clase política de la era de la Concertación sufría una ola de descrédito y era ampliamente cuestionada.
En 2016 perdió las elecciones locales y comenzó un paso a un segundo plano que solo interrumpió cuando Chile se sumergió entre protestas y altas expectativas en el proceso constituyente.
En los últimos dos años retomó sus intervenciones públicas, en las que no ahorró críticas a la manera en que llevó a cabo sus trabajos la Convención Constituyente elegida en 2020 y se mostró en contra de algunos aspectos del proyecto constitucional, como la reelección presidencial o la supresión del Senado.
En los últimos días su nombre había estado en las apuestas de un cambio de gabinete si el rechazo se imponía en el referendo.
Finalmente ha sido una de las elegidas y se ocupará de uno de los ministerios más problemáticos, el de Interior, en el que deberá hacer frente al aumento de la inseguridad, que se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los chilenos, y al conflicto en la Macrozona Sur, donde sigue vigente el estado de excepción tras la repetición de episodios de violencia.
Paula Molina señala otros retos de la nueva ministra.
"Tendrá un puesto crucial en el gobierno en momentos en los que la administración debe conducir tanto la continuidad del proceso constituyente como el empuje en el Congreso de reformas tan decisivas como la tributaria o la previsional", indica.
Respecto al escenario abierto tras el referendo, Tohá ha planteado que el mundo político debe esforzarse por sintonizar mejor, y con un lenguaje claro, con las demandas de la ciudadanía y que, ante ese desafío, todavía hay tiempo para "rectificar el rumbo y encontrar un cauce para ello".
Citando una de las frases claves de los gobiernos de la transición chilena, Tohá ha dicho que "uno no puede quedarse en la medida de lo posible", sino que "uno puede ir cambiando lo que es posible, si empuja". Le tocará probarlo ahora en uno de los puestos más poderosos del gobierno chileno.
Es, además, el mismo que ocupó su padre.