Los jóvenes Diego Guzmán (25) y Exequiel Borvarán (18) fueron asesinados hoy en Valparaíso en un incidente ocurrido luego de una multitudinaria marcha estudiantil y que ha indignado a la clase política chilena.
Algunos versiones sostienen que las víctimas estaban pegando un papelógrafo en la fachada d euna casa, mientras que otras señalan que pintaban un graffiti.
Giuseppe Brigante, de 22 años e hijo del dueño de la casa, les disparó luego de discutir con ellos.
El agresor Giuseppe Brigante fue detenido (Reuters)
Según el diario "La Tercera, Borvarán era estudiante de primer año de sicología en la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar.
También era fanático del equipo de fútbol Colo Colo y se dedicaba a hacer malabarismo.
En tanto que Diego Guzmán Farías era militante de las Juventudes Comunistas de Chile (JJCC) y estudiaba prevención de riesgos en la misma casa de estudios de Exequiel.
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— El Comercio (@elcomercio) Mayo 14, 2015
"Condenamos todo hecho de violencia y lamentamos el deceso de estos dos jóvenes", dijo el ministro del Interior, Jorge Burgos.
La autoridad consideró que en el actuar del agresor no hubo "racionalidad alguna, sino que una desproporción absoluta del medio empleado".
La diputada del PC Camila Vallejo, quien lideró las masivas movilizaciones estudiantiles que estallaron en 2011, repudió el crimen y exigió justicia.
"La criminalización de la protesta social ha llevado a algunos a valorar más la propiedad privada que la vida", declaró la joven parlamentaria.
Tras enterarse de los hechos, dirigentes universitarios convocaron para la noche de hoy en Valparaíso a una "velatón", una ceremonia en la que se encienden cirios, para homenajear a los estudiantes fallecidos.
En tanto, en Santiago de Chile también se registró una masiva marcha para reclamar por mayor participación en los proyectos educativos, que terminó en incidentes.
Pequeños grupos con sus rostros cubiertos se enfrentaron con bombas molotov a la policía, que los reprimió con chorros de agua y gases lacrimógenos. Además, los manifestantes destruyeron algunos semáforos e inmobiliarios del sector céntrico de la capital.
"Que Chile decida su educación", se leía en algunos carteles que portaban los manifestantes, estimados en más 150.000 personas, de acuerdo a los líderes estudiantiles, y en unos 50.000, según cifras de la policía.
Estudiantes universitarios y de la educación media, además de los profesores, han criticado la forma en que el Ejecutivo lleva adelante los cambios en esta materia.
La "reforma (a la educación) será legítima cuando se construya con los diversos actores sociales", manifestó Valentina Saavedra, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), la mayor del país.
"Hemos visto una pasividad y un silencio por parte del gobierno, donde nadie conoce muchos sus voluntades, cuáles son los intereses qué quiere satisfacer y con quiénes la quiere construir", añadió la dirigente.
Los manifestantes dieron plazo hasta la próxima semana a Bachelet para que entregue una "respuesta clara y contundente" sobre el tema.
La mandataria socialista concurrirá al Congreso el próximo jueves 21 de mayo para dar cuenta al Parlamento y al país sobre el estado de la nación.
En caso de que allí no encuentren respuesta, estudiantes y profesores advirtieron que las movilizaciones irán en ascenso.
Con información de DPA