Redacción EC

El volcán Calbuco sorprendió con dos violentas erupciones en las últimas horas tras medio siglo de inactividad, obligando a evacuar a miles de personas y manteniendo en vilo este jueves regiones turísticas del sur chileno y argentino por la esparcimiento de cenizas.

Desde el macizo de este volcán, que permaneció dormido por 54 años, emanaron gigantescas columnas de gases y material incandescente que provocaron asombro en las ciudades de Puerto Montt, Puerto Varas y poblados aledaños, ubicados unos 1.300 km al sur de Santiago.

En la tarde, los pobladores de Puerto Varas recibieron la visita de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien advirtió: "Todavía estamos en la tarea de rescatar personas que pueden estar aisladas y requieran apoyo".

Hasta ahora, el despertar del Calbuco no había provocado víctimas. Un andinista de 21 años reportado como desaparecido fue hallado con vida, mientras que unas 5.000 personas fueron evacuadas de un radio de exclusión de 20 km alrededor del macizo.

Cientos de turistas de todo el mundo, que se maravillan con la belleza de extensos lagos, caudalosos ríos y abundante vegetación que reina en la región, armados con cámaras fotográficas y celulares de alta gama apuntaban atentos al macizo que expulsaba una fina columna de fumarola gris oscuro, constató un periodista de la AFP en el lugar.

"Yo venía de turismo a Chile por tres meses pero no me esperaba esto. La erupción fue increíble (...) Mis vacaciones están pagadas con el espectáculo del Calbuco", relató a la AFP Cody Fritz, un turista estadounidense de 30 años.

La primera erupción se registró cerca de las 18H00 (21H00 GMT) del miércoles, mientras que la segunda ocurrió unas siete horas después. Pasado el mediodía de este jueves la columna eruptiva ya había desaparecido.

"No hay columna eruptiva sobre el volcán. (La columna) se despegó y las cenizas se dirigían hacia el norte", dijo el vulcanólogo del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomín), Gabriel Orozco.

El sismólogo francés Florent Brenguier dijo a la AFP que la erupción "no ha terminado y puede durar varios días o semanas".

En tanto, las autoridades no descartan nuevas erupciones, mantienen en 20 kilómetros la zona de exclusión alrededor del volcán y decretaron alerta sanitaria para la provincia de Llanquihue y la comuna de Puerto Octay.

- Gigante dormido -

La erupción tomó por sorpresa a la población pues no hubo alertas previas. Los habitantes del sur chileno tenían sus ojos puestos en otro volcán, el Villarrica, que se mantiene bajo alerta naranja desde hace semanas.

El fenómeno obligó a decretar alerta roja en Puerto Montt y Puerto Varas, junto al "estado de excepción constitucional" y "zona de Catástrofe", lo que significa que las Fuerzas Armadas tomaron el control de esa zona.

Las clases fueron suspendidas y fueron cancelados unos 20 vuelos domésticos al aeropuerto de Puerto Montt, mientras que en la tarde del jueves la aerolínea Lan Chile anunció que operaba con normalidad a la zona.

Las cenizas ya habían comenzado a caer en Puerto Montt y Puerto Varas, y también en pueblos vecinos argentinos.

En la localidad chilena de Ensenada, uno de los sectores más cercanos al Calbuco, se acumulaba ya cerca de un metro de ceniza y piedrecillas, mientras que los techos de algunas viviendas cedieron ante el peso del material.

En la cuidad argentina de Bariloche, a 100 km del Calbuco, un comité de emergencia dispuso el cierre de escuelas, la restricción de la atención hospitalaria a emergencias y la suspensión de vuelos.

"Pusimos en alerta a todo el sistema de protección civil de la nación y enviamos barbijos y colirios (oculares) para aumentar las capacidades locales", dijo al canal CN23 la ministra de Seguridad argentina, María Cristina Rodríguez.

En 2011, la región patagónica argentina resultó gravemente afectada por la erupción del volcán chileno Puyehue, cuya nube de cenizas superó los 10 km de altura y afectó a ciudades de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil.

- País golpeado por la catástrofe -

La erupción del Calbuco se convirtió en la última de una serie de catástrofes que han golpeado en los últimos meses a Chile, un país con una curiosa geografía, angosto y de más de 4.000 km de extensión, que alberga desde el desierto más árido del mundo en la región de Atacama, en el norte, a las mayores reservas de agua dulce, en el sur, y con unos 90 volcanes activos.

"Algo malo pasa en este país, sufren desastre tras desastre ¡realmente está en el fin del mundo!", comentó Cody Fritz.

Antes de esta erupción, se vigilaba el volcán Villarrica, que estalló el 3 de marzo pasado, lanzando lenguas de lava que se extendieron por unos 8 km, aunque sin causar mayores estragos.

Días después, un inusual temporal provocó una serie de aluviones que dejaban unos 30 muertos en la región de Atacama.

"Si nosotros no tuviéramos los volcanes, no tendríamos la actividad minera del cobre y el oro que tenemos alrededor de Chile. Hay que ver las cosas positivas también", dijo el geólogo de la Universidad de Chile, Alfredo Lahsen, a radio Cooperativa de Santiago.
Chile es el principal productor mundial de cobre.

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