China: ¿El todopoderoso presidente Xi Jinping se convertirá en el nuevo Mao?

La cuestión es totalmente relevante si, además, se toma en cuenta que en este 2021 el PCCh celebra sus cien años de historia. El futuro, así como se vienen dando las cosas, parece llevar el rostro omnipresente de Xi, quien ostenta el poder desde principios del 2013.

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“Los avances y la experiencia histórica acumulada hasta ahora nos permiten entrar en un nuevo viaje para construir un país socialista moderno en todos los aspectos”, reza el documento elaborado por unos 300 altos mandos del partido, que se reunieron durante los últimos cuatro días, a puertas cerradas, en el XIX Congreso del Comité Central del PCCh.

Se trata, además, de una decisión muy singular. La primera vez que el PCCh tomó una decisión similar fue en 1945, que “encumbró a Mao”, y en 1981, que le dio la oportunidad de reformar al gigante asiático a Deng Xiaoping.

Y, ahora, con Xi habría una pequeña gran diferencia: el Pensamiento Xi, la ideología política del secretario general del partido y mandatario del país que ya se aplica en los planes de estudio de la nación, una suerte de biblia a seguir al pie de la letra.

Así lo explica Carlos Aquino, investigador y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos especializado en el Asia-Pacífico:

“Eso es muy significativo. Están, por ejemplo, los aportes de Jiang Zemin y Hu Jintao, que figuran, pero sin sus nombres, y la teoría de Deng. Pero cuando hablamos de pensamiento, hacemos referencia a algo más estructurado, y de todos los líderes que ha tenido China, solo Xi y Mao tienen esa contribución”.

Pero esa no es la única razón por la cual la comparación es válida, dice Aquino. Hay dos motivos adicionales que hay que tener en cuenta.

El primero es que el Pensamiento Xi ya se está enseñando desde los grados iniciales hasta la universidad. ¿Eso marcará el regreso al culto de la personalidad?

“Hay quienes dicen que sí, y que por eso Xi podría acumular un poder comparable al de Mao”.

El segundo es que Xi Jinping ha logrado afirmar la autoridad del partido en toda la sociedad, “algo que no se veía desde tiempos de Mao”.

El omnipresente Xi

Según Carlos Aquino, Xi Jinping “es querido, respetado y temido”, y se anima a desglosar cada una de dichas características.

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La primera y la segunda se fundamentan, además del poder que tiene la enseñanza del Pensamiento Xi, en la tarea de los medios de comunicación.

“Ayuda mucho que el gobierno los maneje a todos, así que es normal ver avisos en la calle en los que tomaron sus frases y las volvieron ‘esloganes’ que van acompañados con su foto. Y de esos hay en todas partes”.

La pandemia también sirvió para consolidar su imagen. Mientras el mundo seguía encerrado, las agencias de noticias publicaban fotografías de los ciudadanos de Wuhan bailando en discotecas. Esa fue, anota Aquino, una demostración de que su sistema funcionaba, según la opinión pública china.

“China puede tener muchos problemas, de eso no hay duda, pero su criminalidad es bajísima”.

“En noviembre del año pasado, una empresa vinculada con Harvard hizo una encuesta que se preguntaba en qué parte del mundo la población tenía la más alta confianza en su gobierno. China ocupó el primer lugar”.

Suma también que el país haya cumplido sus metas. “Se supone que China alcanzó su objetivo de ser una sociedad más próspera y de eliminar la pobreza extrema. De eso se jacta el país”.

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Tener mano dura también parece haberle funcionado. Aquino recuerda que hay cerca de 95 millones de personas inscritas en el Partido Comunista Chino y que ello ayuda a que la presencia del gobierno central llegue a todos los rincones.

Incluso, anota, “usualmente, el alcalde y el jefe del partido suelen ser la misma persona, pero si son distintos, el de mayor peso es el jefe”.

Y con Xi el PCCh ha llegado a todos los rincones, con todo lo que ello significa.

“Como China es tan grande, hace 30 años algunos representantes no hacían caso. Pero, ahora, el Partido Comunista hace responsables a los jefes en cada pueblo. Se trata de una responsabilidad, digamos, personal”.

“Xi ha logrado que la agrupación esté presente en todo el país. De ahí su famosa frase lanzada en el Congreso del partido en el 2017: ‘El gobierno, las fuerzas armadas, la sociedad y las escuelas, el norte, el sur, el este y el oeste, el partido los dirige a todos’”.

Las metas y el sueño chino

“¿Por qué el sexto plenario del XIX Congreso Nacional reafirmó la autoridad de Xi? El objetivo es que, el próximo año, en la reunión del XX Congreso Nacional, él se reelija como presidente”.

Teóricamente, luego de cumplir dos períodos de cinco años al frente de China, Xi Jinping debería dejar el cargo. Pero esta es una situación fuera de lo normal.

“Esta es la justificación para que vaya por un tercer periodo. En la resolución se dice que el Pensamiento Xi es fundamental y que Xi es el líder principal para estos tiempos”.

“China ha crecido, pero reconoce que hay grandes desigualdades. Su próximo objetivo es el de la prosperidad común”.

Aquino agrega que el país ha venido cumpliendo sus metas. Para el 2020, recuerda, se buscó una sociedad medianamente próspera. En el 2035, “y algunos dicen que Xi se quiere quedar hasta ese momento”, China debería ser un país bastante desarrollado.

“Y la meta para los cien años del partido en el poder, en el 2049, es ser un país avanzado en todos los aspectos y que esté a la par de cualquier otra nación”:

Por eso es que hay quienes ven en Xi –su idea de “una sola China”– un potencial peligro para el mundo. ¿Por qué? “Por el sueño chino”, anota Aquino.

“Mao levantó a China, Deng indicó el camino hacia el desarrollo económico y Xi la hará fuerte. ¿Qué significa esto? Recuperar el nivel que tenían antes de que la invadieran y cuando era la economía más grande del mundo”.

“La idea es que China se levante como un país que fue la potencia más avanzada y muy orgullosa. Lo que Xi ha dicho es que jamás volverán a ser humillados, jamás le volverán a decir qué hacer”.

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Ese tipo de frases suenan, para el resto de potencias, como amenazas. De ahí que Estados Unidos y sus aliados, por ejemplo, cierren filas en defensa de Hong Kong, Taiwán (considerada una provincia rebelde por Beijing) o en Australia (con el tratado Aukus).

“China siente eso y afirma que lo único que hace es reafirmar su posición en el mundo. Pero también es cierto que Xi y Joe Biden acaban de llegar a un acuerdo en la COP26, que sostendrán una reunión virtual en pocos días y que posiblemente tengan otra presencial a fines de año”.

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