La política colombiana ha entrado en un álgido debate luego de que el expresidente derechista Álvaro Uribe fuera llamado a juicio por presunta manipulación de testigos en un caso que se remonta al 2018 y que enfrenta al antiguo jefe de Estado a una pena de hasta 12 años de prisión. La polarización ha alcanzado al mandatario izquierdista, Gustavo Petro, quien se ha visto obligado a afirmar que no persigue a la oposición.
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La decisión fue la primera de gran impacto que toma la fiscal general Luz Adriana Camargo, quien asumió el cargo en marzo en reemplazo de Francisco Barbosa, amigo del expresidente y en su momento heredero político de Uribe, Iván Duque.
El caso se remonta a una demanda impuesta en el 2012 por Uribe contra Iván Cepeda, senador del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) que hoy forma parte de la coalición oficialista Pacto Histórico. El exmandatario pretendía demostrar una supuesta manipulación de testigos como parte de un complot en su contra. Pero la Corte Suprema se abstuvo de enjuiciar a Cepeda y, en lugar de ello, decidió abrir en el 2018 la investigación contra Uribe bajo la misma sospecha: manipular testigos contra su opositor.
Con la acusación, Uribe, que fue presidente de Colombia entre el 2002 y el 2010, será el primer ex jefe de Estado que se sienta en el banquillo de los acusados ante la justicia común, en una fecha aún por determinar.
El Comercio conversó con Néstor Julián Restrepo Echavarría, doctor en Política, Comunicación y Cultura, y coordinador de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad EAFIT (Medellín), sobre el impacto de este caso para el gobierno y la política del país. Para el experto, aunque no se trata de un caso de persecución, la narrativa de la “venganza política” dividirá a la opinión pública.
— Este no es un caso nuevo. ¿Por qué el proceso ha adquirido relevancia ahora?
El caso ya lleva muchos años. En un primer momento el acusado no era Álvaro Uribe, sino el senador Iván Cepeda, pero cuando la corte empezó a ver el asunto de cerca el que acusó se volvió acusado y empezó a verse un problema de fondo que hemos tenido en Colombia: el paramilitarismo y las acusaciones de paramilitarismo. Entonces, Uribe empezó con la demanda y, paradójicamente, la demanda se volvió contra él. Quiero destacar que, a diferencia de lo que pasa con políticos en otros países, en este caso no hay persecución política porque este no es un tema del gobierno de Gustavo Petro, sino que lleva muchos años. Incluso en el gobierno de Iván Duque, que es aliado de Uribe, también seguía este proceso.
— ¿Qué rol ha asumido la fiscal Luz Adriana Camargo con esta decisión, la más importante desde que asumió el cargo hace menos de tres semanas?
Yo creo que le tocó. El fiscal que iba a entrar tenía que decidir sobre algo. El fiscal saliente en muchos momentos se convirtió en un abogado defensor de Uribe. Lo que hizo la nueva fiscal fue entrar al cargo y hacer la labor demorada por el anterior fiscal, que es acusar para ir a un juicio. En este momento el expresidente Uribe no es culpable, tiene que ir a juicio. Antes no habíamos llegado a esa parte porque el ente acusador no estaba cumpliendo su labor, que es acusar.
— Álvaro Uribe ha reaccionado afirmando que es objeto de una “venganza política”. ¿Qué nos dice esto de su estrategia para enfrentar este proceso?
Un político del talante de Álvaro Uribe lógicamente va a usar esos términos, va a hablar de persecución política, de venganza. Ahí es donde entra la opinión pública a medir eso. Si este proceso lleva tantos años, ha pasado incluso por gobiernos y fiscales leales, se buscó cerrarlo y no se pudo, eso quiere decir que hay algo de fondo que tenemos que mirar. Hay muchas interrogantes. Desde el lado del expresidente Uribe él lógicamente va a adjudicar todo a la persecución política, a la narrativa de la venganza, eso pasa en todas partes del mundo.
— Gustavo Petro ha asegurado que no persigue a la oposición colombiana ni intervendrá en procesos judiciales. ¿Cómo va a afectar este caso al gobierno?
Lo que va a pasar en Colombia es que se va a tensar mucho más la cuerda y va a haber mucha más polarización porque se va a decir que se está persiguiendo al líder de la derecha en Colombia. Va a haber bastante bruma y se nos va a olvidar que ese proceso lleva mucho tiempo, se va a reducir a la pelea entre la izquierda y la derecha, entre el uribismo y el petrismo, y eso no va a ayudar. Es más, este tema se va a convertir en caballito de batalla para las próximas elecciones presidenciales. Si ya se estaban perfilando candidatos, ahora van a estar en la política colombiana con más rabia y más lógicas emocionales porque Uribe genera odios y amores por todos lados y sigue siendo muy fuerte en la política del país.
Mi gobierno no persigue ni perseguirá a la oposición y se mantendrá lejos de cualquier intervención en los procesos de la justicia. La justicia siempre podrá esperar de mi gobierno respeto y protección de su independencia https://t.co/0tgWLSXfBm
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 10, 2024
— ¿Qué tan sólido es el caso contra Uribe y cuán probable es que llegue a prisión?
Pese a intentos anteriores de cerrar el caso, cada vez hay más indicios de que sí pasó algo y el expresidente Uribe, con todo su poder y sus abogados, ha sido incapaz de borrar eso. Hay indicios contra Uribe y hay un periodista clave que se llama Daniel Coronel que se ha encargado de refutar los argumentos de la defensa de Uribe a partir de investigaciones periodísticas y grabaciones que cada vez envuelven más a Uribe. Veo muy cerca un juicio para él, aunque en Colombia es muy común el vencimiento de términos. Lo que vamos a ver de ahora en adelante es la pelea y la discusión de llegar a juicio. Me imagino el teatro el día que Uribe tenga que ir al estrado, pero es más probable que veamos un vencimiento de términos (plazos) que a Uribe en la cárcel. Sin embargo, el daño para Uribe está hecho y la división y polarización en el país ya están ancladas y se van a agudizar desde esa lógica.
— ¿Cómo afecta el proceso al partido de Uribe y a la derecha colombiana?
No afecta negativamente a Uribe, sino que lo va a alimentar. Yo creo que para las próximas elecciones este va a ser uno de sus caballitos de batalla, su partido va a usar la supuesta persecución a su líder natural porque hay que recordar que Duque no fue el líder del partido, sigue siendo Uribe a pesar de estar en proceso de jubilación. El Centro Democrático va a materializar esto, le va a dar muchos réditos. Las agendas de problemas de conflicto armado, de inseguridad urbana y de economía pasarían a un segundo plano. Todo esto va a resultar positivo para el partido de Uribe.