Dentro de las profundidades del bosque, alejado del caótico ruido citadino y de las miradas inquisidoras vive Jerson, un hombre caleño que, presa de las burlas y comentarios negativos por su aspecto físico, tomó una radical decisión: esconderse en una cueva en el departamento del Quindío, Colombia.
”Yo soy Jerson, ‘el hombre canguro’. Vivo acá en una cueva. Yo mismo la construí, es un estilo túnel. Pero más allá no se puede pasar (…) A mí me dicen de nacimiento el hombre canguro por mi forma de ser”, contó Jerson a Juan Rodríguez, un bloguero que se atrevió a inmiscuirse en las lejanías del bosque para encontrar al popular ‘hombre canguro’.
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Más que un hombre, se ha convertido en un sobreviviente del despiadado, cruel e intempestivo rechazo de la sociedad. ¿La razón? Una extraña enfermedad que lo atormenta desde su nacimiento y, que, entre otras cosas, lo hace lucir diferente: artrogriposis.
De acuerdo con ‘el portal ‘Stanford Medicine Children’s Health’, artrogriposis “es el nombre general que se le da a un grupo de afecciones inusuales que causan rigidez en las articulaciones, limitación en los movimientos y desarrollo muscular menor al normal”.
Los hombros rotados hacia adentro, codos rígidos y muñecas y dedos flexionados son solo algunos síntomas que podrían llegar a presentarse. El caso de Jerson no es la excepción: además de los signos mencionadas anteriormente, también posee las piernas arqueadas que constituyen, tal vez, el motivo principal de su apodo.
Si bien Jerson ha afirmado ante la cámara que resulta muy difícil vivir en esas condiciones, de alguna manera se las ha arreglado, simplemente, para sobrevivir.Desde cazar animales hasta construir su propio hogar a punta de pica y machete -una cueva de aproximadamente entre 50 y 80 metros de profundidad-, ‘el hombre canguro’ ha hecho hasta lo imposible para cambiar los insultos de las personas por un ambiente de absoluta soledad, paz y tranquilidad.
Yo hice esta cueva, porque en la ciudad había mucha crítica, me hacían muchas caras, no soporté eso y decidí venir a vivir acá al monte
“Yo hice esta cueva, porque en la ciudad había mucha crítica, me hacían muchas caras, no soporté eso y decidí venir a vivir acá al monte. La gente me miraba feo, en la mayor parte donde yo me desplazaba me hacían caras, yo me aburrí de todo eso y me vine a vivir acá”, señaló el ‘hombre canguro’ a la entrevista realizada por Rodríguez.
.Un improvisado colchón y una cobija son, en últimas, las pocas pertenencias que se encuentran dentro de la estrecha cueva. Eso sí, a falta de lujos materiales, Jerson cuenta con una fiel compañía: Firulais, un perro mediano de color negro que lo apoya durante su travesía.
La alimentación, al parecer, tampoco resulta un impedimento para Jerson, quien con un fogón, algunas ollas y cucharas prepara los más insólitos animales para comer. En especial, la chucha -también conocida como zarigüeya común- es uno de los platos favoritos del ‘hombre canguro’: “Aquí se ve mucho la chucha (...) Uno la coge en una trampa y, de una, ella cae”, agregó el protagonista de esta historia.
De acuerdo con el relato de Jerson, su familia se encuentra en la capital vallecaucana; sin embargo, desde que se fue, no saben nada de su paradero y, aparentemente, lo dan como desaparecido. Aún así, todo parece indicar que podría tratarse de un montaje, de acuerdo con una entrevista dada por ‘el hombre canguro’ a un influenciador en Cali.