En junio, María Aderlinda Forero cumplirá 11 años con punzadas intensas en su vientre. Son innumerables las noches en las que no ha podido conciliar el sueño producto de estos fuertes dolores. Su calvario comenzó luego de una cirugía de ligadura de trompas después de dar a luz a su cuarto hijo.
María Aderlinda, ama de casa colombiana que vive en la zona rural de El Retorno, Guaviare, descubrió que tiene una aguja e hilo clavados dentro de ella desde hace casi 11 años.
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De acuerdo con Jam Press, el 18 de junio del 2012 la mujer tomó la decisión de no volver a quedar embarazada luego de su cuarto hijo, por lo que se sometió a una ligadura de las trompas.
La cirugía se llevó a cabo en San José del Guaviare y en principio no hubo ninguna complicación. Sin embargo, en los días posteriores comenzaron los dolores. Ella lo relacionó a los efectos secundarios del post parto luego del nacimiento de su último hijo, pero no era así.
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“No paraban (dolores), así que empecé a hacer citas, y cada vez que iba me mandaban a tomar paracetamol y ya”, dijo Forero al portal La Patilla.
Aderlinda pensó que pasarían los dolores con los medicamentos, pero cada vez las molestias eran mayores y esto la obligó a cambiar de trabajo varias veces porque no podía cumplir con sus actividades.
Lejos de todo
Según el diario colombiano El Tiempo, desplazarse desde su finca hasta San José del Guaviare le puede tomar hasta dos horas. Si quería sacar una cita tenía que ir al pueblo en la motocicleta de su esposo, lo cual resulta costoso para ella y su familia.
”Yo dejé pasar las cosas porque con las pastas calmaba los dolores. No tenía tiempo para estar yendo y viniendo, y menos los recursos. Pero los dolores siguieron, entonces regresé”, dijo.
Tras conseguir una cita, los médicos le recetaron analgésicos más fuertes como el meloxicam, pero nada funcionó. El tiempo pasó y los dolores eran insoportables.
Aguja e hilo
En noviembre de 2022, casi una década después, le ordenaron una resonancia magnética y una ecografía, donde le encontraron una aguja e hilo clavados en su intestino.
“Me dijo que en el quirófano me dejaron una aguja con hilo”, contó al portal Semana.
Lo insólito llegó después cuando María contactó al médico que le había operado, a lo que él respondió que no fue obra suya y posiblemente la mujer se había tragado una aguja con el hilo.
“Yo lo que necesito es que me operen rápido, que me quiten esto porque no me quiero morir y dejar a mis hijos”, precisó Aderlinda, quien se encuentra a la espera de la valoración que se llevará a cabo el próximo 12 de mayo.
Confía en que sea el último paso para poder quitarse la aguja y el hilo en su intestino, para así poder llevar una vida normal y descansar con normalidad.
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