MDN
Medellín
Redacción EC

Medellín. Sobre el mediodía, después de tres sirenas, el estruendo sacudió súbitamente el Club Campestre de la ciudad, en donde cientos de víctimas acudieron para presenciar el derribo del edificio Mónaco  propiedad del ex capo del cartel de , .

Desde las 6 a. m. de este viernes, al menos 1.500 personas residentes en el barrio Santa María de Los Ángeles, en la comuna El Poblado, deberán evacuar sus viviendas o sitios de trabajo para poder hacer el derribamiento controlado, un proceso que estará a cargo de la empresa Atila Demoliciones, la misma que estuvo a la cabeza del derribamiento de los edificios Space y Bernavento.




Cuando las condiciones de seguridad fueron verificadas se procedió con la demolición, pasadas las 11:00 a.m. En horas de la mañana la Alcaldía de Medellín y las autoridades locales rindieron un sentido homenaje a las familias de las víctimas de la violencia generada por las bandas del narcotráfico en Medellín.

Luego hubo otro estruendo. El de los aplausos de quienes estuvieron ahí y sintieron que se quitaron de encima una pesada carga.

"¡Por fin se acabó ese símbolo! ", gritó Teresita. - "Medellín abraza la vida" - agregó Guillermo.

La nube de polvo se disipó en menos de 10 minutos y en el recinto comenzó una jornada musical y cultural para darle apertura a la campaña 'Medellín abraza su historia ' con la que pretenden darle una nueva narrativa a la historia de la narco violencia, esta vez, del lado de las víctimas y no de los victimarios.

El memorial Inflexión, que se construirá donde hoy quedaron las ruinas del Mónaco, hace parte de esa campaña.

Carlos Enrique Parejo habló en nombre de las víctimas. "Rendirle culto o admiración al narcotráfico, y a la cultura de la violencia y la corrupción que ese flagelo a expandido, es como infringirle una herida mortal al corazón mismo de la nación colombiana, encadenar a las nuevas generaciones a un pasado sangriento", dijo. Y añadió: "Que triste ver esa irresponsable apología reflejada en la iconografía de algunas series televisivas".

En un mensaje en video del presidente Iván Duque, el mandatario señaló que este viernes "cerramos un oscuro capítulo", y celebró el espacio que rendirá homenaje a las víctimas en lugar del edificio Mónaco.

"Juntos decimos nunca más, nunca más, nunca más. ¡Qué viva Medellín!", añadió Duque.

El alcalde Federico Gutiérrez señaló, en su intervención, que el mundo conoció la ciudad "por lo que nunca nos debió conocer". "Por todos los que nos abandonaron antes de tiempo estamos hoy aquí (...) estamos aquí porque no hay justicia mientras sean más conocidos los verdugos que los nombres de las víctimas".

El sonido de las alarmas marcó el fin del edificio, que fue vivienda de Escobar y su familia, recordado por sus lujos y por ser foco de atentados en la época más sangrienta de la ciudad.

Todavía en los recuerdos de muchos vecinos del sector están los atentados con explosivos que sufrió el sitio. El primero fue en 1988, contra el propio Escobar. En el 2000, cuando el lugar era sede de la Fiscalía, se presentó uno más; sin embargo, la estructura siempre se mantuvo en pie.

El edificio Mónaco estaba conformado por ocho pisos y estuvo avaluado en 5.000 millones de pesos, tenía 34 parqueaderos, 12 apartamentos, 2 piscinas y una cancha.

Este viernes, la demolición fue posible por la labor que en años pasados se empezó para que la Sociedad de Activos Especiales (SAE) permitiera que la propiedad pasara a manos de la Alcaldía de Medellín, entidad que piensa construir en ese espacio el parque Inflexión.

El alcalde Gutiérrez explicó a quienes se oponían al derribamiento del Mónaco y que piden que se repotencie para otros usos, que para hacerlo se requeriría más de 40.000 millones de pesos. Hacer el memorial, por su parte, costará 6.000 millones, sumados a unos 2.000 millones del proceso de demolición.

Los vecinos del sector están complacidos con la caída de la estructura, pues quieren borrar la imagen que ven desde sus ventanas de la llegada de extranjeros que escuchan con atención historias alimentadas con series y películas de narcos.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la apuesta. La corporación Región y el Instituto Popular de Capacitación (IPC) han criticado que se trata de un acto que logra presencia mediática, pero no aporta a lo realmente esencial: derribar la cultura mafiosa que sigue viva.

Los vecinos del sector están complacidos con la caída de la estructura, pues quieren borrar la imagen que ven desde sus ventanas de la llegada de extranjeros que escuchan con atención historias alimentadas con series y películas de narcos.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la apuesta. La corporación Región y el Instituto Popular de Capacitación (IPC) han criticado que se trata de un acto que logra presencia mediática, pero no aporta a lo realmente esencial: derribar la cultura mafiosa que sigue viva.

Fuente: El Tiempo de Colombia (GDA)

Contenido sugerido

Contenido GEC