Vista de la boletería de la estación de esquí Cerro Catedral en Bariloche, Río Negro (Argentina), vacía debido al coronavirus. (AFP / FRANCISCO RAMOS MEJIA).
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Redacción EC

Bariloche [AFP]. Cerros nevados sin esquiadores, inmensos hoteles cerrados, comercios a la espera. Al pie de la cordillera de los Andes, la ciudad de Bariloche en , se cubrió de nieve pero no habrá avalancha de turistas este invierno en medio de la pandemia del .

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Hoy estamos cerrados, con cero actividad, trabajando desde la promoción”, se lamenta Belén García Bertone, de 36 años, tercera generación de hoteleros y presidenta de la Cámara de Turismo de Bariloche.

Emplazada dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, en medio de montañas y lagos, a 1.800 km al sudoeste de Buenos Aires, San Carlos de Bariloche es el cuarto destino turístico más visitado por extranjeros. Brasileños y uruguayos lo tienen incluso como su segunda preferencia detrás de Buenos Aires, según operadores turísticos.

Cuando arrancaba el año 2020 y el coronavirus parecía ajeno, Bariloche se ilusionaba con mejorar este julio el buen desempeño de la temporada alta del año pasado.

En julio de 2019, recibió 112.000 turistas (de los cuales 15.000 arribaron en 51 vuelos directos desde Brasil), y su capacidad hotelera de 30.000 plazas quedó casi colmada, según la alcaldía.

La ciudad está bella, hermosa. Tenemos unas nevadas importantes, comienza la época de nieve pero es una ciudad sin turistas. Venís a puntos como el Centro Cívico, el cerro Catedral o el (hotel) Llao Llao y están vacíos. Ni siquiera la gente sale a pasear”, dice José Lepio, 46 años, dueño de un restaurante en el imponente cerro Catedral.

Peor que el volcán

A 20 kilómetros del centro de Bariloche, el Cerro Catedral ofrece 120 kilómetros de pistas de esquí distribuidas en 600 hectáreas. En esta época del año, los preparativos suelen ser febriles. Hoy solo se ven grandes extensiones de nieve.

Hace 22 años que tenemos la escuela de esquí y hoy estamos acá por primera vez sin turismo. Hemos tenido de todo: ceniza de los volcanes, gripe A, hantavirus, pero esto es impensable”, se lamenta Néstor López Dávalos, presidente de la Asociación Empresarial del Cerro Catedral.

Según López Dávalos, se necesitan entre 7.000 y 8.000 visitantes diarios para que el emprendimiento funcione. “Sin turistas, no sabemos bien lo que vamos a hacer. Mucha gente se va a quedar sin trabajo”, advierte.

En Bariloche, de 140.000 habitantes, el turismo emplea a unas 15.000 personas en forma directa y genera otros 34.000 puestos indirectos, según la Cámara de Turismo que estima en 3.600 millones de pesos (unos 48 millones de dólares) las pérdidas que sufrirá este mes de julio, habitualmente el mejor del año.

Estiman que ya se perdieron 3.000 millones de pesos (40 millones de dólares) en el trimestre abril-junio, de temporada baja, lapso en el que en 2019 recibieron 65.000 turistas.

Según García Bertone, que cita los recuerdos de su padre también hotelero, hay que remontarse a 1978, cuando Argentina y Chile estuvieron a punto de entrar en guerra por un conflicto limítrofe y Bariloche tenía un tercio de su población actual, para encontrar una ciudad tan vacía de turistas.

Más cerca, en 2011, el aeropuerto estuvo varios meses cerrado debido a la nube de cenizas que dejó la erupción del volcán Puyehue, a 90 kilómetros de ahí. Un brote de hantavirus, una enfermedad endémica que dejó 11 muertos en un pueblo cercano alejó visitantes en 2018.

En 2009, la gripe A había provocado la suspensión temporaria del turismo estudiantil, otro sector clave de la economía barilochense.

La ciudad andina recibe a lo largo de cada año entre 80.000 y 100.000 estudiantes, en viajes recreativos que celebran el fin de la escuela secundaria y que contemplan un circuito nocturno de discotecas, hoy cerradas.

La villa ofrece también deportes de aventura y fue declarada la capital nacional del chocolate. Menos turístico, pero también característico es el Centro Atómico Bariloche, cuna de la ingeniería nuclear argentina.

Futuro incierto

El confinamiento obligatorio decretado el 20 de marzo en el país sudamericano derrumbó las expectativas para el año. Se cerraron fronteras y se suspendieron vuelos comerciales y el transporte de larga distancia. Unos 8.000 turistas debieron ser evacuados desde allí. A cien días, ya no quedan paseantes.

Estamos preparados para arrancar, con los negocios ya puestos a punto para comenzar la temporada. Es un futuro incierto. No sabemos qué protocolo vamos a seguir cuando esto comience... ni si comienza”, advierte Lepio.

Vuelve el invierno! y volveremos a vernos pronto!!”, invita la página web de turismo de Bariloche que se esforzó para ofrecer una “visita virtual” con fotografías que resaltan los bellos paisajes andinos de la Patagonia.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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