Cuando en diciembre Daniel Noboa asuma el poder en Ecuador, a sus 35 años se convertirá en el presidente más joven de la historia del país. Y en adelante, tendrá solo 18 meses de gestión para lidiar con los dos problemas principales que agobian a los ecuatorianos: la violencia producto del narcotráfico, y la crisis económica.
El joven empresario Noboa derrotó el domingo por cuatro puntos de diferencia a la abogada correísta Luisa González, con quien disputó la segunda vuelta presidencial.
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Noboa completará el periodo de cuatro años (2021-2025) que le correspondía al actual presidente, Guillermo Lasso, quien recortó su mandato en mayo al invocar la llamada Muerte Cruzada, un mecanismo que está escrito en la Constitución y que permite al presidente dejar el poder y disolver la Asamblea Nacional. El mandatario apeló a esa figura cuando estaba cerca una votación en el Legislativo que iba a destituirlo por presunto delito de peculado.
El presidente electo era legislador en la Asamblea Nacional que fue disuelta por Lasso. El mandatario saliente acusó más de una vez al Legislativo de obstruir sus políticas y de no permitir que lleve adelante sus promesas de campaña. Noboa también tendrá un Congreso donde su partido, ADN, está en minoría.
De los 137 escaños de la Asamblea Nacional, la Revolución Ciudadana, el movimiento que lidera el expresidente Rafael Correa, tiene más de medio centenar de puestos. Mientras que ADN cuenta con solo 12 escaños.
A continuación, los desafíos que deberá asumir Noboa:
La inseguridad y el narcotráfico
La inseguridad es el principal problema de Ecuador. Entre el 2017 y el 2022, el país ha pasado de 5,8 a 25,62 homicidios por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta de la historia del país. Y de acuerdo con los números de lo que va del 2023, a fin de año habrá un nuevo récord de homicidios.
Este año, el crimen se atrevió a golpear directamente a la política, cuando un grupo de sicarios asesinó el 9 de agosto al candidato Fernando Villavicencio cuando salía de una actividad de campaña en un colegio de Quito. El autor material del hecho, de nacionalidad colombiana, murió ese mismo día tras ser reducido por civiles y por la policía.
Mientras que otros siete colombianos que estaban en prisión por el crimen de Villavicencio fueron asesinados a principios de octubre en la cárcel sin que hasta ahora se conozcan las circunstancias ni se señale a los autores.
La violencia en Ecuador está relacionada con las mafias del narcotráfico, que han tomado al país como centro de acopio y de distribución de droga, principalmente en puertos costeros de las provincias de Guayas y Manabí.
Estas mafias, entre las que figuran mexicanas, colombianas y albanesas, tienen bajo su mando a poderosas bandas de sicarios locales que están bien armadas y que se enfrentan por el contol territorial.
Muchas de estas bandas de sicarios son dirigidas desde las incontrolables cárceles de Ecuador, que son consideradas como el epicentro del crimen.
Desde el 2020, casi 500 personas han muerto en las cárceles del país producto del enfrentamiento entre pandillas enemigas.
Durante la campaña electoral, Daniel Noboa no se sumó a los candidatos que solo prometían mano dura contra el crimen y que incluso invocaron el modelo del presidente de El Salvador Nayib Bukele contra las maras para ser aplicado en Ecuador.
El joven empresario prometió que los convictos más peligrosos del país deberían ser recluidos en barcos prisión. Con ello, dijo, se tendría aislados al 17 % de los reos más violentos.
Otra promesa es su plan Fénix, que consiste en militarizar la frontera y vigilarla con el uso de la tecnología, mediante drones y radares.
También dijo que en los puertos implementará el doble pesaje, incrementará la presencia militar en esos lugares y dotará de un sistema de rastreo satelital para las exportaciones en las seis vías principales y estratégicas del Ecuador, además del escaneo de la carga en los peajes antes de llegar a los puertos.
Mejorará la vigilancia en los barrios, especialmente en los sectores urbano marginales, a través de la tecnología que será comprada al Gobierno de Israel.
Noboa ofreció crear una Agencia Nacional de Inteligencia que reporte al presidente de la República, para dictar las medidas de acción a las fuerzas de reacción: la policía y los militares.
También propuso penalizar el consumo de drogas a pequeña escala y crear un sistema de jurados para delitos graves.
La economía
El pasado 20 de agosto, los ecuatorianos votaron en un plebiscito en favor de que se termine con la explotación de petróleo del Bloque 43-ITT, uno de los yacimientos situados dentro del Parque Nacional Yasuní, en plena Amazonía.
Ello significará una reducción del 11 % en la producción diaria de petróleo del país. Según datos oficiales citados por la agencia EFE, por ese bloque Ecuador recibe 1.200 millones de dólares al año.
Además, la caída del precio internacional del barril de petróleo a lo largo del año ha provocado una brecha fiscal en las arcas del Estado.
“Entre enero y agosto hubo un déficit fiscal de 2.700 millones de dólares, cuando en el mismo periodo del año anterior hubo un superávit de casi 200 millones de dólares”, dijo a EFE el analista económico Alberto Acosta-Burneo. “Es tremendamente delicada” la situación, agregó.
Ecuador también tiene problemas de desempleo y subempleo.
Y a todo ello se deben sumar los posibles efectos del fenómeno El Niño, que golpeará a Ecuador desde finales de año.
Durante la campaña, Noboa prometió hacer deducciones tributarias adicionales para las empresas de acuerdo con su generación de empleo.
Además, dijo que llevará adelante programas de empleo juvenil para egresados de las universidades públicas.
Buscará generar inversión extranjera y eliminar el ISD (impuesto a la salida de divisas) y traer a Ecuador a la banca internacional para que los intereses sean más bajos para emprendedores, jóvenes y familias que quieran tener su primera casa.
En cuanto a subsidios, prometió un bono adicional de 60 dólares a las madres que les permitirá tener recursos para su alimentación y la de sus hijos.
"Tiene que ser pragmático y realista"
Para el sociólogo y analista político ecuatoriano Julio Echevería, el enfoque general del corto gobierno de Noboa tendrá que ir por el lado del pragmatismo y del realismo, e incidir en los problemas que son muy grandes en el país, como la inseguridad, la violencia urbana y la crisis del sistema penitenciario. Agregó que el otro pilar de la gestión debe ser la generación de empleo y el mejoramiento de las condiciones sociales en los suburbios de las ciudades portuarias como Manta, Guayaquil y Esmeraldas, donde el crimen trasnacional asociado al narcotráfico es extremadamente agudo.
“En cuando a la inseguridad, sus promesas combinan la necesidad de fortalecer la capacidad del Estado con una política dura hacia el tema de la crisis penitenciaria y la necesidad de la colaboración de las fuerzas militares con las fuerzas policiales. Al mismo tiempo, sabe de la necesidad de implementar una política social más dinámica en los territorios donde el fenómeno de la violencia es más agudo”, dijo Echeverría en diálogo con El Comercio.
Agregó que Noboa ha perfilado un enfoque netamente represivo, sino uno más de corte social. “Las respuestas en seguridad tienen que ser inmediatas y muy precisas, no hay mucho espacio para la elucubración. A nivel conceptual, se tiene muy clara la necesidad de combinar esta mano fuerte para intervenir en las condiciones de violencia que existen en las cárceles y al mismo tiempo una política social dinámica que recupere el tejido social que se ha visto afectado por la violencia”, explicó el sociólogo.
En cuando a la colaboración que Noboa pueda tener de la Asamblea Nacional, Echeverría dijo que, a diferencia de la gestión de Lasso, en este nuevo Legislativo hay un nuevo actor político, que es el moviemiento Construye, que fue formado bajo la inspiración del asesinado Fernando Villavicencio. “Construye, que tiene como 20 asambleístas, podría hacer una alianza de centro derecha con el partido de Noboa, más otras agrupaciones menores. Se puede generar un importante bloque que puede generar una interlocución con el correísmo”, anotó.
En cuanto al futuro del correísmo tras la derrota del domingo, Echeverría sostuvo que la Revolución Ciudadana deberá hacer un examen muy profundo de su incapacidad para poder ganar en segunda vuelta, de no superar su techo del 47% de la votación.
“La reflexión que deberá realizar el correísmo es urgente y necesaria para ellos. Debe hacer un cambio profundo de su orientación política. Va a encontrar serias dificultades porque tendría que renunciar a su partida de nacimiento, que es el autoritarismo y el caudillismo de Correa. Esa es una operación bastante difícil, porque Correa va a seguir siendo el gran aglutinador de votos. Él sigue siendo quien domina las fuerzas de esa organización política. Incluso si se busca un cambio en ese sentido, va a ser difícil que el anticorreísmo lo perciba como un cambio sincero hacia una nueva modalidad de acción política”, remarcó Echeverría.
Por Renzo Giner, periodista
- ¿Podemos hablar de una victoria del candidato Noboa por mérito propio o mas bien de una nueva derrota para el correísmo?
Sería un error que Daniel Noboa crea que ese casi 53% es votación por mérito propio. Creo que una parte le corresponde, aquella que le permitió entrar a segunda vuelta, pero todo lo demás es, en definitiva, votación de aquellos que no han querido el regreso del correísmo. No es algo que termine fácilmente. En ese sentido, no hay mérito propio. Desde el lado del correísmo, esta derrota tiene sus razones propias que deberán ser analizadas oportunamente con los resultados provincia a provincia.
- Ecuador enfrenta retos muy grandes como país: la inseguridad, crisis política y económica. ¿Un presidente puede hacer algo al respecto en tan solo un año y medio de mandato?
Efectivamente, las prioridades identificadas por los ecuatorianos tienen relación con la inseguridad, la crisis económica y la corrupción. Temas que de ninguna forma pueden ser solucionados de manera definitiva en 18 meses de acción. Se pueden dar los primeros pasos, indiscutiblemente. Se puede lograr resultados, incluso de cara a la búsqueda de un mandato completo en el 2025. Pero soluciones definitivas de ninguna manera. El reto del presidente Noboa en estos 18 meses es lograr ganancias rápidas, mostrarle al país que con voluntad política y decisión se puede lograr algo en materia de estas prioridades.
- Sabemos que Rafael Correa es aquella gran sombra que ronda a la política ecuatoriana incluso sin ser candidato, ¿en qué posición le deja esta derrota de su grupo político y qué podríamos esperar desde el Poder Legislativo de acá a mayo del 2025?
El correísmo está más vivo que nunca. El correísmo no ha desaparecido, no ha muerto ni hay que darle por muerto. Está ahí. Incluso en esta Asamblea Nacional será la primera fuerza política. Tienen un bloque de más de 50 legisladores, es más grande que el que obtuvieron en el 2021. El error de Rafael Correa es la elección de sus candidatos a la presidencia o la estrategia de simplemente afianzar el voto duro y no lanzarse a buscar el voto del electorado adverso. La gente no los ve como nuevos si han estado en la política por 17 años. Indiscutiblemente, tendrán un buen resultado en las elecciones del 2025, tanto para la presidencia como para la Asamblea. Pero con la renovación del electorado, que es ahora más joven, sin duda la actitud de Correa ya no es garantía de un triunfo.
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