Con miras a las elecciones del 2 de octubre en Brasil, el domingo 28 se celebró el primer debate presidencial. Si bien al encuentro se invitó a los principales candidatos (Ciro Gomes, Simone Tebet, Soraya Thronicke y Felipe D’Avila entre ellos), todas las miradas se centraron en los favoritos, Lula da Silva y Jair Bolsonaro. El set de la televisora Bandeirantes fue el escenario del primer careo en vivo entre ambos.
Hubo críticas y se lanzaron dardos sobre temas relacionados al cuidado de la Amazonía y la corrupción. Se discutió también sobre el estado (y destrucción) de la democracia, el desempleo y la inflación. La cereza del pastel la pusieron el diputado bolsonarista André Janones y el exministro de Medio Ambiente Ricardo Salles, quienes según informó la agencia AFP, “estuvieron a punto de golpearse”.
LEE TAMBIÉN: Policía brasileño muere tiroteado en operación contra tala ilegal en Amazonía
Para hacer un balance sobre el debate, El Comercio consultó sobre varios asuntos a Luciana Santana, doctora en Ciencia Política e investigadora del comportamiento político, y André Coelho Grisul, profesor de Ciencia Política en la Universidad Federal de Río de Janeiro.
TE PUEDE INTERESAR
¿El encuentro más esperado?
Coelho considera que “Lula se portó como quien lidera las encuestas”, es decir, pudo hablar más y defenderse de los ataques, pero no fue así. Su estrategia consistió en “recordar el pasado y asegurar que su experiencia le permitirá ser un mejor presidente”. “Digamos que optó por una postura más conservadora para no tener problemas con los otros candidatos, pensando seguramente en pedirles su apoyo en la segunda vuelta”.
“El problema con él es que, al tratar de no perder la delantera, no se esforzó por conquistar a los electores indecisos. Me quedo con una idea que leí en la prensa: Lula le ganó a Bolsonaro por un gol a cero, con un tanto en contra”.
LEE TAMBIÉN: Justicia electoral en Brasil ordena retirar videos de Bolsonaro atacando los comicios ante embajadores
Para Santana, Bolsonaro encarnó “las mismas narrativas” de siempre y apuntó a su base electoral, así que no hubo mayor novedad. Al contrario de lo que opina Coelho, la especialista considera que el debate no tuvo ganador, pero que se destacó la senadora Simone Tebet, quien planteó con “firmeza y confianza, puntos importantes sobre la situación actual del país”, como las ‘fake news’ y el manejo de la pandemia. Incluso, Tebet cuestionó al actual mandatario: “¿A qué obedece esta rabia hacia las mujeres?”.
LEE TAMBIÉN: Líderes empresariales bajo escrutinio por chat sobre golpe de Estado en Brasil
Desinterés por la diversidad y la naturaleza
Durante el debate, Bolsonaro atacó verbalmente a una reportera y la llamó “vergüenza para el periodismo”. Según recuerda “El País”, solo las dos candidatas (Tebet y Thronicke ) reclamaron, los otros postulantes se quedaron en silencio. Al respecto, Santana comenta: “La actitud del presidente merece repudio. No es la primera vez que hace algo parecido. Esto debería tener un efecto negativo en el electorado femenino”.
Coelho anota: “Además, también se habla de racismo porque todos los candidatos y hasta los periodistas eran blancos”.
Y si se tiene en cuenta que, en lo que va del año, se perdieron 3.987 kilómetros cuadrados de vegetación en la Amazonía de Brasil, el cuidado del medio ambiente fue poco explorado. “Creo que fue un error de los candidatos, debieron mencionarla más, sobre todo Bolsonaro, quien es visto por el mundo como el enemigo del Amazonas y de los indígenas”, dice Coelho.
Los insultos como estrategia
Lula y Bolsonaro se acusaron de ladrones y corruptos, pero ¿qué tanto impacto pueden tener esos discursos en el electorado? Santana y Coelho coinciden en que el mandatario solo le habla a “su propia burbuja” y que se trata de una estrategia infecunda. La razón: el Supremo Tribunal Federal de Brasil anuló las sentencias del líder de izquierda y, aunque eso no significa que está libre de polvo y paja, sí puede postularse sin inconvenientes. Es, digamos, inocente.
El especialista anota: “Lula está tratando de decir que en su Gobierno sí hubo corrupción, pero que él intentó combatirla. Y ha dejado en claro que todo lo contrario pasa en la gestión de Bolsonaro, quien hasta cambió a los jefes de la policía federal porque lo estaban investigando”.
LEE TAMBIÉN: Brasil multa con 1,3 millones de dólares a Facebook por filtración de datos
Exageraciones y mentiras
En el debate, Bolsonaro afirmó que la “inflación brasileña está por debajo de la de Estados Unidos”, idea que “El País” señaló como falsa (“la acumulada en los últimos 12 meses es del 11,8%, mientras en el vecino del norte es del 8,5%”). ¿Qué efecto pueden tener las mentiras del presidente en los votantes? “Parece que para su electorado, para los ‘bolsonaristas de raíz’, no hace gran diferencia, así que el problema es con las personas que no están con él”, sostiene Coelho.
“En todo caso, como la economía no está bien, me parece que esa estrategia no tiene tanto éxito como en el pasado sí la tuvo con gran parte de la población. No me parece un buen plan, pero es que tampoco tiene mucho que decir porque su Gobierno es un desastre. Si miente es porque es difícil defender su gestión”.
Mientras tanto, los deslices ya se le están saliendo de control. El domingo último Bolsonaro también habló sobre los líderes de izquierda en Latinoamérica. Él dijo: “Lula apoyó también al presidente de Chile, el mismo que prendía fuego a los subterráneos”. En respuesta a ello, la cancillería chilena convocó a su embajador en Brasil, Paulo Roberto Soares Pacheco, como protesta. Vale, entonces, preguntarse: a tan poco de las elecciones, ¿el mandatario se enfrentará a una crisis diplomática? ¿Qué tan cara le saldrá esa factura?