Ecuador acabó el año 2022 con un récord de 26 homicidios por cada 100.000 habitantes, una cifra que casi cuadruplica los 7,1 homicidios que registró en el 2020. En ese contexto de violencia en ascenso, el presidente Guillermo Lasso dictó el sábado el decreto 707, que autoriza el porte de armas por parte de civiles para defensa personal.
El mandatario dijo que la medida respondía al clamor de la ciudadanía y que es necesaria para enfrentar al crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia común.
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La norma también autoriza a que los guardias de seguridad privada armados apoyen a la policía.
Lasso remarcó que se trata de “una estrategia cruzada de seguridad” en la que las Fuerzas Armadas también apoyarán a la policía en las calles.
El presidente Guillermo Lasso
ha decretado al menos 17 estados de excepción desde mayo del 2021 debido al repunte de la violencia en Ecuador, principalmente en Guayaquil y sus alrededores.
Cabe precisar que el porte de armas en Ecuador está contemplado en la legislación, pero en el 2011 fue suspendido por el gobierno del presidente Rafael Correa. Solo se mantuvo la tenencia.
Lo que dice el decreto 707
Además de autorizar el porte de armas, el decreto 707 habilita el uso de aerosoles de gas pimienta para uso civil.
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En cuanto a la vigencia de los permisos de tenencia y porte de armas, estos tendrán una validez de dos y cinco años, respectivamente. Para su renovación se deben cumplir los requisitos que serán establecidos en un reglamento.
Para tramitar un permiso para porte o tenencia de armas se requiere una edad mínima de 25 años, certificados de pruebas psicológicas emitidos por el ministerio de Salud, aprobar un curso de entrenamiento de uso de armas y obtener un certificado de destreza concedido por el ministerio de Defensa.
Quien tramite los permisos no debe haber sido condenado por algún delito penal ni denunciado por violencia familiar y no tener antecedentes toxicológicos.
Las armas que podrán portar los civiles ecuatorianos son pistolas hasta el calibre 9mm, semiautomáticas con alimentadores de hasta 10 proyectiles, revólveres hasta el calibre 38, escopetas recortadas del calibre 10 al 410.
También se establece que cuando un civil haga uso de su arma de fuego, este será detenido y procesado penalmente hasta que demuestre que disparó en legítima defensa o para proteger a un tercero. Debe probar que hizo un uso racional de la defensa.
El decreto prohíne la fabricación artesanal de armas y su registro y tenencia.
Hay un plazo de seis meses para elaborar el reglamento del decreto, una vez que ello esté listo los ciudadanos podrán empezar a tramitar sus permisos para el porte de armas.
A favor y en contra
Por Juan Xavier Santos Salvador, experto ecuatoriano en regulación de armas
Es una buena decisión del Gobierno porque apuntala el derecho a la legítima defensa que tenemos todos los ciudadanon ecuatorianos.
Hay que ver ejemplos de países como Brasil, donde durante presidencia de Jair Bolsonaro se autorizó el porte de armas para civiles y ello se reflejó en la disminución de la violencia.
La gente suele pensar que mientras más armas tengamos más violencia habrá. Pero no es que vamos a ser como el viejo oeste, donde sacaremos el arma por cualquier cosa. Si nosotros disparamos a alguien solo porque nos cayó mal estamos cometiendo un delito. Es decir, los delitos de asesinato, homicidio siguen siendo punibles.
Ahora, tras este decreto creo que los ladrones, la delincuencia en general, va a pensarlo dos venes antes de sacar un arma porque sabrá que los civiles comunes y corrientes también podemos estar armados, luego de haber obtenido la respectiva licencia, claro.
Era necesaria esta medida para que podamos defendernos. Es importante recalcar que la tenencia y el porte de armas estaban autorizados en Ecuador hasta que el presidente rafael Correa lo eliminó. Probablemente lo hizo por lo que sucedió en setiembre del 2010, cuando hubo un levantamiento de la policía y luego de ello el mandatario comenzó a restringir libertades y finalmente en el 2011 nos quitó la posibilidad de portar armas.
En adelante, lo que falta tras el decreto es autorizar la participación de la sociedad civil en el proceso para otorgar las licencias para el porte de armas, que haya un ente privado que supervise y denuncie cuando detecte corrupción, pues también puede darse que las licencias sean entregadas a personas que están inmersas en el delito.
Por Sebastián Mantilla, director ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (CELAEP)
Es una medida muy polémica y que ha generado mucha crítica en Ecuador. El presidente autoriza el porte de armas en un momento en el que su situación política está delicada, pues avanza el juicio político en su contra, los sectores indígenas y sociales han amenazado con protestas y el nivel de inseguridad va en ascenso. Como el Gobierno no puede con el tema de la inseguridad, entonces ahora la ciudadanía tendrá que defenderse por sí misma.
El presidente Lasso lanza esta medida para usarla mediáticamente y tratar de mejorar la imagen de su Gobierno. Además, va a ser difícil de aplicar porque hay casos de policías que han matado a delincuentes haciendo uso de sus armas de reglamento y ahora están en la cárcel.
Me preocupa lo que pasará en las zonas rurales donde no hay policía, no sé si esto puede dar lugar a la formación de grupos armados, como pasó en Colombia, que comienzan a actuar para defenderse de la delincuencia pero después se pasan a defender otros intereses relacionados, por ejemplo, con el narcotráfico.
Temo que el decreto podría más bien contribuir a recrudecer los niveles de criminalidad y violencia que vive el país. Si antes el delincuente amenazaba antes de robar, ahora posiblemente matará primero porque pensará que la víctima puede estar armada.
En resumen, el presidente ha querido ganarse a un sector de la población, pero el resultado no ha sido lo que esperaba, porque la gente se da cuenta de que esa medida es muy populista, que no va a solucionar los problemas de inseguridad.
¿Cuántas armas hay en Ecuador?
El periodista Bolívar Velasco, de El Comercio de Ecuador, informó que el país no cuenta con datos abiertos al público sobre la tenencia y porte de armas de fuego de forma legal. El último dato al respecto es del 2017, cuando un estudio de la firma Small Arms Survey, con sede en Suiza, consignó que 402.000 armas estaban en manos de civiles en Ecuador. De ese total, el 58% no estaban registradas ante las autoridades.
En ese año, la tasa de tenencia de armas en Ecuador era de 2,4 por cada 100 habitantes, al nivel del Perú y muy por debajo de Uruguay, que tiene la tasa más alta en Sudamérica, con 34,7 por 100 habitantes; y de Venezuela, con 18,5 armas por cada 100 habitantes.
Polémica
Tras el anuncio del decreto, voces a favor y en contra dominan el debate político y sobre la inseguridad en Ecuador.
Mediante un comunicado, la Universidad de Cuenca rechazó la medida de Lasso pues considera que “transfiere a los ciudadanos la responsabilidad estatal de seguridad y protección”.
“Estudios demuestran que el uso de armas de fuego incrementa los homicidios, femicidios, suicidios y la violencia social”, remarcó.
Ecuador se ha convertido
en uno de los principales territorios para la salida de cocaína. Ello ha generado una explosión de la violencia, pues las pandillas locales que responden a las mafias mexicanas se disputan las rutas de la droga
Mientras que en la otra orilla, la bancada del conservador Partido Social Cristiano dijo que apoya la autorización para el porte de armas y que lleva “dos años pidiendo que se haga, ya que dependía exclusivamente del Ejecutivo”.
“Están bien las intenciones, las declaraciones, la teoría y las propias leyes, pero estas no solucionarán nada si no se aplican las acciones pertinentes, que debe ser inmediatas, permanentes, financiadas y coordinadas”, indicó en un comunicado.
Por su parte, el expresidente Rafael Correa rechazó el anuncio: “No permitamos que la ineptitud nos mate. Con la prohibición de porte de armas, convertimos a Ecuador en segundo país más seguro de Latinoamérica. Destrozaron todo y ahora nos venden sus torpes soluciones”, escribió en su cuenta de la red social Twitter.