El último 19 de junio, Colombia dio un giro sin precedentes. En una estrecha segunda vuelta electoral, Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda del país sudamericano. Aquel día, además, Colombia se sumó a la más de una decena de Estados en América Latina que, en los últimos comicios, escogieron gobiernos de izquierda o centroizquierda.
Con los triunfos de Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile y Pedro Castillo en Perú, son 12 los países de la región que votaron por opciones de izquierda o centroizquierda. La cifra representa el 60% del total de Estados latinoamericanos, seis veces más que hace 20 años, cuando Bolivia y Cuba eran los únicos países que no eran gobernados por la derecha.
LEE TAMBIÉN | El populismo en América Latina: ¿Cuántos presidentes impulsan esta forma de ver la política?
El número, sin embargo, podría crecer aún más luego de las elecciones presidenciales en Brasil, que se realizarán en octubre de 2022. En las encuestas electorales, el expresidente brasileño de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva mantiene una amplia ventaja sobre su principal rival, el actual mandatario derechista Jair Bolsonaro. Si la tendencia en los sondeos se mantiene, Lula da Silva triunfaría en primera vuelta.
Cambios en el espectro político de América Latina (1992-2022)
Votando por el cambio
Para el internacionalista Francisco Belaúnde, el giro a la izquierda de la región no necesariamente responde a motivos ideológicos, sino más bien al descontento frente a las gestiones precedentes que, en su mayoría, eran de derecha o centroderecha.
“No se trata de una conversión al izquierdismo de la población. Tiene que ver con reemplazar lo que estaba, porque han decepcionado. En muchos casos, la votación no es ideológica, sino una manera de buscar el cambio respecto de lo que se tiene”, sostiene.
El también internacionalista Carlos Novoa coincide en que el giro se trata de “una cuestión coyuntural”.
“Probablemente, cuando toque de nuevo ir a elecciones, si es que los gobiernos de izquierda hacen un mal gobierno, la derecha va a regresar”, señala. Según indica, es posible que este sea el caso de México, donde “si se mantiene la democracia, izquierda va a perder el poder”
Según Novoa, los principales motivos del cambio en el espectro político de la región son la insatisfacción con el modelo de libre mercado por parte de un sector importante de la población y la pandemia por el COVID-19.
“Tiene que ver con un cuestionamiento de varios sectores a un modelo de libre mercado que no ha podido ser satisfactorio para todos y eso le pasa factura. En segundo lugar está el tema de la pandemia, que ha coincidido con algunos cambios de gobierno”, señala.
Ganando por poco
En casi la mitad de países de la región, los candidatos que ganaron las últimas elecciones lo hicieron por menos del 10% de votos respecto de quien quedó en segundo lugar. En seis casos, el margen fue de menos de 5%.
El Perú es el país con las últimas elecciones presidenciales más reñidas de de Latinoamérica. La diferencia de votos entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori fue de menos del 1% del total de votos emitidos. Otros Estados con comicios ganados por una pequeña diferencia de votos son Uruguay, Panamá, Colombia y Paraguay (ver tabla). En este último caso, se trató de las elecciones presidenciales más ajustadas desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner, en 1989.
Para Novoa, esta estrechez en los triunfos electorales puede generar una “crisis de legitimidad”, pues el candidato ganador “no logra un triunfo aplastante” sobre las otras opciones.
Belaúnde, por su parte, considera que se trata de una señal de la polarización creciente en la región.
“Podría ser una marca de la polarización, en el sentido de que cada vez se vota más en contra de un candidato más que a favor de alguno”, asegura.
Satisfacción con la democracia
Según el Informe Latinobarómetro 2021, que recoge las opiniones obtenidas en el año 2020, solo un cuarto de los latinoamericanos está satisfecho con la democracia.
Los países que se mostraron más satisfechos fueron Uruguay (68%), El Salvador (46%) y República Dominicana (39%). Por otro lado, los menos satisfechos con el funcionamiento de la democracia fueron Ecuador (10%), Perú (11%) y Honduras (15%).