Luis Arce, presidential candidate for the Movement Towards Socialism (MAS) party, raises his fist as he claims victory after general elections in La Paz, Bolivia, Monday, Oct. 19, 2020. (AP Photo/Juan Karita)
Luis Arce, presidential candidate for the Movement Towards Socialism (MAS) party, raises his fist as he claims victory after general elections in La Paz, Bolivia, Monday, Oct. 19, 2020. (AP Photo/Juan Karita)
/ Juan Karita
Agencia AFP

Tras su aplastante e inesperada victoria electoral, el izquierdista deberá enfrentar la crisis económica y cerrar las heridas de una polarizada por la convulsión social que acabó con el gobierno de en 2019.

La elección del domingo se desarrolló en un ambiente de paz aunque no exento de temores a que se repitieran los disturbios que dejaron más de 30 muertos en 2019, después de la cuestionada votación, a la postre anulada, en la que Morales ganó una nueva reelección.

“Es necesario curar las heridas entre los bolivianos, aunque no va ser un proceso tan automático”, dijo a la AFP la politóloga María Teresa Zegada, de la Universidad Mayor de San Simón.

“Ojalá que Arce y el Movimiento Al Socialismo (MAS) hayan aprendido esta lección democrática con la experiencia del 2019 y que puedan abrirse al diálogo para lograr una convivencia democrática, que no existió en los últimos años del gobierno de Morales (2006-2019), agregó.

Los analistas estiman que el contundente triunfo de Arce principalmente se debió al apoyo incondicional que tiene Morales entre los indígenas, que constituyen el 41% de los 11 millones de habitantes de Bolivia.

Además, los rivales del MAS no acudieron unidos a la elección, postulando a siete candidatos, aunque dos se bajaron en los últimos días en un vano intento por aglutinar el voto anti-Evo. El exmandatario centrista Carlos Mesa (2003-2005) resultó segundo en las urnas, con 20 puntos menos que Arce, según las proyecciones privadas en medio de un lento escrutinio oficial.

También favoreció a Arce la criticada gestión del gobierno transitorio de la conservadora Jeanine Añez, que sucedió a Morales tras su renuncia.

“El resultado es consecuencia de los gravísimos errores de las fuerzas opositoras al MAS. Mesa arrastró a su débil organización política a la posición de no unirse o transar nada, tal como pedía un grueso de la población”, dijo el politólogo Carlos Borth en la radio Panamericana.

Los bolivianos también pusieron sus esperanzas en Arce para resolver la crisis económica derivada del coronavirus y la caída de los precios del gas natural, principal producto de exportación del Bolivia.

Arce es visto como el artífice del “milagro económico” que vivió Bolivia bajo el gobierno de Morales, cuando él era ministro de Economía, período en que el país alcanzó históricas cifras de crecimiento de hasta 6% y se redujo la pobreza del 60% al 37%, según datos oficiales.

“Un país distinto”

Pero ahora el panorama es más complicado, advierten los analistas.

“Al próximo gobierno se le avecina un país distinto, con muchas carencias, y Arce ha presentado ofertas muy claras que han generado mucha expectativa para resolver las urgencias nacionales”, dice Zegada.

En su campaña, Arce propuso para enfrentar la crisis inyectar 8.000 millones de dólares al estado que saldrían de créditos internacionales, negociar el no pago de la deuda externa anual, crear un impuesto a los mas ricos que representan al 1% de la población, y sustituir importaciones con producción nacional.

Los analistas descartan que haya una nueva convulsión en el corto plazo, debido a la victoria por mayoría absoluta en primera vuelta del delfín de Morales.

Arce contará con una mayoría en el Congreso, según proyecciones, pero que no alcanzaría los 2/3 que tenía hasta ahora y que le permitían aprobar leyes sin necesidad de buscar acuerdos con otras bancadas.

“El papel de Evo”

Arce se benefició del capital político construido durante décadas por Morales, quien ofició como su jefe de campaña desde Argentina, donde está refugiado.

Morales tuvo una constante participación en las redes sociales durante la campaña y prometió regresar a Bolivia si ganaba su candidato.

“Es cuestión de tiempo. Mi gran deseo es volver a Bolivia”, dijo este lunes Morales, sobre quien pesa una orden de arresto en Bolivia por terrorismo y financiamiento del terrorismo durante la convulsión del año pasado.

Los analistas estiman que Arce deberá hacer una “lectura reflexiva” del nuevo escenario político y definir el papel de Morales en su gobierno.

“El nuevo gobierno debe adoptar una posición responsable para evitar nuevamente discriminaciones entre los bolivianos, la soberbia y la corrupción, todo eso debe cambiar”, dijo a la AFP Guery Chuquimia, analista político y antropólogo de la Universidad Mayor de San Andrés.

Arce es parte del grupo más cercano e incondicional de Morales, quien lo designó en enero como candidato presidencial del MAS, honor que desde 2002 había tenido siempre el líder indígena.

Zegada consideró que Arce debe dejar claro si planea gobernar con “autonomía” frente Morales o si seguirá “la línea de Evo”.

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¿Quién es Luis Arce, ganador de las elecciones en Bolivia? (AFP).
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