Elecciones en Brasil: La élite económica brasileña respalda a Jair Bolsonaro, ¿hasta cuándo lo hará? (AP).
Elecciones en Brasil: La élite económica brasileña respalda a Jair Bolsonaro, ¿hasta cuándo lo hará? (AP).
Redacción EC

Sao Paulo. Si uno repara en cómo han empezado a crecer el mercado de valores y la moneda brasileños, parecería que , el candidato presidencial de ultraderecha que es el favorito de los inversionistas, ya hubiese ganado la elección y que el país va en camino a recuperarse de su recesión.

Bolsonaro lleva una ventaja considerable sobre su rival de izquierda, , para la segunda vuelta de este domingo.

Pero el ex director del banco central —Alexandre Schwartsman— y otros analistas argumentan que no queda claro qué es lo que pueden esperar los votantes ni los inversionistas si Bolsonaro realmente llega al poder. Su plataforma de campaña apenas si tiene un boceto de sus propuestas para que Brasil crezca de nuevo y ha dado mensajes contradictorios al respecto.

“El mercado financiero se está dejando engañar con la promesa de un programa económicamente liberal” por parte de Bolsonaro, dijo Schwartsman.

Parte del atractivo de Bolsonaro no está sus posturas a favor de algo, sino en contra de.

Para varios inversores y muchos brasileños, esta elección se ha vuelto un referendo sobre el Partido de los Trabajadores (PT) al que pertenece Haddad. El PT gobernó Brasil en un ciclo de auge y crisis entre 2003 y 2016. Una gran cantidad de ciudadanos culpa a este partido por el declive económico del país y Bolsonaro ha sido muy efectivo en presentarse como lo opuesto.

La segunda vuelta ocurre mientras el país, la octava mayor economía del mundo, batalla para resurgir después de un fuerte derrumbe, atizado por una crisis política y un enorme escándalo de corrupción, que ha dejado hasta 13 millones de personas desempleadas.

Si no se toman medidas rápidas e impopulares, como reformas al sistema de pensiones, el déficit fiscal y la deuda pública crecerán de manera descontrolada y llevarán al país nuevamente hacia una recesión.

Pero Bolsonaro no es el típico conservador amigable con las empresas. Su retórica brusca y su enfoque de dispara-primero-pregunta-después para combatir el crimen, así como su agenda socialmente conservadora, le han procurado más comparaciones con líderes como Rodrigo Duterte, de Filipinas, que con los conservadores fiscales que promueven el libre comercio.

Una de las propuestas de Bolsonaro es que cualquier empresa pública, incluida la petrolera Petrobras, sea subastada para supuestamente recaudar 400.000 millones de dólares. (Pilar Olivares/Reuters).
Una de las propuestas de Bolsonaro es que cualquier empresa pública, incluida la petrolera Petrobras, sea subastada para supuestamente recaudar 400.000 millones de dólares. (Pilar Olivares/Reuters).

Ante una pregunta sobre la economía, Bolsonaro se declara ignorante y apunta que su probable ministro de Finanzas sería un economista de la Universidad de Chicago y a favor del mercado, Paulo Guedes, como para apaciguar a la élite empresarial.

Un elemento central del ambicioso plan de Guedes para la economía es que todas las empresas y propiedades públicas —incluidas Electrobras y Petrobras, la compañía de energía y la petrolera estatales— sean subastadas para recaudar supuestamente más de 400.000 millones de dólares.

Con eso, asegura Guedes, se reducirá la deuda pública mientras se afinan las pensiones jubilatoria.

Sin embargo, cuando le preguntaron al respecto en una reciente entrevista televisiva, Bolsonaro descartó ese plan.

“¿Privatizar para conseguir el dinero de cualquiera?”, respondió. “Si es así China no va a comprar en Brasil, ¡China va a comprar a Brasil! ¿Acaso dejaremos nuestro sector energético en manos chinas?”.

Durante sus siete mandatos como diputado, Bolsonaro votó en contra de las privatizaciones; dijo que la disolución y venta del monopolio de telecomunicaciones fue una “barbaridad”.

El candidato, capitán del ejército retirado, ha defendido a la dictadura militar y ha alejado a muchos votantes con ataques polémicos contra mujeres, afrobrasilenõs y personas LGBT. Sin embargo, ganó de manera contundente —aunque sin el porcentaje necesario para un triunfo directo— en la primera vuelta, en parte porque logró promoverse como una bola de demolición contra el sistema político con el que están enfurecidos tantos brasileños después de años de escándalos de corrupción y de inestabilidad económica.

La adopción de Bolsonaro por parte de los inversionistas se dio hacia finales de la contienda; grupos como el cabildo de agricultores lo respaldaron apenas días antes de la primera vuelta del 7 de octubre.

Con la contienda cada vez más cerrada, los mercados parecieron favorecer a Bolsonaro sobre Haddad, quien fue nominado como candidato del PT después de que los tribunales inhabilitaran al expresidente y antes puntero en las encuestas Luiz Ignácio Lula da Silva debido a que cumple una condena por corrupción.

Muchos brasileños culpan al Partido de los Trabajadores no solo por la trama millonaria de sobornos descubierta por la investigación Lava Jato, sino por la recesión que comenzó durante el mandato de la sucesora elegida por Lula, la ex presidenta Dilma Rousseff.

Vanessa Gomes, corredora de bolsa en São Paulo, es una de las personas que quieren un cambio. “Sabemos lo que trajeron catorce años del PT: altas tasas de interés y alto desempleo”, dijo. “Muchas propiedades llevan dos años sin moverse en el mercado. Bolsonaro va a cambiar eso. Ya tengo clientes que solo están esperando las elecciones para comprar”.

Aunque hay varios expertos que discrepan sobre cómo sería la economía al estilo Bolsonaro.

“Es un riesgo inmenso”, dijo Eduardo Mufarej, un exbanquero de inversiones que fundó la organización apartidista RenovaBR, con la cual intentó promover a candidatos de fuera del sistema.

“En este momento, los mercados solo están viendo un vaso medio lleno”, dijo Mufarej, al recalcar que 2019 será un año clave.


Con menores tasas de interés, una posible reducción en la inflación y la llegada de inversiones pendientes, la economía seguramente se recuperará, pronosticó. Pero eso no necesariamente será duradero.

“Será como una luna de miel”, aseguró Mufarej.

Pero “si no se implementan medidas estructurales como la reforma jubilatoria o una reforma hacendaria, el 2020 será otra historia”.

Los analistas prevén que si no se atiende la deuda, esta podría llegar a niveles insospechados en los siguientes dos años, y que el gobierno sería incapaz de financiarse a sí mismo mientras la economía vuelve a caer en recesión.

En Brasil, los trabajadores usualmente se jubilan a los 55 años y ganan el 70 por ciento de su sueldo final. La seguridad social representa un tercio de todo el gasto público, lo que ha contribuido a déficits fiscales inéditos. Eso significa que la reforma jubilatoria es de los principales retos que enfrentará quien resulte electo como nuevo presidente.

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Paulo Guedes se apresta a ser el ministro de Finanzas si gana Bolsonaro, aunque el candidato ha expresado desacuerdos importantes con el economista. (Daniel Ramalho/Agence France-Presse — Getty Image).
Paulo Guedes se apresta a ser el ministro de Finanzas si gana Bolsonaro, aunque el candidato ha expresado desacuerdos importantes con el economista. (Daniel Ramalho/Agence France-Presse — Getty Image).

Guedes ha prometido en varias ocasiones impulsar una medida poco popular en el Congreso, pero Bolsonaro hace poco volvió a dar mensajes confusos al respecto.

“No podemos penalizar a quienes ya adquirieron derechos”, dijo sobre la reforma propuesta en una entrevista reciente. “Podemos jugar con algunas cosas, tenemos ideas y propuestas en ese sentido, pero no vamos a penalizar”.

Los mercados se han mostrado optimistas de que cambie de parecer una vez que termine la campaña.

“El problema no es la orientación de sus políticas”, dijo Chris Garman, experto en Brasil del centro de análisis Eurasia Group, al indicar que Bolsonaro ha hablado con decenas de economistas en el último año en busca de alguien con las credenciales necesarias. “El problema es qué tanto pueden hacer”.

Si intenta promover un cambio, Bolsonaro se enfrentará a un Congreso fragmentado con participación de treinta partidos. No tiene un buen antecedente en la construcción de coaliciones y ha dicho que no participará en el regateo que usualmente es necesario para que sea aprobada una medida legislativa en Brasil.

Mufarej, el exbanquero de inversiones, dijo que Bolsonaro perdería su oportunidad de actuar si no expande su círculo cercano —compuesto sobre todo por militares— para incentivar que profesionales competentes y con experiencia asuman cargos clave.

Para Garman, de Eurasia Group, el riesgo es que las medidas sean demasiado templadas.

“Habrá concesiones en el camino”, dijo. “Si no consigue la reforma jubilatoria dentro de un año, veremos un estallido”.

© The New York Times

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