El efecto Bukele: las luces y sombras del presidente que no tiene rival en El Salvador

A inicios del año, cuando una impactante crisis de seguridad puso los ojos del mundo sobre Ecuador, el presidente de ese país, Daniel Noboa, no tardó en prometer cambios inspirados en el modelo Bukele. Mano dura, megacárceles y todo lo relacionado con la lucha contra el crimen se ha convertido casi en una marca registrada de Nayib Bukele, el mandatario salvadoreño cuya figura es sinónimo de seguridad entre varios sectores de la región y que debe, precisamente a eso, su inminente reelección en las elecciones de hoy en El Salvador.

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Bukele, de 42 años, no necesita dar grandilocuentes discursos ni usar corbata –no lo hizo ni siquiera en la Asamblea General de la ONU, donde, en cambio, sí se tomó un ‘selfie’– para estar seguro de su liderazgo. Este presidente ‘millennial’ ha aprovechado con éxito las nuevas plataformas de comunicación para acercarse a sus seguidores y festejar sus logros. El más importante de ellos es la drástica reducción del número de homicidios y su combate implacable a las pandillas en todo el país. Para que no queden dudas, construyó la prisión más grande de Latinoamérica, que acaba de cumplir un año y ya busca ser copiada por otros estados.

Con un respaldo del 90% de los salvadoreños, Bukele, exgerente de publicidad de origen palestino, no solo no tiene rival político en El Salvador, sino que es el presidente más popular de Latinoamérica según el Latinobarómetro 2023. La fascinación en torno a su figura ha sido construida en gran parte por él mismo a fuerza de márketing y de acciones políticas, una estrategia que ha logrado minimizar las críticas que pesan sobre él por cómo ha consolidado su hazaña contra la delincuencia y su continuidad en el poder.

“Hemos visto desde un inicio una tremenda inversión en temas de imagen, no solo para dentro, sino también para fuera del país. Bukele se ha mostrado como un político ‘millennial’ y ha sido un gran estratega en el tema de márketing. Aprovechó el avance de las tecnologías de la información, con unas redes sociales mucho más interactivas. Él se ha sentido como un pez en el agua, es su época. Así ha podido llegar tan lejos”, dice a El Comercio Fernando Romero, periodista salvadoreño de la revista “Factum”.

Aunque la victoria de Bukele se espera contundente, su postulación es, cuando menos, bastante polémica. La Constitución de El Salvador prohíbe a los presidentes buscar un mandato consecutivo. Esto cambió en el 2021, cuando el partido del mandatario, que por entonces ya era mayoría en la Asamblea Legislativa, reemplazó a los principales jueces de la Corte Suprema, quienes posteriormente reinterpretaron la Constitución para permitirle postularse de nuevo.

Pero Bukele no hace caso a quienes dicen que su segundo mandato será ilegal. El “dictador más cool del mundo”, como él mismo se llama, ha dejado claro que su mayor prioridad ahora es mostrar al planeta un “nuevo El Salvador”, que, liderado por él, está dejando atrás el sello de país violento que mantuvo por años.

Para lograrlo, Bukele quiere convertir al país en un centro tecnológico a través de la implementación de medidas que fomentan la innovación y que atraigan a empresas y start-ups. Impulsó la adopción de la criptomoneda bitcoin como moneda de curso y, aunque no ha sido precisamente un éxito, logró gran debate sobre el tema.

El mandatario también inauguró una nueva biblioteca nacional donada por China, definida por su gobierno como la más moderna y grande de la región. En eventos más entretenidos, El Salvador ha recibido a figuras internacionales como al astro del fútbol Lionel Messi para jugar un partido de pretemporada, y fue sede del concurso de Miss Universo, lo que, en palabras de Bukele, demostró que El Salvador “ha cambiado para siempre”.

Sin embargo, Romero advierte que, si bien El Salvador es un país con menos pandillas en las calles, es muy osado hablar de una nueva nación. “Bukele ha jugado con la imagen de que gracias a la seguridad podemos tener los eventos que ahora tenemos, pero El Salvador ha celebrado grandes eventos incluso en medio de las balas y la guerra. Seguimos siendo una sociedad violenta. Los homicidios han bajado, pero los índices de criminalidad en otro tipo de delitos continúan”, apunta el periodista.

El fenómeno Bukele tiene serios cuestionamientos a la forma en la que el presidente ha logrado sus objetivos. El país se encuentra bajo estado de excepción desde fines de marzo del 2022, y ha lanzado una campaña de detenciones masivas sin el debido proceso y con violaciones a los derechos humanos, según diversas organizaciones especialistas en el tema.

Esto, sumado a los cuestionamientos a su reelección, ha hecho que los expertos y críticos del gobierno denuncien las prácticas autoritarias de Bukele, entre las que está la falta de transparencia. Eliezer Budasoff, director de Desarrollo de Nuevos Podcasts de Radio Ambulante Studios y coproductor de la serie “Bukele: el señor de los sueños”, recuerda que hay documentos oficiales que confirman que el mandatario logró reducir los homicidios a través de una negociación con las estructuras criminales, algo que el Ejecutivo no reconoce.

“Con la guerra contra las pandillas, a la que le debe la mayor parte de su popularidad, lo que ha hecho Bukele es poner a todo el país bajo un estado policial. La preocupación es que en los hechos no hay un solo límite al poder de Bukele, no hay mecanismos de control”, advierte.

Para Romero, el nuevo período “va a ser la continuación de un gobierno completamente autoritario”. “El domingo en la noche, cuando ya sepamos que Bukele se reeligió inconstitucionalmente, vamos a entrar en el túnel de una dictadura formal. La estructura de la dictadura del siglo XX, una que solo puede ser militar, ha quedado atrás. Hoy tenemos gobiernos dictatoriales que se hacen del poder a través de la democracia para acabar con ella”, concluye.