La Paz, AP
Evo Morales dejó de ser motivo de rechazo en Santa Cruz, el mayor bastión opositor donde reunió a unos 300.000 simpatizantes, y parecía encaminarse a una contundente victoria electoral el domingo en las nueve regiones de Bolivia para optar por un tercer mandato.
El mandatario concentró la víspera a unas 300.000 personas, según estimaciones de medios de prensa, en un multitudinario cierre de campaña en esa ciudad del oriente boliviano, la región más opositora a Morales en el pasado y motor de la economía, situada a 540 kilómetros al este de La Paz.
Antes solo la oposición regional autonomista había congregado tamaña multitud, reconoció en analista político Gustavo Pedraza.
"Tanto se decía que Santa Cruz no quiere a Evo; mentira, acá está el pueblo cruceño", dijo el mandatario.
En el 2008 Santa Cruz lideró una rebelión en contra de Morales por la autonomía de cinco regiones. El mandatario denunció entonces que el plan pretendía derrocarlo parar separar a esa provincia de Bolivia.
Tras un referendo ratificatorio que Morales ganó con el 67% de los votos, el mandatario persiguió y encarceló a sus opositores y confiscó tierras de hacendados.
La región es la más grande y poblada de Bolivia, concentra al pujante empresariado agroindustrial conservador y a líderes autonomistas. El año pasado contribuyó con el 28% del PBI nacional y es destino de migrantes de tierras altas que han cambiado la tendencia de la región que otrora rivalizaba con La Paz y Cochabamba.
Según la última encuesta de Equipos Mori para el diario "El Deber" de Santa Cruz, Morales tenía en la región el primer lugar con el 50% de las preferencias electorales, frente al 28% de su principal contendor el empresario de centroderecha Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad Demócrata (UD).
La misma encuesta dio ganador a Morales en las nueve regiones del país incluyendo la región amazónica de Beni, otro bastión opositor y donde el mandatario no ha podido ganar en ninguna elección.
En el último tiempo, Morales se acercó a los empresarios, les apoyó con créditos y prometió ampliar la frontera agrícola en Santa Cruz.
Igualmente, se alió con el alcalde de la ciudad y financió obras. La ciudad fue sede a mediados de año de la Cumbre del G-77 en la que el gobierno invirtió más de 100 millones de dólares en obras para cambiar la cara de Santa Cruz.
"No creo que Santa Cruz se haya rendido a Morales, lo que veo es que el partido de gobierno que comenzó a apoyar las necesidades de la región y ha buscado pactos con los empresarios", dijo Pedraza a la AP.