El expresidente de Bolivia (2006 2019), Evo Morales, con guirnaldas de flores y hojas de coca, pronuncia un discurso durante una reunión política del Movimiento Al Socialismo (MAS), el 26 de marzo de 2023. (Foto de Aizar RALDES / AFP).
El expresidente de Bolivia (2006 2019), Evo Morales, con guirnaldas de flores y hojas de coca, pronuncia un discurso durante una reunión política del Movimiento Al Socialismo (MAS), el 26 de marzo de 2023. (Foto de Aizar RALDES / AFP).
/ AIZAR RALDES
Agencia EFE

El expresidente de Bolivia fue excluido de la nueva dirección nacional del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), la cual fue conformada este domingo en un congreso impulsado por los seguidores del Gobierno de Luis Arce en la ciudad de El Alto.

Evo Morales es el expresidente del instrumento MAS, hay un nuevo presidente que es mi persona”, indicó Grover García, quien fue electo como líder del partido y es representante de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), organización afín al actual Gobierno boliviano.

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García manifestó, tras tomar juramento como nuevo presidente del MAS, que “ha concluido la dedocracía y la discriminación” y que en los próximos 90 días se llamará a un congreso para cambiar los estatutos del partido para “refundarlo”.

Más de 6 mil militantes del MAS asistieron al polideportivo Héroes de Octubre’ en El Alto, ciudad contigua a La Paz, en donde después de tres días de reuniones el partido oficialista eligió una nueva directiva, dejando afuera al exmandatario Morales.

“Yo no puedo estar con Evo Morales, el es un expresidente que seguramente debe estar en el Chapare, nosotros vamos a trabajar con las organizaciones sociales y vamos a apoyar de forma contundente la gestión de Lucho (Arce)”, dijo García a los medios de comunicación.

Asimismo el nuevo líder del partido oficialista expresó que “las movilizaciones son contra el pueblo, contra las familias y no es correcto”, en respuesta a las advertencias de los sectores cercanos a Morales de bloquear carreteras en protesta contra la reunión política de los afines al presidente.

Morales y sus seguidores calificaron como “ilegal” este cónclave impulsado por el Gobierno, alegando que solo el exmandatario, como líder máximo del MAS, podía convocarlo.

En la víspera Morales advirtió que será candidato presidencial de su partido para las elecciones presidenciales de 2025 “a las buenas o a las malas”, durante un mensaje a sus seguidores en la región de Cochabamba.

A pesar de que un dictamen del Tribunal Constitucional Plurinacional boliviano promulgado en diciembre señala que la elección indefinida “no es un derecho humano”.

El bloque del MAS que apoya a Morales, convocó su propio congreso para el 10 de julio en la población de Villa Tunari, en el Trópico de Cochabamba, principal bastión político y sindical del exmandatario.

Arce y Morales están distanciados desde 2021, y el año pasado sus diferencias se profundizaron por la realización de un congreso nacional del partido en el que, en ausencia del mandatario y de sus sectores leales, el expresidente fue ratificado como líder del MAS y nombrado “candidato único” para las elecciones de 2025.

Arce no asistió a ese encuentro al considerar que las organizaciones sociales, base del partido, no estaban debidamente representadas.

Las tensiones aumentaron después de que el TSE decidiera anular el congreso de 2023 e instruir que se convocara a uno nuevo consensuado, algo en lo que tampoco se pusieron de acuerdo ambas facciones oficialistas.

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